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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Skina, en el corazón de Marbella

Carlos Maribona el


La quincena veraniega marbellí la cerré en SKINA, un restaurante del que me habían hablado muy bien pero sobre el que tenía ciertas dudas tras la salida, hace dos meses, del cocinero que le había dado renombre, Jacobo Vázquez. Las escasas alternativas de calidad gastronómica que ofrece Marbella, con la excepción de CALIMA, uno de los grandes restaurantes de España, obligan a buscar sitios con interés, así que me fui con unos amigos a cenar a este pequeño restaurante enclavado en el corazón del casco antiguo marbellí. A Jacobo le han sucedido dos jóvenes cocineros, Daniel Rosado (con estancias en Arzak y Can Roca) y Víctor Trochi (varios años en La Hacienda Benazuza y una temporada con Martín Berasategui).


Espacio reducido en el comedor, decorado con gusto, moderno y sin excesos, que se amplía en época veraniega a unas cuantas mesas (cuatro o cinco) situadas en plena calle. Público español en su inmensa mayoría, y ambiente agradable, muy de los viejos tiempos de la ciudad (antes de Gil, quiero decir). Detalles cuidados. Y sólo dos personas para atender las mesas, uno de ellos el propietario, Marcos Granda, y el otro, extranjero, amable y rápido pero con frecuentes despistes que le valían continuas broncas de su jefe (mala cosa que el cliente se entere de las broncas).


En verano, ante el exceso de clientela, las mesas de seis o más personas sólo pueden pedir el menú degustación. Como ese era nuestro caso y no quería identificarme me quedé sin ver la carta (la tienen en su página web). Pero les cuento el menú. Un menú que cuesta 48,50 euros por persona (con el feo detalle de cobrar 2,75 más por el pan y los aperitivos: ¿no sería mejor cobrar 50 o 51 euros por el menú e incluirlo todo?). Platos interesantes en general, con muchos toques malagueños y la presencia inevitable del foie y de las vieiras (no insisto más en este tema, pero coincidirán conmigo en que la repeteción cansa, por muy buenos que estén ambos, como ocurría en este caso).


Abrimos con un ajoblanco de coco con migas de chorizo, combinación agradable que funciona bien. Siguió una terrina de foie-gras casero con higos, queso de cabra y cítricos, buen plato aunque para mí gusto con un ligero exceso de queso. En tercer lugar, porra antequerana con jamón, pan cateto y anchoas. La porra estaba muy buena de sabor aunque excesivamente aligerada (más gazpacho que porra), y el conjunto satisfactorio.


Luego, la vieira, que como he dicho estaba muy buena. La preparan rustida con coliflor ahumada y verduritas, una combinación muy lograda. A continuación, el mejor plato de la noche, muy enraizado en la cocina andaluza: un bacalao con naranja amarga, gamba blanca y gazpachuelo. Sobresaliente. Y como contrapunto, cerramos con lo más flojo del menú, presa ibérica con garbanzos y calabaza. Reseca, insípida y con un acompañamiento que no ayuda para nada a potenciar la carne. Como prepostre, agradable la manzana con queso suizo Tete de Moine (cabeza de monje). Y de postre una combinación de chocolates con fresas y menta, correcto sin más.


La carta de vinos es muy completa e interesante, aunque con los precios un poco subiditos. Empezamos con un godello de Valdeorras, el Pezas da Portela 2004, de Valdesil, que está estupendo. Vino que en tienda cuesta unos 20 euros y aquí nos cobraron a 40. Para la segunda parte pedimos un Baltasar Gracián expresión 2003, gran vino de Calatayud. Como se habían acabado las botellas de tres cuartos, nos abrieron un magnum (era viñas viejas, no expresión) y tuvieron el detalle de decirnos que bebieramos los que quisiéramos y nos lo cobraban como una botella (eso sí, 30 euros por un vino que no llega a diez, la botella, no el magnum).


Al final, satisfacción general con las irregularidades señaladas, y 75 euros por cabeza, precio razonable para Marbella, aunque algo excesivo si tenemos en cuenta los vinos que bebimos (sólo dos botellas, dos de los comensales sólo bebieron cerveza o agua) y el precio de partida del menú. En el semidesierto culinario marbellí, un sitio recomendable.

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