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¿Por qué los peces machos se vuelven hembras en las costas vascas?

¿Por qué los peces machos se vuelven hembras en las costas vascas?
José Manuel Nieves el

Investigadores de la UPV comprueban que estos animales tienen una clara tendencia a adquirir rasgos propios de las féminas de la especie.

Un grupo de investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV) acaba de comprobar, tras analizar seis zonas costeras diferentes, que en todas ellas los peces macho tienen una clara tendencia a adquirir rasgos propios de las hembras. Y no solo en lo que se refiere a las características de sus órganos genitales, sino también a nivel molecular. Los resultados de esta impactante investigación se han publicado en dos artículos diferentes, en “Science of the Total Environment” y en “Marine Environmental Research”.

Las primeras pruebas, principalmente con bancos de un tipo de salmonetes, se realizaron en Arriluze y Guernica en 2007 y 2008. Desde entonces, los investigadores han repetido su investigación en Santurtzi, Plentzia, Ondarroa, Deba y Pasaia. El resultado es que, en mayor o en menor medida, el fenómeno de “feminización” de los peces macho se repite en todas partes.

Según Miren P. Cajaraville, director del trabajo, los resultados muestran que “la disfunción endocrina es un fenómeno que se extiende a lo largo de todos nuestros estuarios, lo que significa que, como se ha visto en otros países, tenemos un problema de contaminación”.

Algunos de los agentes contaminantes detectados, en efecto, tienen toda la capacidad para ser los responsables del fenómeno, especialmente los que pertenecen al grupo de agentes disruptores endocrinos. Químicamente, son muy diferentes unos de otros, pero todos conllevan efectos similares. Y es que, debido a su interacción con las hormonas, destruyen su delicado equilibrio y pueden llevar a la feminización, o a la masculinización, del organismo.

Dado que esta clase de contaminantes es de reciente aparición, se sabe aún muy poco sobre los efectos que pueden tener sobre el entorno y los distintos ecosistemas. Según Cajaraville “nuestro hallazgo es muy significativo, porque nos anima a saber hasta qué punto esos agentes están presentes en nuestros estuarios y ríos y qué efectos pueden tener. Solo así podremos adoptar medidas para evitar que alcancen nuestras aguas y conseguir que los gobiernos los regulen”.

Sin embargo, y a pesar del hecho de que, en términos de los efectos que producen, se trata de nuevos contaminantes, las “fuentes” de agentes químicos disruptores endocrinos pueden hallarse en un buen número de productos de uso cotidiano, desde plastificantes a pesticidas, píldoras anticonceptivas, perfumes o detergentes, entre otras cosas.

Algunos de esos agentes alcanzan el mar junto a las aguas residuales incluso después de que éstas hayan sido tratadas en plantas purificadoras. Por eso, explica el investigador, “nuestra principal hipótesis es que proceden directamente de las plantas de tratamiento de aguas. Son losl primeros lugares que estudiamos, y siguen siendo, de lejos, los responsables del mayor porcentaje de contaminantes de reciente aparición”.

En cualquier caso, el equipo de la UPV ha encontrado sólidas evidencias de feminización en los peces (de la especie Chelon labrosus, llamados mubles o lisas) en todos y cada uno de los seis estuarios que analizaron. En tres de ellos (Guernica, Pasaia y Deba) aparecieron peces “intersexuales” o, en otras palabras, especímenes cuyos testículos contenían óvulos inmaduros. Según las áreas, el porcentaje de peces afectados de esta forma iba desde el 12% al 64%.

La media docena de estuarios dio positivo

Y lo que es más, todos los estuarios (los seis) dieron positivo a dos de los principales indicadores moleculares implicados: en efecto, la mayoría de los peces macho (entre el 60% y el 91%), presentaban en sus hígados rastros de “vitellogenin”, una proteína que, en principio, solo se expresa en las hembras; y en sus cerebros una buena cantidad de Aromatasa Cyp19a1b, una proteína que participa en ls síntesis de estrógenos y cuya presencia en los machos es un claro signo de feminización.

Además de medir estos inticadores en las poblaciones de peces macho, los investigadores también llevaron a cabo análisis químicos en todas las áreas de muestreo. “Trabajamos todo el tiempo en colaboración con varios equipos de químicos analíticos (algunos de ellos del CSIC) y caracterizamos cada ubicación tanto desde el punto de vista biológico como químico -explica Cajaraville-. Y hemos confirmado que existe una correlación entre la presencia de estos contaminantes y el fenómeno de feminización”.

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