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Carlsen y Karjakin, al borde de un ataque de nervios

Carlsen y Karjakin, al borde de un ataque de nervios
Federico Marín Bellón el

El sistema nervioso de un gran maestro es como el motor de un fórmula 1. No basta con que funcione a pleno rendimiento durante horas. Al menor fallo, en un segundo, el trabajo de toda una vida puede venirse abajo. El ruso Sergey Karjakin, gran maestro desde los doce años, se encuentra a los 26 ante la oportunidad de su carrera. Se juega el título de campeón del mundo contra el actual poseedor de la corona y favorito indiscutible, el noruego Magnus Carlsen. En Nueva York quedan dos partidas y el marcador refleja un empate a cinco, igualdad que esconde tantas sutilezas como el problema más endiablado. Tras ganar la última partida, con algo de suerte, el noruego aseguró que se siente «extremadamente aliviado e increíblemente feliz». Karjakin no quiere darle demasiadas vueltas a la tragedia vivida sobre el tablero: «Ganó porque jugó bien y me puso muchos problemas». Incluso tuvo su primera mala reacción cuando le preguntaron si se sentía decepcionado. 

En la madrugada del jueves al viernes, después de perder la décima partida, los periodistas se apresuraron a mostrarle al aspirante una «sencilla» combinación de tablas que le habría librado de la derrota y de una tortura de varias horas. El ruso se quedó callado, con los ojos rebosantes y la cabeza ida. En algún lugar de su cerebro desfilaban imágenes a toda velocidad, cientos de miles de horas invertidas en convertirse en una máquina casi perfecta de jugar. Es un momento que no olvidará nunca, aunque gane.

Y en realidad, nada está perdido. El duelo está igualado, algo por lo que pocos apostaban. No debe olvidar que ha demostrado que su mecanismo defensivo es capaz de sacar de quicio a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Se piensa que el equipo ruso, que sueña con recuperar el título casi una década después, lo ha «torturado» practicando durante horas en posiciones inferiores, como las que le ha aguantado estos días al campeón. Después de siete tablas consecutivas, algunas milagrosas, colocó a Magnus en un estado de ansiedad tan grande que este perdió en la octava partida la objetividad imprescindible en este juego y trató de pasar por encima de su rival en una posición imposible. El resultado fue la primera victoria de Sergey, que se adelantaba pese a jugar con negras y ponía al número uno contra las cuerdas. Este, visiblemente contrariado, llegó a saltarse las entrevistas y la rueda de prensa obligatorias por contrato y se expone a una multa, que ha apelado, de entre 40.000 y 60.000 euros, que quizá le rebajen a la mitad.

Fotos: Anastasiya Karlovich / FIDE

En la novena partida, el ruso volvió a tener la posición teóricamente ganada, pero los expertos y los protagonistas coincidieron en que la victoria pasaba por realizar jugadas casi imposibles para un ser humano, que carece de la precisión y velocidad de cálculo de las máquinas.

La décima partida, sin embargo, puede haber supuesto un mazazo para el aspirante. La línea de tablas no era evidente y, de hecho, fue omitida por ambos jugadores, pero era una ocasión manifiesta de rozar la corona. De la capacidad de recuperación psicológica de Karjakin dependerá en buena parte el resultado final. Hasta ahora se había mostrado superior en ese capítulo -estaba tan concentrado en el juego que ni siquiera sabía que su mujer había llegado a Nueva York-, pero ningún deporte es más cruel en la derrota, sin excusas ni árbitro al que culpar.

Carlsen no esconde que se siente aliviado, incluso exultante. Nunca había encadenado diez partidas sin ganar. Recibió el mejor regalo el Día de Acción de Gracias y ahora tiene dos oportunidades para culminar la remontada. Si la igualdad persiste, se jugarán otras cuatro partidas, a ritmo más rápido, un espectáculo que muchos no se quieren perder. Sería el martes, justo el día que Magnus cumple 26 años.

Dónde ver el Mundial de Ajedrez

En unas horas (a las ocho de la tarde en España) empieza la undécima partida. Como siempre, se puede ver en directo sin salir de este blog. La organización, por cierto, ha lanzado una oferta para ver lo que queda de Mundial por siete dólares. Con el código ROOKE1, sale un 10% más barato.

 

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