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Blogs Terminal Cero por Luis Ayllón

Dos horas reales en la Casa Blanca

Luis Ayllón el

El entendimiento entre los Gobiernos españoles y estadounidenses se ha visto sometido a distintos vaivenes desde que nuestro país recuperó la democracia.
De la vacilante confianza norteamericana en España en los años de la UCD, sólo superada con el ingreso en la Alianza Atlántica con Leopoldo Calvo Sotelo, se pasó a los años del primer Gobierno socialista. Ronald Reagan convenció a Felipe González de que si quería que España quedara anclado en Europa y en el mundo occidental, debía olvidarse de veleidades antiimperialistas. González hizo entonces el prometido referéndum sobre la OTAN, pero no para salirnos sino para quedarnos y secundó el papel norteamericano en la superación de la guerra fría o en la primera guerra del Golfo. Con Aznar en La Moncloa se vivió la sintonía más plena con Washington, durante el mandato de George W. Bush. El bandazo dado después por Zapatero, retirando las tropas españolas de Irak y llamando inconscientemente a otros países a hacer lo mismo, le granjeó la enemistad de Bush, que vetó su acceso a la Casa Blanca y contó sus contactos con él por segundos. La llegada de Obama permitió respirar a Zapatero, dispuesto ahora a atender todas las peticiones que le hagan desde Washington.
En todo este tiempo, el Rey ha sido lo permanente en la relación con Estados Unidos. Ha mantenido un contacto fluido con todos los presidentes de Estados Unidos, desde que hizo su primer viaje, en 1976, siendo presidente Gerald Ford. Su imagen en ese país, muchos de cuyos Estados ha visitado, no puede ser mejor. Con Reagan, a quien recibió en España, hablaba a menudo por teléfono y lo mismo sucedía con Bush padre. Clinton quedó encantado de su visita a nuestro país incluida su estancia con los Reyes en Granada, donde, desde El Albaicín,  feente a La Alhambra, dijo haber visto la más bella puesta del sol del mundo. Y en Washington ofreció una cena de gala a Don Juan Carlos y Doña Sofía, a la que hubo bofetadas por asistir en la sociedad norteamericana. Con Bush hijo, su intervención fue clave para paliar los daños causados por el desplante de Zapatero en Irak.
Ahora, el Rey ha acudido de nuevo a Washington. Sólo un par de horas escasas, en un almuerzo en la Casa Blanca, entre otras cosas porque Obama no fue capaz de despejar su agenda en diciembre cuando se programó inicialmente la visita. En cualquier caso, la visita confirma esa línea de entendimiento y buena sintonía con los mandatarios estadounidenses. Tal vez sea capaz de convencer a Barack Obama para que visite España antes de fin de año, ya que en su agenda no ha entrado acudir a una cumbre entre la Unión Europa y Estados Unidos, que el Gobierno de Zapatero vendió con entusiasmo antes de tener confirmación alguna de la Casa Blanca.

Estados Unidos
Luis Ayllón el

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