Las autoridades españolas continúan su apuesta por Cuba, a la espera de que el país emprenda las esperadas reformas no sólo económicas, sino también políticas. El último gesto ha sido la decisión de la compañía de gestión integral del crédito comercial Cesce, en la que es mayoritario el Estado, de ampliar su cobertura para proyectos de empresas españolas en Cuba con un techo de 30 millones de euros.
En realidad la cobertura se encontraba prácticamente suspendida desde hace casi dos años, después de que en 2014 se abriera para tratar de apoyar la actuación de las empresas españolas en la isla. Los impagos una vez que empezaron a vencer los créditos asegurados obligaron a limitar enormemente los créditos.
No es que Cuba se esté distinguiendo por marchar decididamente por un camino aperturista. Si en algún momento, pensó en hacerlo tras el acuerdo alcanzado con Barack Obama, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha enfriado esas supuestas intenciones. El régimen castrista sigue limitando las libertades de sus ciudadanos y no se atreve a abrir plenamente su economía para facilitar la llegada de la inversión extranjera.
De todos modos, el relevo de Raúl Castro en la Presidencia del país por Miguel Díaz-Canel ha hecho albergar a algunos la esperanza de que puede haber algún cambio. De momento, ninguno apreciable, como, seguramente, ha podido constatar el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Fernando García Casas (en la imagen), que ha sido el primer alto cargo español en viajar a la isla, desde que Díaz-Canel se puso al frente del país hace menos de un mes.
El diplomático español, que viajó a La Habana para participar en la reunión de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), llevaba en su agenda reuniones con el vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía, Ricardo Cabrisas; y con el titular de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, sin que se descarte que sea recibido por Díaz-Canel.
En su encuentro con Cabrisas “se ratificó la voluntad mutua de trabajar coordinadamente en la nueva etapa de cooperación que se iniciará con la negociación, firma y entrada en vigor del nuevo Marco de Asociación País con España“, según la información oficial difundida por medios estatales de la isla, que recuerda que el instrumento “establecerá las bases para el desarrollo de la cooperación bilateral en los próximos cuatro años, para lo cual se tendrán en cuenta las prioridades establecidas dentro del Plan de Desarrollo Económico y Social de Cuba hasta el año 2030”.
Cabrisas destacó que España es “uno de los mayores socios de Cuba en los ámbitos comerciales y de negocios”. De hecho, en 2016 ese país fue el segundo receptor de exportaciones españolas al Caribe, con 909 millones de euros, solo por detrás de México, uno de los motivos, por los que Cesce ha decidido reanudar su cobertura.
Pero más allá de las palabras que destacan los intercambios comerciales y la cooperación, la relación política sigue frenada por la ausencia de una verdadera voluntad de las autoridades cubanas de desterrar los planteamientos propios de un régimen dictatorial. Y eso es algo que, entre otras cosas, frena la posibilidad de que se lleve a cabo una visita de Estado de los Reyes a la isla.
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