ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Terminal Cero por Luis Ayllón

Mila Hernando: El emotivo y merecido homenaje a una gran diplomática

Mila Hernando: El emotivo y merecido homenaje a una gran diplomática
Luis Ayllón el

No es habitual asistir a un homenaje como el que tuvo lugar el martes en la sede de la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (Aecid). El centro de ese homenaje era Milagros Hernando, una diplomática fallecida el pasado mes de octubre, a los 60 años, tras una enfermedad que se le manifestó mientras ocupaba el puesto de embajadora de España en El Líbano.

Mila, como era conocida entre sus compañeros de trabajo y amigos, era una excelente persona y una gran profesional y así quedo patente en un acto que estuvo cargado de emotividad y, donde -estoy seguro- ninguna de las palabras que se dijeron sobre ella eran un puro formalismo. Allí se encontraban desde el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero hasta el actual ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, pasando por dos centenares de personas -gran parte de ellas, diplomáticos- que le profesaban un verdadero afecto.

Tuve la suerte de conocer a Mila cuando trabajaba como jefa de gabinete con Ramón de Miguel en la Secretaría de Estado que se encargaba de los asuntos de la Unión Europea. Después, cuando Leyre Pajín la llamó para que se hiciera cargo de la Dirección General de Planificación y Evaluación de Políticas para el Desarrollo. Pero sobre todo pude apreciar sus enormes cualidades humanas y profesionales en los años en que dirigió el Departamento de Internacional del presidente Zapatero, donde siempre estuvo dispuesta a atender a los periodistas y a facilitarles su trabajo. Alejada de cualquier planteamiento ocultista o ambiguo, Mila entendía la diplomacia como un ejercicio de transparencia en el que concedía un importante papel a los medios de comunicación y eso es algo que los periodistas hemos de agradecerle.

Mila logró concitar el cariño y el reconocimiento de sus compañeros, con independencia de cuáles fueran sus ideas, porque vivió apasionadamente su profesión. En el acto de homenaje, que concluyó con la entrega a su hermano de la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica, a título póstumo, para Mila, se puso de relieve su humanidad, su simpatía, su profesionalidad y otros valores que, con justicia, llevaron al ministro Dastis a ponerla como ejemplo de buen diplomático. “Mila es un ejemplo de lo que aspiramos a ser”, dijo, visiblemente emocionado.

Los tres secretarios de Estado de Dastis tuvieron también unas cariñosas palabras para Mila. Fernando García Casas destacó su “entusiasmo y optimismo”; Jorge Toledo recordó cómo siempre encontró su despacho siempre abierto y una gran paciencia para ayudar a resolver problemas; e Ildefonso Castro subrayó que, cuando le pasó el testigo en el Departamento de Internacional de Moncloa, permaneció una semana más allí para facilitar cualquier duda sobre el traspaso de poderes de Zapatero a Rajoy.

A través de un vídeo, el ex ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos dijo de ella que fue honesta y trabajadora y estuvo plenamente dedicada a defender los intereses de España desde una “diplomacia renovadora”.

Ramón de Miguel aludió a los años en que trabajo en los asuntos europeos, pero reconoció que el trabajo en el que Mila más disfrutó fue el que desarrolló en la Aecid, porque la ayuda a los demás era lo que más le motivaba. Y, en cualquier caso, consideró que “su mérito ha sido conjugar su maravillosa humanidad con su dedicación profesional.

Leyre Pajín dijo de ella que fue “la mejor cooperante de todos” y aseguró que la presencia en el acto de tantas personas ponía de relieve que “poca gente logró tanto consenso como Mila” y agregó: que “fue capaz de aunar a una pluralidad de personas de ideas y pareceres distintos en el territorio de la pasión por la vida”.

Por su parte, Rodríguez Zapatero, además de elogiar su “actitud constructiva, positiva, amable y optimista”, señaló que, por ello, ha merecido “el aprecio y el reconocimiento de todos”. Después, tomando pie de la figura de Mila Hernando, aprovechó para destacar “la altísima profesionalidad, preparación y sentido de servicio al Estado que tienen los miembros de la Carrera Diplomática en España”. “Es -dijo-una diplomacia de altísimo nivel que ha contribuido al cambio profundo de la posición de España en el mundo. La España constitucional es una España valorada y respetada en el mundo. Ese es el legado que nos dejan personas como Mila Hernando”.

Asuntos ExterioresDiplomáticos

Tags

Luis Ayllón el

Entradas más recientes