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Mensaje de Rajoy a los bolivarianos

Luis Ayllón el

Más allá del deseo expresado por Mariano Rajoy de que la Cumbre Iberoamericana de Cádiz se centre en el crecimiento económico y en la creación de empleo, la intervención del presidente del Gobierno en la Secretaría General Iberoamericana dejó un par de mensajes que conviene destacar.

 

 

Primero. La importancia que el nuevo Gobierno quiere dar a la relación con Iberoamérica. La Secretaría General Iberoamericana se instaló en Madrid en 2005,  pero José Luis Rodríguez Zapatero nunca la visitó. Así que Rajoy ha sido el primer presidente de Gobierno en hacerlo, en un acto en el que estuvieron los embajadores iberoamericanos acreditados en España. La intención del Ejecutivo es que todos los países que forman la Comunidad Iberoamericana sean visitados por un miembro de la Familia Real o por un alto cargo del Gobierno antes de la Cumbre, prevista para el 16 y 17 de noviembre.

 

 

Segundo. El mensaje dejado por Rajoy para los países que conforman la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).  Aunque sus palabras iban dirigidas a todos los países iberoamericanos, resulta obvio que algunas frases de su discurso tenían como principales destinatarios los que se mueven en la órbita de Hugo Chávez: la propia Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Cuba. Hay en esas palabras bastantes dosis de pragmatismo, olvidando duras críticas hechas desde la oposición, aunque, eso sí, insistiendo en la necesidad de respetar los derechos humanos y las libertades. Un intento de dejar la puerta abierta a estrechar la relación pasando por alto las peculiaridades que presentan los mandatarios de esos países.

Y también, parte de una estrategia para lograr el mayor número posible de asistentes a la cumbre, después de unas últimas citas algo devaaluadas.

 

 

Pero en fin, para que cada cual haga su interpretación, esto fue lo que dijo textualmente el presidente del Gobierno en su intervención al hablar de la nueva relación que quiere establecer con los países de la región:

 

 

“En primer lugar, España aspira a una relación de absoluta igualdad y de respeto mutuo por los procesos democráticos de cada país, siempre con la mirada puesta en el futuro.

 

 

“Aprovechando el Bicentenario de la Constitución de 1812, debemos volver a conjugar los principios esenciales que se engendraron en las Cortes de Cádiz y que forjarían el Estado de Derecho: soberanía nacional, libertad individual, representación, separación de poderes, igualdad jurídica.

 

 

“Tenemos que conjugar estos principios esenciales con el realismo histórico y político que nos enseñaron nuestros antepasados, los de todos nosotros en Cádiz. Sobre esta base, nadie tiene que renunciar a sus principios, ni a su ideología propia, si coincidimos en lo fundamental, que es el valor de la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos. Así es como podremos dejar de lado cualquier desencuentro que pueda surgir y crear tensiones, recordando además otro aspecto esencial de nuestra comunidad: la vocación y la voluntad de fortalecer nuestros vínculos por encima de nuestras diferencias”.

 

 

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Luis Ayllón el

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