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Un país como concepto

Un país como concepto
Marisa Gallero el

 

En las turbulentas aguas de la ambigüedad son los conceptos los que sufren una vuelta de tuerca en su significado. Es un fenómeno que se intensifica en periodos electorales. El «cambio» fue un lema al que nadie se resistió desde que lo utilizó Felipe González en las generales de 1982. «Por el cambio» pasó a convertirse en el 26-J en «Un sí por el cambio» con el secretario general socialista que más dijo que «no».

También estuvo presente en los inicios de Podemos tras sorprender en las Europeas del 2014. «2015 empieza el cambio» era el lema frente a las tres citas electorales decisivas del año siguiente. El cambio que no se produjo le hizo variar hacía una actitud, «La sonrisa de un país», cuando Pablo Iglesias soñó con el sorpasso antes de mostrar los dientes. Esa campaña de Ikea le valió a Iñigo Errejón un tirón de orejas por dejar de «seducir a un millón de personas» y perder su puesto de número de 2. ¡Qué lejos queda cuando Iglesias aseguraba que «hablando claro y siendo diferentes seducimos más»! La claridad en su posicionamiento en Cataluña ha estado ausente. No digamos las sonrisas y el concepto de país. Recordando el cartel se notan las ausencias: Alberto Garzón neutralizado por un pacto con un botellín. Carolina Bescansa purgada por decir una obviedad —«Podemos no tiene un proyecto político para España»—. Errejón, silenciado. Y muestra una realidad: Iglesias siempre ha estado más cerca de Ada Colau y su doble juego.

Ante las autonómicas catalanas, que no plebiscitarias, a ver si no confunden, y después de ver las fauces al plan diseñado por la cúpula del Govern para una República real y no simbólica, la palabra «país» surge con un valor añadido. En el primer Comité Federal del PSOE desde que Pedro Sánchez resurgiera de sus cenizas apuestan por «Ahora, tu país». Subrayando que los socialistas creen en una «España unida en la diversidad» volviendo al diálogo. Era hora de un mensaje positivo, para construir, después de sentir el aliento independentista en la nuca.

Otros que buscaban un «pacto de país» con Ada Colau eran Alfred Bosch, líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, junto a Xavier Trias, exalcalde y actual jefe de filas del PDeCAT en el consistorio, que ha descartado dimitir tras confirmarse su presencia en los «Papeles del Paraíso». Su país es el que niega la existencia de una inmensa mayoría ciudadana que no quiere una independencia unilateral retorciendo leyes en el Parlament.

Más allá de agitar banderas, debemos de recuperar el orgullo de pertenecer a nuestro país sin que nos salgan sarpullidos. El país como concepto debería volver a ser de todos.

 

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