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A “resolver”, compañeros

Luis Ayllón el

A comienzos del pasado mes de julio, Moratinos viajó a Cuba para cerrar el acuerdo que está permitiendo la excarcelación de los disidentes que aún se encontraban en la cárcel desde la Primavera Negra de 2003. Entonces, fue recibido por Raúl Castro, y según aseguran personas cercanas al ministro, el presidente cubano le expuso un calendario de las reformas económicas que pretende llevar a cabo en la Isla.

 

En realidad, desde que se puso al frente del país por la enfermedad de Fidel, Raúl Castro ha venido adoptando con cuentagotas algunas medidas para tratar de sacar al país de la profunda crisis en la que se encuentra. Algunas de esas medidas han ido en la línea de privatizar actividades que siguen estando en manos del Estado, lo que constituye la principal traba para el desarrollo de Cuba.

 

Ahora, según anuncia Granma, los cubanos podrán ejercer el trabajo por cuenta propia en 178 actividades y en 83 de ellas hasta podrían contratar empleados. A Castro no le ha quedado más remedio que abrir un poco más la mano en este terreno, porque va a tener que dejar en la calle a medio millón de personas al reducir el volumen de personal en la Administración pública.

 

Sin duda habrá bastantes candidatos a ejercer esas actividades, porque los cubanos están acostumbrados ya al famoso “resolver”, esa habilidad para ganarse la vida trapicheando con lo que pueden pescar, muchas veces en los caladeros estatales, o haciendo trabajillos a escondidas.

Habrá que ver si, después esas autorizaciones no sufren las limitaciones que tenían algunas de las ya autorizadas hace años, como los “paladares”, ante cuyo éxito como restaurantes, las autoridades cubanas se vieron obligadas a limitar su aforo y la concesión de licencias.

 

En cualquier caso, bienvenida sea la decisión, porque devuelve, al menos en parte, un espacio de libertad del que el régimen se había apropiado, pero sigue pareciendo escaso. Sería iluso esperar un cambio radical en la actitud de una dictadura, pero sí cabe reclamar un ritmo algo más acelerado y que se apunte también alguna medida de apertura política.

 

Posiblemente, eso sea lo que le seguirán pidiendo sus socios europeos a Moratinos cuando le examinen el 25 de octubre, porque, la cita será casi tanto un examen al régimen castrista como a las promesas hechas por el ministro español. Moratinos confía, con razón, en que la liberación de los presos –algo que todos celebrarán- le dará bastantes puntos. Otra cosa es que todos, consideren que merezca el aprobado. Checos, suecos y alemanes siguen siendo los más reticentes.

 

Cuba
Luis Ayllón el

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