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Blogs Madre no hay más que una por Gema Lendoiro

Vuelve el ama de casa

Gema Lendoiro el

Me suelo dar paseos virtuales por lugares comunes para la maternidad. Grupos dedicados expresamente en facebook para hablar de todo lo que tiene que ver con la crianza y las cosas que siempre han estado (mal)orientadas a lo “femenino”. Y siempre termino con la misma sensación: o soy una inútil con las manos, o las que están en esos grupos mienten, o son todas unas artistas.

Me explico.

  • ¿Llega Halloween? Ellas cosen primorosamente los disfraces. Yo no lo celebro y el cole de mis hijas en esa época tiene vacaciones por lo que, afortunadamente, me libro. Pero si las tuviera que disfrazar iría directamente a comprar los disfraces. Con el consiguiente gasto.
  • ¿Llegan las navidades? ¡Veo Belenes hechos a mano! ¿De dónde sacan ese arte?
  • Empieza el frío y hacen unas tartas y unos muffins deliciosos. Y encima les hacen fotos y los suben a las redes sociales. Y seguro que estarán hasta ricos. Y engordarán menos y, por supuesto, serán más baratos.
  • ¿Qué necesitan hacer unas cortinas? Pues oye, sendos tutoriales de cómo coserlas. ¡Y les quedan fenomenal!

Pero no es sólo eso. Es que, además, este tipo de mujeres que yo jamás me había topado en el mundo 1.0 , al menos no de mi edad, proliferan como setas después de la lluvia. Se saben todos y cada uno de los trucos para tener una casa limpia, ordenada, primorosa y, no se lo pierdan, encima les van a dar trucos para no gastarse demasiado dinero. Las hay que ¡hacen su propio pan! ¡O el detergente de la ropa! Sí, sí, ha leído usted bien, saben hacer detergente de la ropa. Y, por supuesto, la ropa les queda ideal, limpia, olorosa y por dos euros (literal). Ante semejante sabiduría sólo me queda decirme: ¡qué torpe soy!

Miren, si no me creen pasen ustedes por un grupo que hay en facebook que se llama Asesoría doméstica y logística familiar genialmente administrado por una señora llamada Pepa Tabero, resalá por los 4 costados en un 50% y señorita Rotenmeyer en otro 50%. Lo cierto es que hace bien porque el grupo va camino de las 5 mil integrantes y, o pone orden, o se van las cosas de madre.

¿No sabes cómo limpiar el horno?, ellas te lo cuentan. ¿No sabes qué hacer con el pan que se te ha quedado duro? Ellas en un pis pas te dan 3oo trucos para aprovecharlo. ¡Aquí no se tira nada!

Me tienen alucinada. Mujeres de 20, 30, 40 años que harían las delicias de mi abuela materna que, en cuanto te veía pelando patatas te soltaba:

Ya vales para estar casada” Me ponía mala escuchar aquella frase, como si esta casada significara saber sólo coser, planchar, cocinar y limpiar. ¡Menudo plan, pensaba para mis adentros! Una sentencia que encerraba un concepto de la mujer nacida para atender un hogar, un marido y unos hijos.Con los años he aprendido que las mujeres solemos ser producto de nuestras épocas y en la época de mi abuela, que nació en el año 1915, ése era, por desgracia, el único destino posible para una mujer. Y digo por desgracia porque no tenía la posibilidad de escoger. A mí jamás me enseñaron ni a limpiar, ni a cocinar, ni a nada que tenga que ver con la casa. Y mira, no hubiera estado nada mal (el término medio) porque para atender una casa hace falta saber muchas cosas. Más de las que una se puede imaginar. Y, sobre todo (y esto es lo más interesante por los tiempos que corren) porque muchos de los trucos que ellas se saben hacen ahorrar en una casa hasta 400 euros al mes. Poca broma.

También antes en las escuelas enseñaban estas cosas. Ahora quizás estaría bien recuperarlo pero para to-dos. Ninos y niñas. Me parece básico y fundamental para ir por la vida saber llevar un hogar. Incluso si tienes la ventaja de poder pagar a quién te lo haga, ya se sabe, para poder mandar, hay que saber.

Simplemente quería contarles que estoy muy alucinada con lo que tantas mujeres saben de cosas tan increíbles como el mundo de las juntas de los azulejos y su limpieza. Nunca pensé que se pudiera acumular tanta sabiduría en cosas , en principio, tan mundanas. Además engancha.

¿Qué me dicen de organizar el espacio? Ellas saben perfectamente cómo se guarda la ropa de cama, cómo se dobla, cómo se plancha, qué se pone dentro de los armarios. Cómo se organiza para que en espacios minúsculos puedan caber muchísimas cosas.

Por supuesto saben hacer mermeladas caseras. Y te explican cómo colocarlas en botes. Esos botes que tienen una tapadera de tela que ellas mismas confeccionan. Desde luego les das un pollo y con eso te hacen, a saber: Un sopa de fideos, un rico pollo y unas croquetas. Vamos que por dos duros te organizan la comida de tres días. ¿Se dan ustedes cuenta? Esto es lo que en una empresa se llama optimización de recursos y ellas no han hecho ningún MBA para ponerlo en práctica.

Las manualidades son otro de los fuertes de estas sabias mujeres. Los adornos para el árbol de navidad, por ejemplo. ¡Es que ni los chinos, oiga!

También, por supuesto, saben cómo hacer para ahorrar en la luz, en el agua y en la calefacción. Ya podían pedirle consejo algunos ministros. Si alguien sabe de contención de gasto ¡son ellas!

 

Lo que sí me queda clarísimo es que quizás en la sapiencia de estas mujeres esté el truco de ¿cómo es posible que se pueda llegar a fin de mes con los ridículos sueldos que ahora tenemos? Pues igual porque muchas mujeres han vuelto al hogar (desgraciadamente cuando no es su deseo pero no hay más remedio) y muchas de estas mujeres están recuperando los trucos de las abuelas y bisabuelas, esas que sí conocieron la verdadera penuria y sacaron perfectamente sus hijos adelante. Quizás los años de bonanza nos han hecho consumistas de una manera muy peligrosa para la economía de cada casa. Un ejemplo. Mi abuela paterna se podía recorrer hasta 3 fruterías en una mañana para encontrar el mejor precio para las manzanas. Yo ni tengo tiempo ni muchísimo menos paciencia. Y estos detalles pueden ahorrar muchos euros en la cesta de la compra. Sí me he “obligado” a ir a comprar la fruta y la verdura y al mercadillo (los martes) y, con el tiempo, he aprendido a escoger el puesto con mejor calidad precio. Pero si por lo que sea no puedo ir el martes al mercadillo compro en el super de mi casa que es, con diferencia mucho más caro que el otro más cercano que está a 4 kilómetros. Tener tiempo también es un punto a favor. O igual es que no me organizo bien que también puede ser, no lo niego.

De todos los grupos a los que pertenezco este es, sin duda, del que más aprendo. Participo muy poco porque me doy cuenta de que poco o nada puedo aportar pero aprendo mucho. Muchísimo. Suelo meterme sobre las nueve y media de la noche cuando ya estoy tumbada en el sofá y me leo todos los posts con todos sus comentarios. 

Un día, no recuerdo cuál, se me cayó cola cao (bueno, a mí no, a una de mis hijas) en mi MA-RA-VI-LLO-SA alfombra y enseguida me dieron trucos para limpiarla. Oiga, niquelada. Como soy tan mema en estas lides la hubiera llevado al tinte. Y eso que la que me la vendió me aseguró que se podía limpiar. Y, efectivamente, se puede limpiar. Por cierto os dejo aquí el enlace porque tiene unos precios muy buenos y cosas muy muy bonitas.

Lo que me alucina también es que cada día son más lo que me indica que este es un tema que interesa muchísimo. Y la verdad que tiene su punto porque yo también estoy de lo más enganchada.

Mi ovación por todas ellas. Yo prometo ponerme las pilas y, por lo menos, aprender repostería. Que cocinar ya sé, oigan, tampoco se vayan a creer que soy una inútil en la casa. Yo también, a veces, quiero ser como Bree, la de mujeres desesperadas. Me gustaría saber recibir como antaño, tener las cortinas (hechas por mí) bien planchadas y olorosas con un truco (que desconozco) para lavarlas. Que no fuera un drama un pijama roto porque enseguida sabré cómo solucionarlo….Dios mío, ¿me estaré haciendo mayor?

No te olvides de pedir entrada en el grupo.  Y lo mejor de todo es que muchísimas (no tengo estadísticas) además de llevar la casa, tienen trabajos fuera de casa, no disponen de ayuda y muchas tienen incluso familia numerosa. Lo dicho, unas verdaderas artistas. Lo cierto es que estos grupos son un poco la versión moderna de las antiguas reuniones de mujeres. por razones obvias con la tecnología adquieren mayores dimensiones pero el origen es idéntico.

PD. ¿Estamos asistiendo a la vuelta a algo muy tradicional porque las modas son cíclicas o esto es una consecuencia de la crisis económica que padecemos? No olvidemos que el empleo que más se destruye desde hace 8 años es el femenino. Los sociólogos tienen la palabra. Y, ustedes, por descontado, también.

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