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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Fin de Semana en Córdoba

Fin de Semana en Córdoba
María Luisa Funes el

Córdoba no es solo la Mezquita. Presentamos 10 experiencias que hay que conocer en el Califato español. Sin contar con la Sinagoga, los Alcázares ni otros lugares comunes inolvidables.

1. Medina Azahara. Quien diría que en el año 936 d.c. una ciudad palacio situada junto a Córdoba tenía agua corriente, cuando en España muchos pueblos no la han tenido hasta los años 70 y 80 del siglo XX? Un pequeño paraíso se erigió en capital del mundo occidental, compitiendo con la abandonada Damasco y la nueva Bagdad. Había 1000 burros para distribuir los informes y telegramas entre el califa y sus embajadores y políticos. Que avances. Que lugar. Ahora la UNESCO estudia si elegirla como parte del Patrimonio de la Humanidad. ¿Hace falta tener un ministro cordobés para que esto se lleve a cabo? La casa de Séneca, Maimonides, Averroes, Góngora y tantos más, espera su premio impaciente.  

2. Un fin de semana en Córdoba incluye misterio, silencios, buena gastronomía y una luz inolvidable. La Posada del Potro, donde se supone que estuvo Cervantes cuando escribía El Quijote, es un espacio silencioso y elegante. Como toda la ciudad.

3. La Plaza de la Corredera, donde se puede disfrutar de cañas y tapas incluso en los inviernos al sol, fue en su día un lugar de encuentro y de corridas de toros.

4. El renovado Museo de Julio Romero de Torres es una parada indispensable junto a la Plaza del Potro.

5. Muy cerca, se encuentra la calle de las cabezas. Cuenta la leyenda que Almanzor cortó y colgó en esta callejuela las cabezas de los 7 infantes de Lara, nobles que habían llegado a Al-Andalus enviados por su padre, Don Gonzalo Gustíos. El señor Gustíos, perdidos sus hijos, fue liberado por Almanzor y no se le ocurrió otra cosa que casarse con la hermana del mismo, Doña Alhambra, que dio a luz al pequeño mestizo: Mudarra. La historia es más larga…

6. Los patios de Córdoba son Patrimonio de la Humanidad y un verdadero placer para los sentidos. Los sonidos de canarios y jilgeros, de las aguas de las fuentes; La luz cegadora, sombreada por flores de color rosa y rojo; el olor a geranio, a felicidad y a leña, se mezcla con el fresco de las calles estrechas. Los Patios, flor de mayo, abren también en invierno: Este año, estarán abiertos más de 20 patios desde el 19 de diciembre al 4 de enero. 

7. La Plaza de las Tendillas es el verdadero centro actual de Córdoba. Sus dimensiones, copiadas de la Plaza de la Ópera de París, reflejan la importancia de la zona, situada cerca del antiguo Foro Romano. 

8. Otro rincón que visitar es el Cristo de los Faroles: pleno de luz desértica durante el día, sombrío y misterioso durante la noche. Este emblema histórico y cinematográfico de la ciudad es a veces sobrecogedor.

 

9. El Palacio de Viana. 14 patios, cada uno con su función y su fisonomía. El del pozo, el de los Naranjos, el de los gatos o el del archivo. Un paraiso para recorrer en las mañanas soleadas, aprendiendo curiosidades sobre los usos y costumbres de muchas épocas.  

10. La Cofradía del Flamenquín. Como tantas cosas únicas de Córdoba, el flamenquín se empieza a conocer ahora fuera de las fronteras de la provincia. Ese filete de lomo relleno y empanado, hace las delicias de propios y extraños. La Cofradía del Flamenquín ha hecho suya la tarea de defender y dar a conocer tan preciado manjar cordobés. La sede de la Cofradía, en la Calle Don Rodrigo número 7, se sitúa en un patio cordobés propiedad de la inquieta y generosa María Fernández Pino. Aceptan a todos los visitantes con una oferta de flamenquines de ensueño.

Arroces, salmorejos y croquetas, acompañan al flamenquín tradicional al de almendras, al campero, al de Roquefor o al de pimientos. Un placer para los gastrónomos.

Y luego, un pequeño detalle: la sencillez, la sobriedad y el saber vivir de los cordobeses: un lujo para los sentidos.

 

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