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Blogs Madre no hay más que una por Gema Lendoiro

No habrá paz para las delgadas (II parte)

Gema Lendoiro el

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esto para mí es un déjà vu y ya lo conté una vez hace más de un año en este blog (aquí). De hecho por eso he titulado igual, parte II. Parece que las gamas medias de colores no viven su mejor época. Ahora o todo es blanco o es negro. Pasamos de un extremo a otro con sorprendente facilidad y obviamos lo que está en el medio. Aún cuando sabemos que en ese medio suele estar la inmensa mayoría de las personas. Los extremos son en exceso combativos, traen numerosos enfrentamientos y a menudo caen por su propio peso cansando incluso al portador de su estandarte.

Hoy vengo a hablar de cuerpos. De cuerpos de mujeres. Y, para ser más concreta, de cuerpos de mujeres que han sido madres. No comulgo con la industria de la moda y su desmesurado marketing haciendo creer que sólo un cuerpo delgado es bello. Sí creo que la ropa le sienta mejor a las mujeres delgadas que a las gordas pero esto es sólo una opinión basada en mis gustos estéticos. Cada uno puede tener la suya. Por ejemplo, las pelirrojas me parecen muy sexys y es una opinión. Cada uno tiene la suya. Pero una cosa es estar delgada y otra es pesar 50 kilos midiendo 1,80. Y otra cosa es que te sobren unos kilos y otra muy diferente que tu exceso de peso comprometa tu salud. Ni el primer ejemplo ni el segundo son modelos a seguir. Ambos son altamente perjudiciales para la salud. La obesidad, recuerden, es una de la principales causas de mortalidad en el mundo según la OMS ya que de ella se derivan un montón de enfermedades coronarias. La anorexia, también lo sabemos, mata.

¿Y qué tiene que ver esto con la maternidad? Bueno, pues lo queramos o no, la maternidad deja huellas físicas. Por no hablar de las mentales (casi siempre buenas y poderosas pero ese es otro tema) No a todas las mujeres les afecta de la misma manera por muchísimos factores. No es lo mismo partir de 60 kilos que de 90 cuando te embarazas. No es lo mismo engordar 9 kilos que 25, no es lo mismo ser madre a los 25 que a los 43 y no es lo mismo hacer deporte y quedarte embarazada que no haber hecho jamás deporte y quedarte embarazada. Los músculos de la barriga tienen mucha memoria.

Obviamente la comida que ingieres también importa. Y la genética. Hay miles de circunstancias. Mi madre me parió con 26 añitos y a la semana de nacer yo, ella volvía a pesar sus 53 kilos en 1,65 de estatura. Yo no recuerdo la última vez que pesé 53 kilos pero debió de ser siendo menor de edad. Somos constituciones absolutamente diferentes y jamás he tenido la barriga plana como la de ella. Y hay fotos de mi madre en vaqueros y camisa por dentro teniendo yo 5 días de vida en las que a ella se le ve la barriga plana. Absolutamente plana. Y mi madre es una mujer real, no es actriz, ni fue modelo ni se sometió a una abdominoplastia aprovechando que paría. Y es que esas mujeres también existen. Son de carne y hueso.  Y no están delgadas para molestar a las que nos sobran kilos. Es que son así y no pueden hacer nada para remediarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A mí me hace mucha gracia cuando me venden mujeres reales y me plantifican modelos que están gordas. Reales son, desde luego, pero eso tampoco es bueno. Y la prueba de que no lo es que la inmensa mayoría de las mujeres que tienen sobrepeso han hecho más de dos o tres dietas en su vida. A menudo con poco resultado porque adelgazar no es fácil. Sobre todo cuando lo que te sobran son 25 kilos. Y no, no tiene que ver con la maternidad. O no al menos al 100%. Tiene que ver, muchas veces, con la dejadez de no cuidarse pero no porque estás cuidando a tu bebé y tus prioridades son otras. Comprendo desde luego que una madre recién parida que todavía no ha dejado ni el hospital no se plantee hacer una dieta. Pero de eso a que ya haga dos años que has parido y todavía siga pareciendo que estás embarazada hay un trecho enorme. No le eches la culpa a la maternidad porque no la tiene. La culpa del sobrepeso (salvo enfermedades) es por comer  mal.

Que me vendan que los cuerpos de las madres reales son los que ilustran la foto de arriba me parece tendencioso. Esos serán unos cuerpos y luego habrá otros. Más o menos perfectos. Pero hay muchas clases de cuerpos y muchas maneras de llevar un post parto en lo que al cuerpo y a sus cuidados se refiere.

Hay muchas mujeres que detestan estar gordas y hacen todo lo posible por evitarlo. Si eso implica llevar una vida saludable y además hacer deporte, no veo el motivo por el cuál criticarlas. Si eso se convierte en una obsesión que raye una enfermedad, entonces es preocupante. Pero también es preocupante tener un índice de masa corporal que supere lo establecido por comer mal, por no moverse, por no cuidarse. Echarle la culpa a la maternidad directamente me da la risa. ¡Ni que tus hijos te obligaran a ponerte morada de espaguetis con queso rallado!

Estas dos mujeres, la primera que sale en ropa interior y la segunda que sale medio sentada o tumbada, tiene un serio problema de sobrepeso, especialmente la de la segunda foto. Ese exceso de kilos no es saludable. Ahora se la ve lozana y fresca pero por su edad. El principal problema del sobrepeso es que no se estanca, con los años aumenta y compromete las capacidades de movimiento de quién lo padece.

 

 

 

 

 

 

 

Otra cosa es no cumplir con el canon estético de las modelos de pasarela y tener unas curvas más que generosas, un cuerpo contundente y que use la talla 44. Pues depende de lo que midas. Esta modelo que desfila en ropa interior (y que es tan poderosamente guapa) no está gorda. No al menos para la OMS. Desconozco su peso pero su la grasa de su barriga, así como la de su cintura, brazos…no compromete, de entrada, su salud. La de las dos de arriba citadas, sí. Es una mujer gorda para los cánones de una pasarela de moda pero no en la vida real. ¿Qué talla puede tener? ¿la 44? Suponiendo que no es bajita, no está gorda. Eso sí, tiene unas maravillosas curvas.

Lo que quiero decir con esto es que hay mujeres que están gordas según la OMS y hay mujeres que están gordas para el fotógrafo de moda de turno. Son conceptos que no son iguales. Y eso hay que tenerlo en cuenta. En el primer caso la salud puede sentirse resentida. En el segundo, quizás el ego. Pero poco más. Aceptar que jamás vas a tener la talla 38 también es sano. Cada uno es como es. Uno puede perder kilos pero no limarse la cadera. Eso es así.

 

 

 

 

 

 

 

Esto en el tema de los kilos de más. Y en el tema de la estética soy una gran defensora de quienes se quieran hacer tratamientos. Incluido el quirófano. Yo no paso por quirófano para hacerme una abodminoplastia porque me aterra la anestesia pero si fuese así desde luego que lo haría. Sé perfectamente que nunca volveré a tener la barriga de antes y no me preocupa en exceso pero si pudiera quitármela, lo haría. En cuanto a las tetas. ¿Cuál es el problema si te las quieres operar? ¿En serio vamos a seguir con la dicotomía de que las mujeres que se operan son huecas de cerebro y las que no lo hacen son automáticamente unas intelectuales?

¿Quién es quién para decidir si una mujer se tiene que aguantar con sus tetas caídas si eso le genera malestar? ¡Ni que estuviese financiado por la seguridad social! ¿Dar el pecho hace que se te caigan las tetas? Pues a algunas sí y a otras, no. A las que sí, hay a quién le importa 3 cominos y a quién le importa mucho. ¿Dónde está el problema?

Yo tengo dos cesáreas y detesto mi cicatriz. Supongo que porque me recuerdan momentos muy dolorosos en mi vida como fueron las dos imposibilidades de parir como yo quería, de manera natural. Pero también estéticamente me molestan aunque no se vea. De nuevo , si pudiera eliminarla sin pasar por una anestesia, lo haría.

Las arrugas de la cara. De nuevo nos vamos a los extremos. Una cosa es vivir obsesionada con el paso del tiempo y por lo tanto desfigurarte el rostro y otra muy diferente es cuidarse. Hoy en día hay infinidad de tratamientos que lejos de cambiarte la cara, te dan un aspecto saludable y más juvenil. ¿Cuál es el problema? Es que no entiendo que se pueda criticar a una mujer porque se cuide. Las arrugas de la cara se pueden difuminar mucho con botox en la frente, entrecejo y patas de gallo y con relleno de ácido hialurónico en el resto de la cara. Hacerlo no te convierte en una persona superficial. Una persona es superficial se haga o no tratamientos, coma carne o pescado, medite a Dios o a Buda. Mezclar los conceptos me parecen inadecuado. Además de que no se sustenta por ningún dato empírico. Yo me hago algún que otro tratamiento estético. Me gusta cuidarme. Y además cuido lo que como. Y sé lo que cuesta no salirse del tiesto porque a mí me gusta muchísimo comer lo que más engorda. Pero es que, además de querer vivir más años, quiero jugar al pilla pilla con mis hijas sin cansarme. Y si estás gorda y corres, te cansas más. Ya no te digo nada si has pasado los cuarenta como es mi caso.

¿Cuántas mujeres que critican esto se depilan el bigote o las ingles? ¿Cuantas se tiñen el pelo o se hacen la manicura o pedicura? ¿Acaso no es eso cuidarse estéticamente hablando? La única diferencia que hay entre depilarse el bigote y ponerse botox es que lo primero puede costar 3 euros y lo segundo 500. Y claro, no es lo mismo. Pero no hacer ninguna de las dos cosas significa aceptar a la naturaleza como es. Depilarse es más popular. Lo otro está reservado para bolsillos más desahogados. Muchas veces las críticas vienen porque no pueden. Pero si pudieran, quizás lo harían. A lo mejor no el botox pero si acabar con la flacidez o levantarse unas tetas caídas, o arreglarse una dentadura que no es perfecta. En fin hay miles de cosas que se pueden hacer en estética.

Y volviendo al tema inicial, la gordura. Que no nos confundan. Estar gordo no es sano. Hay unas tablas que la OMS dicta sobre qué es estar o no estar gordo y que no hay que seguir a rajatabla pero si pesas 90 kilos y mides 1, 60 tienes un problema de salud que va a comprometer mucho tu esperanza de vida. Defender eso ni es bueno ni es deseable. Como defender lo contrario, medir 1,80 y pesar 50 kilos. 

Y sobre todo: ser madre no implica dejar de ser tú misma y no implica aceptar engordar o no reparar lo que uno o varios embarazos han hecho. Quién esté feliz con esas huellas que lo disfruten pero que no se expanda la idea de que sólo esas son las maternidades reales. Hay muchas maternidades, tantas como mujeres. Hay muchos cuerpos. Tantos como mujeres.

Lo dicho, la mesura y el término medio no viven buenos tiempos.

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PD. La primera versión de este post incluía una fotografía de unas mujeres que posaron para una página web en la que querían demostrar al mundo sus cuerpos después de la maternidad sin retoques. De hecho, dicho trabajo inspiró mi post. Su autora me ha pedido que retire la foto porque ellas no se sienten cómodas al salir en un periódico de tantos lectores como es ABC. ¿No estaban tan orgullosas de sus cuerpos tanto que posaron para una web pública? Pues se ve que no, que no están tan orgullosas. Lo he retirado pero no estoy de acuerdo.

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