ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Madre no hay más que una por Gema Lendoiro

¡No tengo nada que ponerme!

Gema Lendoiro el

Hoy es día de confesiones. Creo que en mí habitan dos seres muy diferentes. De un lado, tengo la madre ñoña que viste a sus hija con primor, lazos, zapatito inglés, rebeca tejida a mano y calcetines con bolas, todo ello rematado con una buena capota en la cabeza, signos, todos ellos,  inconfundibles de una señora de provincias (como servidora) aunque viva en la capital. De otro, mi parte más “casual”, hippie, macarra (eso lo diría mi madre) o qué se yo, que consiste en que doña Tecla vista ya casi a diario vaquero con camiseta (¡sin cuellos!) y un suéter por encima. ¡OMG! Si mis abuelas, ambas, levantaran la cabeza…Ellas, que me hacían todo a mano, la una los vestidos con sus bordados, la otra las chaquetas, calcetines, camisetas y bragas de perlé a juego, ellas, se llevarían el disgusto de su vida.

Para que no se me líen, a mí me gustan las niñas vestidas de esta guisa. Esto es de changoulet

 

No sé qué me pasa. Desconozco si es que me acerco a los cuarenta o que me voy haciendo pasota. Quizás también tiene algo que ver que cada mañana Doña Tecla sigue montando pollo cuando la vistes y diciendo sus inconfundibles frases:

-¡Ayyyyyyyy! ¡No mi pones esoooooooooooooo que parezo una chinaaaaaaaaaa!

Y, claro, tampoco ayuda el padre rosmando por detrás:

-Déjala ya, va ridícula con esa lazo…

Entonces claudicas. Un día detrás de otro. Hasta que los ves un sábado por la mañana, después de que el progenitor te diga, deja, yo la visto,  irse con las bicis de la siguiente guisa:

Exterior, día, 15 grados al sol. 10 de la mañana. Finales de octubre. 

-Pantalón de verano color fuccsia. A una altura indeterminada entre el tobillo y la rodilla

-Camiseta verde de esas guarras que acaban siendo pasto de limpiacristales

-Sudadera roja chillona

-Calcetines blancos

-Deportivas

Y, por supuesto, los rizos de mi doña Tecla sin peinar. Y dices: ¡Oh, oh!, pero,¿ cómo la has vestido así? ¿Así cómo? ¡Si está guapísima! Y la otra más feliz que las lagartijas en una sauna porque va hecha un primor.

Y suspiras. ¡Cómo no vas a suspirar! Y subes a su habitación y ahí ves en el armario, colgados de risa, preciosos vestidos de piqué, con sus lazos, sus rebequitas a juego, sus zapatitos ingleses que dentro de un pis pas ya no le van a servir…y vuelves a suspirar.

 

Esto es el fin de semana. ¿Y entre semana? No tenemos uniforme y me podría vengar pero ¿pa qué? En el cole de doña Tecla se distingue a la legua quién tiene progenitora española y quién francesa. Porque las francesas tienen la fama pero las que visten bien son las parisinas. En el resto de la France la cosa varía sustancialmente (a  mí que me perdonen pero van mejores vestidas las señoras de Burgos) Que si mallas debajo de unas faldas imposibles de vuelo imitando vestidos de gitana, que si flores a tutiplén. Que si sandalias con calcetines, sí, sí, todo eso lo veo yo con estos ojitos. Claro, de repente entre ese arco iris de colores ves unas merceditas con unos leotardos, con un vestido de piqué y dices: española. No falla.

Bueno, el caso es que estoy en la tesitura de rebelarme o no contra la hija mayor y su padre que hacen bando contra mí. Ella me ve como la torturadora que la somete a corsés imposibles mientras que a su amaaaaaaaaaaaaaado papito lo ve como el guay que la deja vestirse como le sale de su real gana. Bien pensado, me queda Mofletes Prietos que a punto está de soplar su primera vela y todavía no entiende de estilos. Ando en ello.

Y, mientras, les comentaré que si son ustedes más de mi cuerda, de lazos y cosas monas, les recomiendo una tienda de una emprendedora (¿qué sería de este país sin las emprendedoras?) Mujer y madre (¡cómo no!) que tiene esta tienda online donde mujeres como yo pierden los sentidos. Se llama el armario de Cloe (très chic). Tienen preciosidades como estas.

 

Esto es para bebés, ya lo sé. Esto ya no le sirve ni a la mía pequeña…snif, qué ganas de otro (noooo, es broma) ¡No me digan que no es una monada!

También se puede, digo yo, poner a las niñas cómodas sin que pierdan su feminidad. Para muestra, esto:

 

Preciosa, no me digan que no. En esta tienda, además, te lo envían todo empacado y con un perfume especial. Entren y vean. Yo ya estoy mirando a ver qué compro. No me digan que no tengo razón porque ¡para eso he tenido yo dos niñas! Luego, pasa lo que pasa que, entre que no tiene mucha melena, la lleva rizada, no lleva pendientes y va con pantalones, llegamos el sábado pasado a un sitio y el camarero le dijo: ¿Y el niño que va a tomar?

Y lo peor es que se indignó: ¡Ehhhhhhhhhh que soy una niñaaaaaaaaa!

Pues eso

PD. Mi firme compromiso y apoyo a aquellas mujeres emprendedoras que, ante esta crisis, comienzan sus pequeños negocios. Antes de comprar algo pregúntate si no tienes una pequeña emprendedora a tu lado.

Puedes seguirme en facebook y en twitter

 

Sin categoría
Gema Lendoiro el

Entradas más recientes