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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Solíamos vivir aquí

Salvador Sostres el

Rilke
Mallorca, 275
‭937 648 952‬

Cocina: 9,5
Sala: 9,5
Servicio: 6,5 (Susana, 9)

Rilke es el último gran restaurante del siglo XIX, el alma recobrada de un mundo que se parece mucho más a lo que buscamos que a lo que solemos encontrar. Rilke es un restaurante, un bienestar, un salto dentro de un cuadro o de una película donde siempre habías querido estar. Situado en un principal del Ensanche, Mallorca entre paseo de Gracia y Pau Claris, tiene un patio interior con estatua y fuente que calma lo mundano hasta desvanecerlo; y la sala, sin ningún alarde, sin ninguna ostentación, remite a los viejos tiempos que nunca hemos vivido pero que llevamos en el corazón por haberlos aprendido en el cine o en los libros. Hay un aire en Rilke y es nuestro aire. Un aire de decadencia en lo que todavía es nuevo como los zapatos que sólo estrenas tras dos meses de haberlos llevado tu mayordomo, con la piel ya ablandada, contra el nuevorriquismo de quererlo todo grande y de inmediato.

La cocina responde a la luz de Rafa Peña, seguramente el mejor cocinero del mundo junto con los que ha dado el universo Adrià. Es una cocina elegante, consistente, con mucha clase, no tan canalla como en Gresca pero igual de sabrosa y de interesante. Los raviolis de liebre. El caldo de verduras. El cochinillo, la codorniz y el cordero. Más que platos, himnos. Jaime Tejedor, que alegró nuestras vidas y nuestra esperanza en Libentia, es el jefe de cocina de Rilke y junto a Rafa consigue mezclar talento y calidad con una armonía y una Gracia que sólo está alcance de muy pocos. De francamente pocos.

“¿Usted es de los que va a alguna parte o de los que simplemente va?”, pregunta un personaje de Kerouac. A Rilke hay que simplente ir, simplemente estar y aceptar el nuevo orden que su espacio prodigioso poco a poco te va imponiendo hasta realmente trasladarre a un mundo que ni sabías que lo amabas tanto ni lo podías imaginar. Merecemos que un espacio así nos rescate algunas horas de este arrastrarnos por lo estéril que lamentablemente ha caracterizado nuestra vida y nuestras conversaciones en los últimos años. Merecemos un patio interior con fuente y estatua, la consistencia de la liebre, la miel del cochinillo, las verduras duras y pequeñas. Enric Rebordosa y Lito Baldovinos, junto a los demás socios del Grupo Kafka, pensaron en todo ello, y en nosotros, y esto es exactamente Rilke.

Los precios huyen de pedanterías innecesarias, es mejor dejar hacer a Jaime que pedir la carta -el derecho a elegir no nos ha llevado a nada- y la selección de vinos es notable y puede pagarse.

Podríamos quedarnos para siempre aquí. Instalarnos. Vivir es ver cómo caen las tardes de invierno y un roce como sin querer de chaquetilla de camarero.

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