El presidente del Congreso Patxi López estipulo que la nueva ronda de consultas del Rey llevará «un tiempo y unos días», como si hubiéramos entrado desde el pasado viernes en El Día de la Marmota, esplendidamente protagonizada por Bill Murray en «Atrapado en el tiempo», mientras algunos siguen pensando en su próxima estrategia en el tablero de ajedrez que se ha convertido nuestra política actual.
En su agenda, Felipe VI ha citado a Pedro Sánchez el próximo martes 2 de febrero después del Comité Federal del PSOE, al que teme como su verdadero Minotauro. Allí busca conseguir el beneplácito de los barones para pactar con Podemos, PNV e IU para que le invistan presidente, cuando lo más seguro es que le embistan al ver los cálculos y concesiones que necesita para tocar poder.
Si como cuenta una de sus personas de confianza, Meritxell Batet, «Pedro Sánchez habla constantemente con Felipe González», sabrá que la propuesta del expresidente del Gobierno socialista es la abstención del PSOE para favorecer un Gobierno de PP y Ciudadanos, pactando un programa de reformas.
Mientras escribo, compruebo las cuentas de Twitter de los principales líderes políticos, inmersos cada uno en su laberinto, a ver si me he perdido alguna conversación clave entre Pedro y Pablo sobre «políticas de progreso». Pero el tema del día para Iglesias es donde se sienta Podemos en el Congreso, con sus «5 millones de votos al gallinero». Y un tuit de Sánchez que refleja que continua sujetando el hilo de Ariadna a pesar de los avisos de la vieja guardia socialista: «El suma y sigue de la corrupción del PP exige, a quienes creemos firmemente en la regeneración democrática, enviarles a la oposición».
Con la corrupción, estamos también en un eterno bucle, que va descomponiendo en diferido al Partido Popular. Hace unos días dimitía la mano derecha de Soraya Sáenz de Santamaría, Federico Ramos de Armas, por el caso Acuamed, justo cuando citaban a declarar al PP como investigado por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas. Ayer caía la antigua cúpula popular de Valencia por amañar obras públicas, llevando al calabozo al expresidente Alfonso Rus. Como reconocía Marcos Benavent, el arrepentido que se calificaba como «un yonqui del dinero» y grabó a Rus: «Va a salir mierda a punta pala».
El mismo martes que Pedro Sánchez y Mariano Rajoy se verán de nuevo con el Rey, el pequeño pueblo de Punxsutawney retransmitirá en directo cuánto tiempo queda hasta el fin del invierno. Vamos a tener que solicitar al condado de Jefferson en el estado de Pensilvania que nos envíen a la marmota Phil para predecir quién será nuestro próximo presidente, antes de que volvamos a vivir como una maldición un día idéntico.
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