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El póker en buenas manos: Leo Margets y Fatima Moreira de Melo

El póker en buenas manos: Leo Margets y Fatima Moreira de Melo
Federico Marín Bellón el

Leo Margets y Fatima Moreira de Melo son dos de las jugadoras de póker más conocidas del mundo. La española es una visitante asidua en este blog; logró el título de «Last woman standing» en las Series Mundiales de 2009 y desde entonces es una figura respetada en el circuito. La holandesa tuvo una carrera llena de éxitos como jugadora de hockey, deporte con el que consiguió un título mundial y una medalla de oro olímpica. Estudió Derecho y ha trabajado como modelo y presentadora de televisión, antes de dirigir sus pasos hacia el mundo del naipe. Ambas son miembros del equipo de profesionales de PokerStars y comparten otra experiencia: han participado en «Supervivientes».

Un selfie gamberro en el último torneo de Montecarlo

Hace unos días, dedicaba una entrada al proceso mental de un jugador de póker (Daniel Negreanu). En esta entrevista doble, celebrada en Madrid y postergada durante demasiado tiempo (les pido disculpas por ello) aportan su visión del juego y de la vida. Hay que decir a Leo la secuestré en mitad del torneo y que sus respuestas son a veces más escuetas, porque tenía que volver a la mesa. Incluso me siento responsable de su eliminación, que se tomó con una deportividad increíble. Buena jugadora y mejor persona, como demuestra una y otra vez.

¿Cómo es vuestro estilo de juego?

Leo Margets: «Creo que tener un estilo definido es un poco la receta para el fracaso. Depende de la mesa básicamente, de las fichas que tenga, de los oponentes… Depende hasta del día.

Fatima Moreira de Melo: «Cuando empecé, pensaba demostrar a todos estos hombres que una mujer puede jugar de forma agresiva. Eso influyó en la manera en la que ellos me veían, así que ahora empiezo tranquila y, después de algunos niveles, empiezo a abrir un poco mi rango. Lo más importante es adaptarte a la mesa. Si es suave, abro con muchas más manos, y mis faroles pueden ser más agresivos. El poker es un juego de adaptación, todo el tiempo. Jugar sólido porque sí no tiene sentido, no es póker. Llevo jugando más de cinco años y ahora me puedo adaptar mejor que cuando empecé. Leo el juego mejor.

Fátima, en una partida de exhibición con Rafa Nadal. Las fotos en las mesas son de PokerStars

¿Reconocéis vuestras virtudes y defectos?

L. M.: Como virtud, creo que me adapto muy bien. Mi mayor defecto es que si conozco al adversario me cuesta ser suficientemente «perra». Si conozco al rival, me cuesta mucho ir a muerte, que es lo que tengo que hacer. Es un gran defecto.

F. M.: Por naturaleza, soy muy impaciente y curiosa, algo no demasiado bueno para el póker. Así que si tengo un día de malas manos, tiendo a forzar las cosas. La buena parte de mí es que soy muy consciente de ser así, y que tengo «cojones» (lo dice en español, que por otro lado entiende perfectamente), me gusta arriesgar.

¿Qué tal se os da leer las mentes de los otros jugadores?

L. M.: Creo que me meto bien dentro de sus cabezas. También soy muy consciente de mi imagen en la mesa en cada momento y eso me ayuda mucho.

F. M.: Creo que soy bastante buena. Me gusta observar a la gente en general. Es muy interesante. Por eso nunca juego con auriculares. Me gusta estar pendiente de todo lo que pasa y de lo que dice la gente. Puedes sentir si son más agresivos o conservadores. El lenguaje corporal, la inteligencia emocional, el tiempo que tardan en tomar sus decisiones, lo nerviosos que están… todo está conectado. Incluso cuando no estoy en la mano, me gusta seguir observando para conocerlos mejor. Nunca puedes estar segura de tus lecturas al cien por cien, pero consigues cierta ventaja con eso. Es bonito.

Leo, durante un chat en la redacción de ABC. Foto: Yolanda Cardo

¿Es posible aplicar esta cualidad fuera de las mesas, en la vida privada?

L.M.: Sí. Para manipular y para influir en la vida en general. El póker ayuda a conocer a las personas.

F.M.: Sí, siempre. En los negocios, en todo. Es bonito ver las pequeñas cosas, cómo se sienta la gente en una reunión de trabajo… Todos los detalles son importantes. En general, esas habilidades son muy útiles. El póker es como una micro-representación del mundo.

¿Qué es lo más desagradable que puede ocurrir durante una partida?

L.M.: Odio a los maleducados. No me afectan, por suerte. No me irrito, no me desquician, pero odio a la gente que se porta mal con los crupiers, que gritan, que tienen mal ganar o mal perder… No puedo con ellos.

F.M.: Amo el juego y me encanta sentarme en las mesas, pero supongo que también me molesta si alguien es maleducado con los otros, aunque no es algo que ocurra con frecuencia. Pero normalmente los jugadores son deportivos, incluso cuando hay mucho dinero en la mesa. Veo el poker como un deporte mental que ha evolucionado mucho. Me hace muy feliz jugar.

¿Dónde buscáis la motivación en los malos momentos, cuando algo sale mal?

L. M.: Pienso en la suerte que tengo en general. Sé que este es un juego «a la larga». Hay que tener la cabeza en los pies. Me centro siempre en jugar lo mejor que sé, intento abstraerme de los bajones y de las rachas. Sé que es parte del juego. Miro el dibujo global. Llevo muy bien los los «bad beats». Claro que sienta mal cuando llevas una mala racha. Yo no llevo el mejor año, pero tengo perfectamente asumido que es parte del juego.

F.M.: En el amor por el juego. Soy muy competitiva e incluso cuando no he dormido lo suficiente, puedo seguir concentrada. Si amas algo, es fácil encontrar la motivación. Es como una relación. Aunque surjan cosas molestas, si eres feliz, todo va bien. Yo estoy feliz con el póker. A veces puedes sentirte decepcionada por los resultados. Es molesto que las cosas vayan mal, pero si tomas las decisiones correctas, es lo máximo que puedes hacer. Debes aceptar la mala suerte. Si he cometido un error y lo sé, no me gusta, aunque también tengo que aceptarlos, pero si he tenido mala suerte, son cosas que pasan. A largo plazo, sé que me irá bien.

«Me gusta observar a la gente», admite Fátima

¿Hasta qué punto es importante el estudio?

L.M.: Mucho. Cuando no estoy jugando en vivo, trasteo muchísimo con el Holdem Managery otros programas. Me gusta además la parte teórica. Y cuando juego online, que lo hago bastante, me gusta mirar luego las manos.

F.M.: Presento un programa deportivo en Holanda y eso me mantiene ocupada los fines de semana, pero entre semana intento estudiar y seguir evolucionando.

Hay muchos deportistas que juegan al póker. Vosotras también habéis hecho deporte toda la vida. ¿Admiráis a alguno en particular, por su forma de jugar en las mesas?

L.M.: Me gusta mucho cómo juega Michael Phelps. Lo más importante es que se ha rodeado siempre de muy buenos jugadores y, como la mayor parte de los deportistas, es muy competitivo, lo que ayuda a tener ese hambre. En su caso, se junta un nivel altísimo de competitividad con una formación técnica mayor que la de la mayoría de deportistas.

F.M.: No he jugado contra muchos el tiempo suficiente, pero me siento muy orgullosa de Ronaldo. Llegó muy lejos en la PCA. Su estilo es una locura, pero realmente ama el póker y es bonito verlo.

¿Qué ventajas tiene un deportista en este juego?

L.M.: Aunque el póker obviamente es a largo plazo, tienes la sensación de «cúrratelo hoy, trabaja en ello, que conseguirás resultados a la larga». Es muy parecido en el póker y en el deporte. Y superarte a ti mismo.

F.M.: La parte principal es la capacidad de estar concentrado. Obviamente, en el póker a veces influye la suerte, pero si estás concentrado, puedes digerirla mejor. Puedes entrenar para sacar lo mejor de ti, conocer tus habilidades. También en tu vida privada y en tus relaciones.

Leo no pierde la buena cara ni después de caer eliminada

Como jugadoras famosas, vosotras también sois un trofeo para otros. ¿Eso os ayuda o es un incordio?

L.M.: Creo que ser consciente de ellos siempre es una ventaja, porque puedes asumir cómo te van a tratar. En general, prefieren farolearte. Hay un incentivo extra para farolear al pro. Cuanta más información tengas, es una variable más que metes en la ecuación y te ayuda a la hora de tomar decisiones.

F.M.: Puede ser bueno o malo. Algunos te respetan más y otros piensan, bah, es una mujercita. Tienes que saber cómo son. Puedes utilizarlo para que abandonen buenas manos y eso es bueno para nosotras. Otros quieren aprovecharse y también es bueno para ti.

¿Hasta qué punto os gusta marcaros un farol?

L.M.: Depende de a quíén. Es una herramienta más, pero no abuso ni recomiendo hacerlo. Lo tengo clarísimo. Cuando yo faroleo, suele ser parte de una estrategia de la mano. Es la parte más baja de mi rango. No suelo inmolarme. Son buenas decisiones, no suicidas.

F.M.: Es una parte muy importante del juego, pero es vital ser consciente de las cartas que hay en la mesa. Si puedes representar una mano, contar una historia, construir algo que tenga sentido…

Fátima Moreira de Melo ganó la edición holandesa de «Supervivientes»

¿Cómo fue vuestra experiencia en el reality Supervivientes? ¿Os arrepentís, volveríais a participar?

L.M.: No me arrepiento. Creo que fui allí siendo demasiado inocente respecto a lo que iba a consistitr el programa. Pensaba que iba a ser mucho más de convivencia, pero el factor reality tenía mucho peso. Una vez que decidí ir, quería ganar, pero desde que pisé el hotel me di cuenta de que no estaba dispuesta a dar lo que el programa necesitaba para que yo llegase más lejos. Si fuera hoy otra vez, sería mucho más «perra», en el buen sentido. Yo ya era estratega, pero más de teoría que de práctica. Me sentí como pez fuera del agua. La importancia del medio, la tele, era mucha.

F.M.: No lo haría otra vez jamás, pero quise hacerlo y estuvo bien al final. Fue como jugar un torneo de poker. Fue muy táctico, Pasé mucha hambre, me molestaban los bichos, me rascaba cada mañana. Me alegro de haber pasado por esta experiencia una vez en la vida.

Leo Margets lo pasó peor en la isla. Dice que si volviera a participar sería más «perra»

¿Os veis jugando al póker dentro de veinte o treinta años?

L.M.:No sé si con esta intensidad, pero desde luego. Me gusta mucho. No creo que me lleve ningún desengaño, porque sé cuán cruel y cuán gratificante puede ser.

F.M.: Creo que seguiré jugando, aunque no sé a qué nivel. No suelo hacer planes a largo plazo. La vida puede cambiar tanto… Quería ser médico, no deportista. Estudié y no lo conseguí. Nunca pensé que acabaría jugando al póker. Espero que sea feliz.

¿Qué opináis de la ludopatía? Seguro que a veces recibís críticas en este sentido.

L.M.: Lo tengo clarísimo. Creo que la ludopatía y las adicciones son más dependientes de los caracteres que no de la actividad.. . Todos conocemos a alguna persona adicta a los deportes, a la limpieza… Está claro que es una actividad que genera emoción, gusta, pero depende más de tu personalidad. El póker es sano.

F.M.: Siempre puede haber gente enganchada, pero yo vivo mi vida de una manera que creo que está bien. No me molesta lo que piensen. A otros les sirve de inspiración. Pienso de manera independiente, en hacer lo que me hace feliz, para ser mejor persona. Mi madre, cuando vio lo que hacía, se llevó las manos a la cabeza, pero luego vio que era bonito y lo aceptó. Es obvio que no debes jugarte mucho dinero, sino divertirte. Es como el tenis. Puedes jugar a cualquier nivel y ser consciente del tuyo.

Puedes seguir las cuentas de Twitter de Leo Margets y Fatima Moreira de Melo, E incluso la mía.

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