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Un “hotel de insectos” en el edificio más alto del mundo

Un “hotel de insectos” en el edificio más alto del mundo
F. Pastrano el

La guerra de las alturas sigue en pie. Ahora es China quien podría tomar otra vez la delantera y ganar al Burj Khalifa de Dubai. Si todo sigue como está previsto, en 2017, antes de que se construya la Kingdom Tower en Jeddah, Arabia Saudí, China habrá acabado sus Torres Fénix de 3.280 pies (1 km.) de altura.

Wuhan, capital de la provincia de Hubei, es una ciudad de 10 millones de habitantes en la orilla del río Yangtsé. Conocida como el Chicago de China, por ser un importante nudo de comunicaciones, se ha desarrollado de forma espectacular sobre todo desde la llegada al consistorio en 2011 del actual alcalde, Tang Liangzhi. Ahora una de sus tareas más arduas consiste en encontrar financiación para una obra tan gigantesca. Las Fénix son solo una parte de un proyecto más ambicioso de un barrio ultramoderno que se llamará “Super City”.

El bufete británico de arquitectos Chetwoods, el mismo que rediseñó en 2009 el Puente de Londres, ha sido quien ha realizado el proyecto para el Grupo HuaYan de Wuhan. La filosofía de todo el diseño se basa en la sostenibilidad, por lo que las torres generarán la energía necesaria para cubrir sus propias necesidades.
Llamadas por algunos las Torres Eiffel del siglo XXI, se erigirán en una isla en medio de un lago (Hubei es llamada la provincia de los Cien Lagos) e incorporarán elementos de la cultura tradicional china. Todo girará en torno al dualismo taoísta del yin y del yang, de las dos aves Feng y Huang, nombres que reciben cada una de las torres.
La más alta, Feng, se dedicará a las actividades comerciales y suministrará la energía renovable obtenida con paneles solares. Albergará los sistemas de purificación del agua y del aire. La zona inferior será habitable. La torre más baja, Huang, acogerá las actividades culturales y recreativas con restaurantes, cafés, un jardín vertical de cien pisos y calderas de biomasa.

En la base de ambos edificios se construirá un centro cultural-comercial con la reproducción de calles de estilo extranjero (francés, turco, japonés…).
La imagen exterior será especialmente atractiva al atardecer, cuando sus estructuras reflejen los rayos rosados del sol. Varias grandes esferas suspendidas entre las dos torres, representando a los planetas, se unirán a éstas y entre sí por túneles aéreos y contendrán diversos restaurantes temáticos.
Con todo, lo más destacable del proyecto es su compromiso con el medioambiente. Y puede que lo más sorprendente sea que en la torre Huang habrá un “hotel de insectos” con el fin de controlar las plagas, atrayendo a los perjudiciales, para evitar que ataquen a las numerosas plantas ornamentales de ambos edificios, y criando a otros, como las abejas, para que las polinicen.

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