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Blogs Terminal Cero por Luis Ayllón

Todo a cien

Luis Ayllón el

Me lo contaron hace poco:

 

La señora pregunta al médico por la situación de su marido. El médico no puede evitar mostrarse pesimista:

 

-“Señora, yo a su marido lo veo mal. Le hablo y no parece entenderme. Me mira con los ojos medio cerrados; y además, está algo amarillo. Francamente, lo veo muy mal”.

 

-“Le advierto a usted –dice la señora- que mi marido es chino”.

 

-“Pues eso le va a salvar”, replica, pleno de reflejos, el médico.

 

 

Pues si, la salvación nos viene de China, por lo visto. Como muchos españoles agobiados por la crisis, Zapatero ha terminado recurriendo a los chinos. Claro que de otra manera. Acaba de pasar por España el viceprimer ministro chino, Li Keqiang, que, por lo visto está llamado a ocupar dentro de un par de años el puesto de primer ministro. Es decir que es un tipo con gran proyección, dentro de ese nuevo modelo de capitalismo comunista o de comunismo capitalista que se ha puesto en marcha desde hace años en el gran gigante asiático.

 

 

Li Keqiang, como un rey mago de Oriente, del lejano Oriente, ha venido a Madrid con la chequera y aquí le hemos puesto alfombra roja para que pise bien blando, mientras firma sustanciosos contratos con empresas españolas y se compromete a seguir comprándonos deuda, además de expresar su confianza en la capacidad del Gobierno español para salir de la crisis.

 

 

Zapatero ha descubierto China y prepara ya otro viaje a Pekín para el mes de febrero. Ha visto una tabla de salvación y no la quiere soltar. Es lógico. Pero de nuevo, el Gobierno calla -como muchos de sus colegas occidentales, por cierto- ante las violaciones de los derechos humanos que se producen en ese país. ¿Recuerdan cuánto le costó al Gobierno sacar un comunicado apoyando al Nobel de la Paz Li Xiaobo, para no molestar al régimen de Pekín, que no le ha dejado viajar a Oslo a recogerlo? Sólo lo hizo cuando vio que Obama se pronunciaba en ese sentido. Como siempre, por encima se ponen los intereses económicos. Vale, pero, al menos, que lo digan claramente y dejen de ir de adalides en la defensa de los derechos humanos. Ya son muchos los lugares en los que han claudicado: Cuba, Maruecos, Venezuela, Guinea Ecuatorial…

 

China
Luis Ayllón el

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