El Gobierno español parece estar especializándose en los postconflictos. Hace unos meses se involucró de manera decidida en tratar de lograr fondos europeos para afrontar la situación que puede vivir Colombia si se alcanza un acuerdo de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y los terroristas de la FARC. Ahora, la mirada se dirige a Siria.
Es evidente que los casos son muy diferentes, pero es cierto que si no se piensa en el futuro inmediato y en la situación en que quedarán muchos de los combatientes en esos conflictos, los resultados no serán los deseados. Recuérdense casos como los acuerdos de paz de El Salvador, que no tuvieron una previsión adecuada para la reinserción de los miembros de la guerrilla en la sociedad, por lo que muchos de ellos terminaron formando violentos grupos de delincuencia organizada.
Por lo que hace a Siria, donde hace casi cuatro años hay una cruenta guerra, con presencia de elementos yihadistas enormemente violentos, la idea es poner en marcha un programa de formación, en colaboración con el Servicio Europeo de Acción Exterior. Se trataría de llevar a cabo la preparación de ciudadanos sirios en materias como la gestión de municipios, los derechos de la mujer o los medios de comunicación.
Con ello, se pretende dotar a grupos de personas, en distintos ámbitos de la sociedad siria, para que sean capaces de de desarrollar de manera exitosa, una vez que termine el conflicto, un proyecto de transición política.
La pretensión es, por tanto, poner en marcha en 2015 y hasta 2018, un programa, que se llamará “Tahtir-Masar” y que será cofinanciado por la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. La formación se hará tanto en España como en los países vecinos de Siria.
El Gobierno español, lo mismo que los de otros países está muy preocupado por el mantenimiento de la guerra en Siria, de la que el principal beneficiario está siendo el autodenominado Estado Islámico, en detrimento de grupos moderados de oposición al régimen de Bashar Al Assad. Sobre éste, dado el peligro que representan los yihadistas, se están poniendo ahora las miradas, con un enfoque menos estigmatizadora que al comienzo de las revueltas que iniciaron el conflicto.
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