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La moda y la imaginería católica en el MET de Nueva York

La moda y la imaginería católica en el MET de Nueva York
María Luisa Funes el

El Metropolitan Museum organiza una llamativa exposición que asociará piezas religiosas con atuendos de Versace, Chanel, Dolce & Gabbana y Balenciaga inspirados en ellas. 

Si las religiones han influido en la política, la economía y la historia del mundo, lo mismo ha ocurrido con la moda.  Aquello de que un par de zapatos dice mas que mil palabras nos trae a la mente los zapatos rojos del Papa Benedicto XVI, que lejos de ser antojos personales, se habían recuperado de los anales de la historia de la Iglesia católica. El Metropolitan Museum of Art comienza una exposición dedicada a la influencia de la religión católica en el mundo de la moda de las últimas décadas. El resultado no puede ser más curioso y revelador.

La muestra llamada “Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination”, que se traduciría como “Cuerpos Celestiales: la moda y el imaginario católico”, ocupa tres galerías del Met y un total de unos 6000 metros, en los que se exponen 50 prendas de origen religioso cedidas por el Vaticano o procedentes de los archivos del propio museo. Se asocian a unas 150 piezas de guardarropa de casi otros tantos creadores, con clara inspiración en motivos eclesiásticos.

Del mismo modo que Coco Chanel retomaba los uniformes de las niñas de su hospicio y los atuendos de las monjas a la hora de crear muchas prendas tan icónicas como el ya clásico “vestidito negro” o “petite robe noire”, otros creadores como Balenciaga o Versace, no fueron menos. Esta exposición, que prometer entretener y formar, dará mucho juego durante sus 5 meses de vigencia.

Los modelos de Valentino inspirados en las túnicas de frailes de Zurbarán se exponen junto al vestido de Elsa Schiaparelli inspirado en el San Pedro medieval del siglo XIV dibujado por un alumno de Lippi Memmi, o al vestido de novia de Balenciaga que retoma un crucifijo de la imaginería de un claustro. Los atuendos de Versace se asociarán a su fuente de inspiración y los rebuscados modelos de Dolce & Gabbana descubrirán su base en la iconografía de mosaico siciliano, todo en una exposición que promete no dejar a nadie indiferente.

Aunque los organizadores de la muestra saben que el Papa Francisco rechaza todo lo suntuoso, permanecen en el imaginario colectivo los espectaculares tocados y zapatos rojos con los que Benedicto XVI sorprendía a los fieles, muy inspirados en San Nicolás.

También es notoria la complejidad de los atuendos y colores de la liturgia eclesiástica y la riqueza con la que el “pueblo” adorna a sus Vírgenes, especialmente en España e Italia.

Sin juzgar si es o fue correcto, si se crearon estas piezas con admiración o como crítica, es evidente que la muestra supondrá un sorprendente recorrido por la imaginería católica, que desde la época medieval, pasando por la bizantina, el barroco y la misma actualidad, ha dejado “perlas” de estilismo que han oscilado entre lo exagerado y lo discreto, entre lo suntuoso y lo monacal, pero siempre con una soberbia factura y una delicadeza exquisita.

La exhibición no dejará de constatar la importancia de la Iglesia Católica en la cultura mundial a todos los niveles y aunque el organizador, Andrew Bolton, ha declarado que espera que el público y las instituciones católicas se revuelvan contra la muestra, la impresión general es que el nuevo conservador del Metropolitan Museum -que parece ser es también católico- confunde el fundamentalismo de otras religiones con la tranquila admiración sentida por los católicos con el imaginario colectivo que siglos de magníficos cuadros, esculturas y obras arquitectónicas les han otorgado.

Es curioso constatar que, en esta exposición -que estará abierta al público desde el 10 de mayo hasta el 8 de octubre de 2018-, también se pone de manifiesto la importante creatividad de los modistos educados en el catolicismo, desde Jeanne Lanvin, Elsa Schiaparelli, Balenciaga, Dior, Coco Chanel o Roberto Capucci, hasta Ricardo Tisci, Christian Lacroix o Thom Browne. Parece ser que tanto Amal Clooney como Rihanna, Madonna o Lady Gaga, serán parte activa de una muestra esponsorizada en parte por Versace y sus nuevos accionistas -judíos, para más señas-, que ven en el relanzamiento de las imágenes del vestuario de la Iglesia Católica un seguro impulso para sus propias colecciones.

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