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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Loewe: brutalismo y oda al bolso

Loewe: brutalismo y oda al bolso
María Luisa Funes el

Jonathan Anderson presentó una colección cargada de contrastes y materiales naturales.

El desfile de Loewe en París se escenificó ayer como una galería de arte modernista. El acceso a las salas de la UNESCO en las que se celebró, se asemejaba a la fachada a una galería experimental londinense de los años 60, SIGNALS.

En el interior, los cepillos giratorios de lavado de coches ideados por Lara Favaretto se sucedieron por cestas tejidas por Joe Hogan (finalista del LOEWE Craft Prize) y por un curioso espacio lleno de tocadiscos antiguos en los que se exponían piezas cerámicas de Ryoji Koie.

Este fue el escenario de una colección anclada en ideas y coloridos recurrentes en las colecciones de Jonathan Anderson que, con su hilo conductor, presentó una serie brutalista  con originales combinaciones de materiales. 

Gabardinas sobredimensionadas, pantalones de inspiración cargo, mangas de campana, túnicas con botas y materias rústicas imperaron en una colección de contrastes, en la que las delicadas plumas se añadieron a la sarga y la paja y el cuero acompañó al algodón y la muselina.

Pero si hay algo por lo que la casa Loewe fue conocida y venerada, además de por su ante oro, fue siempre por sus bolsos, auténticos protagonistas de las mejores calles de España durante décadas. Jonathan Anderson recupera la importancia del accesorio rey en las colecciones de la casa madrileña, dando una verdadera lección de versatilidad y modernidad.

Fue así como pudimos ver desfilar sorprendentes e inclasificables piezas, seguidas de best-sellers versionados y “tuneados” con inspiración en la colección. 

Hicieron acto de presencia gigantescos sacos de rafia con un glamour bohemio, sencillos bolsos de cuero de dos asas, cestas de mimbre con cadenas, bolsas inspiradas en el mundo ecuestre que combinaban cuero y lino, bolsos cubo y piezas con 6 pliegues y cierre de cordón.

El icónico modelo “Puzzle” apareció en distintos tamaños y materiales, incluida una versión mini. Circularon modernos “messenger bags” en cuero negro, planos y austeros.

Se acompañaron algunas túnicas de mini pochettes con asa de cuero, de bolsos de rafia con plumas y de bolsas rectangulares. El bolso Kite, se ideó en franjas. Y el famoso modelo “Gate” -con su ya conocido lazo de cuero frontal- apareció en varios tamaños e incluso se declinó en paja.

Loewe sienta cátedra con su nueva personalidad, a “l’air du temps”, pero con una particular concepción del uso de las materias naturales y de la mezcla de estilos.  Creatividad a raudales y brutalismo artesano y autóctono.

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