Parece increible que una institución como la Academia Norteamericana de Cine, a estas alturas de un mundo exacto y tecnológico, cometa el error de entregar un premio a la película errónea. Todo en directo y ante 800 millones de espectadores.
La culpa no fue de Warren Beatty, por más que en Hollywood le odien por haberse ligado a docenas de bellas actrices a través de los años. Él, acompañado de su eterna pareja cinemátografica en Bonnie & Clyde, Faye Dunaway, intentó sortear la situación lo mejor posible.
Recibió un sobre en el que se incluía el nombre de la mejor actriz “Emma Stone”, sobre la película protagonizada, “La La Land”. Ante tanta información, el actor dudó y mostró la tarjeta a Faye Dunaway, quien – consciente de que en directo no podía tardar y de que la película no podía incluir el nombre de una actriz, dijo con tono resolutivo: “La La Land”.
“No trataba de ser divertido cuando miré al público y mostré la tarjeta a Faye”, explicaba el actor al indicar que le pareció raro lo que la tarjeta incluía.
Los premiados de “La La Land”, subieron al escenario, y cuando se encontraban en plena celebración, tuvieron que volver a bajar. Uno de los productores de la película fue informado del error y tomó el micróficono: “chicos, esto no es una broma. Ha habido un error. La película ganadora del Oscar es “Moonlight”. Un verdadero Quijote el productor de La La Land.
En realidad, en un mundo tan exacto y sincronizado, falló la mano del encargado de entregar el sobre a Warren Beatty. Y es que al final del día, ya sea en un avión, en un quirófano o en una entrega de premios, estamos en manos de seres humanos, y por lo tanto, de su capacidad de acertar o errar. Increible episodio a estas alturas del cine norteamericano. No quiero imaginar las historias de autoflagelación y de culpa a las autoridades que hubiesen tenido lugar si esto ocurre en los Goya.
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