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Cumbres Iberoamericanas: De los errores a la renovación

Cumbres Iberoamericanas: De los errores a la renovación
Luis Ayllón el

Dentro de un par de semanas, el Grupo de Reflexión sobre el futuro de las  Cumbres Iberoamericanas, que encabeza el ex presidente chileno Ricardo Lagos, presentará a los Gobiernos que forman parte de la Comunidad Iberoamericana de Naciones el informe que le fue encargado el pasado mes de noviembre en la reunión de Cádiz sobre la renovación del sistema de cumbres. Con ese documento, se prepararán los debates de la Cumbre que se celebrará en Panamá los días 17 y 18 de octubre.

Por ese motivo, resulta especialmente interesante la iniciativa de la Fundación Alternativas y FUNGLODE (Fundación Global Democracia y Desarrollo), radicada en la República Dominicana, de reunir en un informe –de manera muy detallada-los acuerdos alcanzados desde que las Cumbres Iberoamericanas se pusieron en marcha en 1991, en Guadalajara (México) y, sobre todo de examinar los aciertos y los errores de estas citas y ofrecer una serie de propuestas para su mejora.

Al echar un vistazo a los acuerdos de las cumbres, lo primero que se advierte es que la mayoría de ellos son desconocidos por el gran público. Son muchos, porque en cada una de las 22 cumbres celebradas hasta ahora, se aprobaron una buena cantidad. Sin embargo, bastantes se quedaron en el simple enunciado, porque no hubo países suficientes para sumarse a ellos y, en consecuencia faltaron fondos para ponerlos en marcha.

Esta realidad y la falta de seguimiento de los acuerdos son subrayadas en el informe en el lado negativo de las cumbres, lo mismo que el desequilibrio en la financiación de los programas y de los mecanismos para ponerlos en marcha. Aunque, en los últimos tres años, algunos países han comenzado a hacer mayores aportaciones, el peso de esa financiación recae fundamentalmente sobre España -donde además está la sede de la Secretaría General Iberoamericana-, cuya aportación está muy por encima del lugar que ocupa en Iberoamérica, en PIB, renta media, tamaño o población. Brasil, México, Chile, Argentina, Colombia o Perú están en condiciones de subir sus contribuciones.

Al abordar la cuestión de cuál puede ser el futuro de las cumbres iberoamericanas, se señala la importancia de conseguir que estos países emergentes, algunos de los cuales han comenzado a perder su interés por las reuniones, vean en ellas un instrumento que les puede resultar útil para reforzar otros espacios en los que participan, como la Alianza del Pacífico, la CELAC o UNASUR. De lo contrario, la comunidad iberoamericana, lastrada también por la debilidad que atraviesan España y Portugal, perderá terreno frente a otras áreas más pujantes, como el Pacífico o la propia China, que ha reemplazado a Europa como primer socio comercial de países como brasil o Chile.

El informe, según expuso Vicente Palacio, coordinador del mismo por la Fundación Alternativas, sugiere dar un nuevo enfoque a las cumbres, que las haga más “inclusivas”, de forma que se tengan en cuenta las distintas velocidades y modelos de la región.

Además, propone que se vaya hacia una comunidad iberoamericana más concentrada y más reducida en sus funciones, huyendo de la pretensión de querer abarcarlo todo, que ha llevado a que se queden en nada muchos de posproyectos.

Asimismo, aboga por una comunidad mejor conectada  con otros foros multilaterales, especialmente con instituciones europeas y llega a proponer que se cree también una Secretaría permanente Euro-latinoamericana para dar seguimiento a los acuerdos que se adoptan en las cumbres entre la UE y la CELAC.

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