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Visión. Transformación. Liderazgo. (I)

Visión. Transformación. Liderazgo. (I)
Jorge Cachinero el

 

“Reputación y generación de valor en el siglo XXI” (LIBRO) por Jorge Cachinero en libros.com

Los directivos del último cuarto del siglo XX fueron entrenados en la formulación de estrategias para los modelos de negocio que dirigían en contextos de gran estabilidad.

El mundo llamado “desarrollado” salió de la II Guerra Mundial con la ilusión de que el crecimiento económico sería continuo, progresivo e infinito. Sólo los shocks de los precios del petróleo de 1973 y de 1979 sacudieron, temporalmente, aquel espejismo.

El mundo en el que se desenvolvían los negocios entonces era altamente predecible.

Los mercados y el consumo crecían de forma continuada.

Los perímetros de las industrias y de los jugadores que competían dentro de cada una de ellas estaban perfectamente definidos: animales de manchas contra animales de manchas.

Los objetivos de crecimiento de las empresas se daban por hecho y estaban marcados por la alta dirección sobre la base de los resultados de los ejercicios anteriores, que se proyectaban hacia el futuro en planes a tres o, incluso, a cinco años vista.

En la visión milenaria y de horizonte profundo, consustancial a las culturas asiáticas, muchos años antes, Konosuke Matsushita fundó la compañía electrónica que llevó su nombre con un primer plan estratégico de 250 años de duración, dividido en periodos de 25 años, que eran los que Matsushita pensaba que se necesitarían para organizar el relevo ordenado de cada generación de dirigentes de la nueva compañía.

A los directivos de los años 80 se les enseñaba prospectiva en la esperanza de que adquirieran competencias sobre una ciencia dedicada a la previsión de entornos futuros fruto de la conjunción de factores técnicos, científicos, económicos y sociales.

¡Bienvenidos al mundo VUCA! Es decir, al mundo que el trigésimo sexto Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos (EE.UU.), el general Casey, definió como Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguous.

Más que prospectiva, los directivos del momento presente necesitan desarrollar habilidades para visionar en sus mentes los retos y las oportunidades para sus modelos de negocio cuando las líneas tradicionales de demarcación de las industrias están desapareciendo a velocidad de vértigo: animales con franjas contra animales con manchas y animales de cuello largo contra animales con trompa.

La disrupción innovadora, apalancada en la tecnología, está sacudiendo industrias centenarias y bien establecidas porque modelos de negocio como Airbnb, Amazon, Netflix o Uber han cuestionado la relación del usuario con productos o servicios, con sus precios, con su promoción y con los lugares donde se produce la venta, es decir, los vectores con los que las compañías abordaban los mercados, para, así, transformarla y convertirla en toda una experiencia para el consumidor (CX, por Consumer Experience, en inglés).

El iWatch compite con los sistemas tradicionales de pago -tarjetas de débito o de crédito- en el punto de venta.

FaceTime, Skype y Whatsapp, por un lado, o Google, por otro lado, retan a las grandes compañías de telecomunicaciones.

Think-tanks o unidades de thought leadership de bancos de inversión, organismos multilaterales y prestigiosas business advisory firms sustituyen como analistas del presente y anticipadores del futuro a los medios de comunicación tradicionales.

Las FinTechs amenazan a los bancos comerciales tradicionales.

En consecuencia, la edad media de las 500 más grandes compañías de los EE.UU. -S&P 500- ha pasado de 75 años en 1957 a 10 años en 2013.

Además, la Ley de Moore es aplicable a la velocidad con la que el conocimiento se hace obsoleto en el mundo presente.

El tiempo para que un producto o servicio cruce la marca de los 50 millones de usuarios ha pasado de los 38 años que le tomó a la radio a los 35 días que le llevó a Angry Birds.

Por último, los directivos actuales son capaces de asignar recursos y planear estrategias en el eje de las geografías con bastante información disponible y accesible, a pesar de que en el entorno de los negocios están constantemente apareciendo cisnes negros: Brexit o Trump, por citar los últimos y más llamativos.

En cambio, en el eje de la tecnología que está por venir, los directivos, a la hora de tomar sus decisiones, están ciegos o, como mucho, se encuentran en medio de una niebla bien espesa: ¿robots, inteligencia artificial, simbiosis de la robótica y de los humanos, transhumanismo, longevidad, desaparición de la muerte? Las preguntas son más numerosas que las respuestas.

Los directivos del futuro deberán ser visionarios y ser capaces de imaginar y visualizar los contornos competitivos de los modelos de negocio que lideran, identificar anticipadamente a sus nuevos competidores, conectar los puntos de la información parcial e incompleta disponible para tomar decisiones y hacer sentido de un mundo VUCA en proceso de cambio permanente.

 

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