La galaxia, lejos de ser una gemela de la Vía Láctea, se formó mucho después tras la colisión de otras dos más pequeñas.
No era la gemela de la Vía Láctea, sino una galaxia formada mucho después que la nuestra tras la colisión de dos galaxias más pequeñas. Incluso la Tierra, nuestro planeta natal, es 2.000 millones de años más viejo que Andrómeda…
Todo comenzó hace entre 10.000 y 7.000 millones de años, cuando dos galaxias pasaron “rozándose” relativamente cerca de la Vía Láctea. Pero ese acercamiento solo sería el primero de varios. 4.000 millones de años después, en efecto, las dos galaxias volvieron a encontrarse, esta vez de forma más violenta, aunque ambas galaxias lograron conservar cada una su identidad. A partir de ese momento todo sucedió más deprisa, y al final, entre hace 1.800 y 3.000 millones de años, ambas se fusionaron para crear una nueva galaxia, que hoy conocemos como Andrómeda. Te lo contamos en el videoblog «Materia Oscura», sobre estas líneas.
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