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Jon Stewart y la parodia que ofende a los ajedrecistas

Jon Stewart y la parodia que ofende a los ajedrecistas
Federico Marín Bellón el

Un poco de sentido del humor, compañeros ajedrecistas. No seamos como la mayoría de gremios. El cómico Jon Stewart ha enfurecido a muchos con un reportaje dedicado al ajedrez en su informativo satírico «The Daily Show», en la cadena Comedy Central. ¿Se ríe del ajedrez? Sí. ¿Utiliza estereotipos sin fundamento? Por supuesto. ¿Tiene gracia? Mucha. 18 premios Emmy parecen indicar que no soy el único admirador. Los críticos, por otro lado, parecen olvidar el viejo axioma: que hablen de uno, aunque sea bien.

Hikaru Nakamura fue uno de los primeros en quejarse. «Horrible. Preferiría una pieza que no se burlara de los Estados Unidos, de Rusia y, sobre todo, del ajedrez», afirmaba el ajedrecista estadounidense. En suma, el gran maestro parece preferir que no se haga ningún tipo de humor. Por las respuestas que recibió, parece claro que la mayoría (no todos) estaban de su parte. David Llada, fotógrafo y periodista de ajedrez al que aprecio –como para no valorar su trabajo– se incluía en el bando de los detractores. Al historiador y periodista Olimpu G. Urcan le pareció «una oportunidad perdida» y habló de falta de inspiración de los guionistas. La ex campeona del mundo Susan Polgar, por el contrario, lo calificó como hilarante. Ella vive en Estados Unidos y está mucho más acostumbrada al humor de Stewart y otros presentadores parecidos.

Horrible. @TheDailyShow I’d prefer a piece which doesn’t make a mockery of the US,Russia and more importantly, chess. http://t.co/nbMcmWTdkT

— Hikaru Nakamura (@GMHikaru) marzo 21, 2015

Apuesto a que a Nakamura, por otra parte, tampoco le gustó el fondo de las críticas de Stewart, quien señalaba entre chanzas inofensivas que la Federación de Ajedrez de su país intenta formar una selección temible por el expeditivo procedimiento de «comprar» a sus integrantes. El filipino Wesley So ya está casi asimilado y el italo-americano Fabiano Caruana es la próxima pieza que quieren cazar. Ahí es posible que el dardo del cómico estuviera mejor lanzado.

Otros criticaron que en el programa no fueran capaces de colocar correctamente las piezas (esos reyes intercambiados), pero ya hemos visto más de una vez que en el cine y la televisión ese es un mal endémico, como el de poner el tablero girado incorrectamente. En cualquier caso, y una vez aclarado que Stewart no llegará a gran maestro, insuficiencia que no invalida su trabajo, a la hora de valorar sus chistes me encuentro más cerca de la postura de Frederic Friedel en ChessBase: «Insultante y divertido». Los Federicos somos así.

Pero veamos qué decía Jon Stewart en su último programa y si realmente era tan ofensivo. En este enlace se puede ver la pieza completa, por si por algún motivo no funciona el siguiente vídeo:

En su peculiar estilo, Jon Stewart da la noticia del reclutamiento de grandes maestros, respaldada con varios recortes de prensa, y extrae su propia conclusión: «Los Estados Unidos están comprando nerds (frikis, empollones)», asegura el presentador, que añade un juego de palabras: «Nerd mercenarios… nerdcenarios». Entonces da paso a otro reportero, Trevor Noah, quien empieza a hablar del ajedrez en tono de burla, mientras se escuchan las risas del público y Jon se queda dormido. «No me había dado cuenta de lo aburrido que es el ajedrez hasta que alguien a empezado a hablar de él», asegura.

Luego las bromas se suceden a la velocidad habitual. Los cómicos (cómicos, insisto) empiezan a enumerar los territorios en los que EE.UU. es líder y llegan al ajedrez, donde Bobby Fischer es cosa del pasado y ni siquiera Deep Blue era genuinamente americano, a buen seguro construido con componentes chinos. Trevor Noah, quien se atreve a decir que el ajedrez es «una especie de deporte», compara su país con Rusia, de donde han salido la mayoría de los campeones. Un tablero desciende del techo, por último, y Noah y Stewart hacen un chiste que quizá ofenda por motivos raciales. «Como soy blanco, hago el primer movimiento», dice el primero. Jon se queda un rato pensando, con cara de asombro, y responde: «Correcto. Supongo que como soy judío, muevo después». La cosa termina enseguida y el programa pasa a la siguiente pieza, tan incorrecta como la que acabo de describir, pero con otras víctimas.

En fin, cada uno tendrá su propia opinión y a mí me encantaría conocer la de los lectores.

Tampoco es la primera vez que se hace un poco de humor a costa del ajedrez. Friedel recordaba en su artículo esta parodia de Carlsen, tan exagerada como divertida.

Y en este blog ya he publicado alguna vez la que le hacía Joaquín Reyes a Anatoli Karpov, en La hora chanante».

Aquel día comentaba otra polémica parodia, de la BBC:

Con mayor o menor acierto, espero que se sigan haciendo durante muchos años.

 

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