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Francia pide ayuda de nuevo

Francia pide ayuda de nuevo
Luis Ayllón el

España vuelve a encontrarse en la tesitura de dar apoyo logístico a Francia para una intervención militar en un país africano. Si a comienzos de año, se trataba de frenar el avance de las milicias de Al Qaida en Mali, ahora lo perentorio es desarmar a las milicias que se enfrentan en la República Centroafricana, que han provocado ya centenares de muertos, sobre todo, en la capital, Bangui.

La República Centroafricana nos queda aún más lejos que Mali, pero su inestabilidad puede afectarnos también, porque hay riesgo de extensión a otros países, donde terroristas con mayor o menor conexión con Al Qaida, siguen avanzando. Los choques en la República Centroafricana entre las milicias “Anti-Balaka” (anti-machete) integradas por cristianos que apoyan al depuesto presidente François Bozizé, y los rebeldes de Seleka, de mayoría musulmana, que perpetraron en marzo un golpe de Estado, han adquirido un tinte claro de enfrentamiento entre grupos religiosos. Y están muy cerca Sudán, dividida en dos países –el Norte y el Sur- con mayorías musulmanas y cristianas, respectivamente, o Nigeria, donde los cristianos están siendo objeto de continuos ataques por parte de los terroristas fundamentalistas islámicos de Boko Haram.

Cuando estalló el conflicto en Mali, Francia pidió a España un avión para transportar tropas, principalmente de soldados africanos, y el Gobierno tardó en adoptar una decisión positiva por las diferencias entre Exteriores y Defensa. Lo mismo sucedió más adelante a la hora de enviar militares para formar a soldados del Ejército maliense. Hoy, sin embargo, España es el segundo país con más militares sobre el suelo de Malí, después de Francia, que ha agradecido la participación española para lograr la estabilidad en ese país.

Por eso, ahora, ha vuelto a pedir la contribución española, con otro avión para el transporte de tropas en la República Centroafricana y, en el futuro, con apoyo sanitario. Y de nuevo, el Gobierno se demora en dar una contestación a una petición formulada por el propio François Hollande a Mariano Rajoy. El embajador francés, Jerôme Bonafont, ha dicho que Madrid está estudiando “como ayudar a salvar a ese país arruinado”.

Parece lógico que España estudie su aportación, teniendo en cuenta el esfuerzo hecho ya en Mali, pero resulta difícil desentenderse del problema y, si finalmente, se van a aceptar las peticiones galas, bueno sería que no se tardara mucho en dar una respuesta, porque, de lo contrario, parecerá que se hace arrastrando los pies.

Si, como ha apuntado Darío Valcárcel en una acertada Tercera de ABC, España y Francia deben marchar hacia una alianza estratégica, el apoyo de Madrid a París en la estabilización de la República Centroafricana es un paso necesario.

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