Las desaladoras fantasmas de Zapatero

En un país que se seca a pesar de la inyección de agua de este invierno debe ser una prioridad optimizar recursos. De ahí que lea con inquietud que Ferraz con Pedro Sánchez como timonel quiere apostar de nuevo por la desalación. A falta de conocer con exactitud la letra pequeña de la propuesta socialista en materia hidrográfica quiero volver a recordar los datos actuales de las desaladoras en España.

La apuesta del PSOE por la desalación no es nueva. La actual presidenta Cristina Narbona cuando era ministra de Medio Ambiente impulso el «Programa Agua» con «carácter de urgencia» en junio de 2004 como propuesta antagónica al trasvase del Ebro. Durante el Ejecutivo de Zapatero se adjudicaron doce desaladoras, que supusieron una inversión pública de 1.797 millones de euros. Más tarde un informe del Tribunal de Cuentas de los ejercicios 2010-2011 de las “Sociedades Estatales de Aguas” reveló unos sobrecostes de 214,88 millones de euros en seis de las infraestructuras aprobadas antes de ceder el poder al Partido Popular. Sin contar otros 9 millones de euros gastados en proyectos que no llegaron a ningún puerto.

La desaladora de Bajo Almanzora tuvo un incremento del 31,2% por valor de más de 13 millones y sigue pendiente de reparación desde septiembre de 2012 por los daños sufridos tras su inundación por unas fuertes riadas. No es la única que sigue sin servicio. Hay otras tres desaladoras fantasmas ubicadas en Oropesa del Mar y en Moncofa (Castellón), así como en Sagunto (Valencia), que supusieron un total de 155 millones al erario público. Si la desalación es «factible, viable e inagotable», ¿por qué no preguntan a los municipios que se niegan a ponerlas en marcha  a pesar de estar en alerta por sequía las cuencas del Júcar y Segura? La letra pequeña del contrato con Acuamed estipulaba que los ayuntamientos tendrían que amortizar el coste de la infraestructura y de la producción una vez que estuviera operativa. Y no sólo eso, la burbuja de las desaladoras estallará en marzo de 2019, dos meses antes de las elecciones municipales. Si antes de esa fecha no le han dado al botón de inicio tendremos que devolver a la Comisión Europea casi 35 millones de euros aportados como subvención a través de los Fondos Feder.

Ahora que Mariano Rajoy ha cambiado la prima de riesgo por una aplicación de móvil que le informa del nivel de los embases, alguien también debería ponerle sobre la mesa los datos de los sobrecostes de las desaladoras construidas, el gasto de las que siguen paradas y de los proyectos fallidos, además de los fondos europeos que habría que devolver si no existe un acuerdo. Todos están incluidos en el sumario del caso Acuamed que se instruye en la Audiencia Nacional.

Ante el pacto del agua impulsado por el PP y el PSOE, cuando vemos la imagen que muestra cómo las recientes lluvias están obligando a desembalsar agua de Ribarroja en el Ebro, no sé si habría que volver al debate de «trasvase sí o trasvase no», lo que urge es un análisis del sector hídrico antes de salpicar nuestro territorio con más desaladoras. Ya tenemos cuatro fantasmas.