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El Armagedón se acerca al Mundial de Ajedrez

Federico Marín Bellón el

Conozco periodistas que disfrutarían informando del fin del mundo con tal de apuntarse una exclusiva (mal momento para pasar a la posteridad), pero esto no va del Apocalipsis ni de la muerte del ajedrez por las tablas o algún otro achaque, sino del Mundial que se celebra, es un decir, en Moscú. Terminadas las doce partidas reglamentadas con un 6-6 en el marcador, Anand y Gelfand deben jugar mañana, día 30, otras cuatro de desempate, a un ritmo más rápido. Aleluya. En última instancia, les espera el Armagedón. A su lado, los penaltis del fútbol son una niñería.

¿Se acerca un meteorito? No, así vive el entendido público de Moscú el duelo entre Anand y Gelfand. Foto: Reuters

¿Qué dice el reglamento del Mundial? En caso de empate final, se jugarán cuatro partidas de desempate con 25 minutos para cada jugador en el reloj, más un incremento de diez segundos por jugada. Si esto no es suficiente para desequilibrar el marcador, se disputará otro miniduelo a dos partidas, aún más rápidas: cinco minutos por barba y tres segundos de incremento.

Un nuevo empate daría lugar a otras dos partidas relámpago y aquí viene lo bueno: si tampoco deciden nada (y estas cosas ocurren) llegará la muerte súbita, también conocida como el Armagedón. El invento no consiste en una partida de ruleta rusa (Robert de Niro sería campeón mundial, como vimos en «El cazador»). Se realiza un sorteo y el jugador que gana elige color, teniendo en cuenta que el blanco está obligado a ganar y que las tablas le darían el título a las negras. Una posibilidad es jugar con blancas y cinco minutos en su reloj, o con negras y solo cuatro minutos. La decisión es dura, la verdad, y diría mucho del jugador: ¿compensa la ventaja de las blancas y un minuto más la obligación de ganar? No hay antecedentes suficientes para extraer una conclusión.

La cuenta atrás ha terminado y Boris Gelfand se enfrenta a la hora cero. Foto: Afp

Como elemento compensatorio añadido, a partir de la jugada 60 de esta partida decisiva ambos jugadores recibirían un incremento de tres segundos por movimiento, para evitar estropicios de última hora que desmerecerían al campeón. Lo gracioso de esta norma es que haría posible, en un plano teórico, que el duelo se prolongara casi hasta el infinito. No ocurrirá.

Con este panorama a la vista y conociendo la velocidad del Tigre de Madrás, Anand podría parecer ahora más favorito que nunca, pero hay quien piensa que el campeón se arruga en los momentos de tensión. Gelfand, por su parte, ya se achicó en cuanto se puso por delante en el marcador. Lo seguro es que veremos una guerra de nervios y que la preparación previa cederá un poco de terreno al equilibrio mental.

Vishy Anand no lo quiere ni ver. Foto: Efe

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