Tickets
Cocina: 10
Servicio: 9
Sala: 7
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También diciendo la verdad se puede llegar a ser muy injusto y yo soy plenamente consciente de que con Tickets lo he sido. Fue la primera resurrección de El Bulli cuando El Bulli cerraba y todavía recuerdo los días en que cenar en cualquier otro restaurante me parecía una herejía. Días que fueron meses y meses que fueron años. Luego nacen otros restaurantes y lo que ya conoces te aburre, no por aburrido sino por conocido tal como a veces, más que el talento, nos fascina lo novedoso. También es cierto que la regularidad en la maravilla es imposible sostenerla inalterada a lo largo del tiempo, o casi imposible porque Cruyff y Ferran, sólo ellos, consiguieron mantenerse siempre en el alambre de los genios sin caerse ni siquiera tambalearse y hasta reiventándose el alambre con ternura y con piedad para que pudiera seguir poniéndoles a prueba.
Todo esto me ha ido sucediendo con Tickets y además ha sido el restaurante al que más severamente he juzgado porque por ser Albert quien es también es de quien más he esperado y todavía espero.
Tras algunas cenas que fueron alegres y felices pero sin llegar a tocar el Cielo, acudí el viernes con mi ahijado y su familia y volví a notar el poder plenipotenciario de la Creación cuando muestra su capacidad operativa en la Tierra. Em dius que el nostre amor s’acaba a les estrelles.
Entre Albert Adrià y Fran Agudo Tickets vuelve a brillar también como en Semana Santa salieron de su letargo Disfrutar (Castro y Xatruch) y Hoja Santa (Méndez) para convertirse en los restaurantes más interesantes, sexis y fértiles del mundo. Casi todos los platos de la carta son mejores que cualquier plato de cualquier otro restaurante de cualquier otro momento de la Historia, con las dos excepciones anteriormente mencionadas y naturalmente El Bulli. El milhojas de atún, el atadito de buey de mar, el cochinillo Pekín, la coliflor al caviar, la tosta de pollo y anchoa, la tarta tatén de pimientos rojos, el cangrejo real, el pulpo, el bocadillo más fino del mundo, con jamón y panceta, o el cheescake son, más que platos, logros de la Humanidad como Les Nines de Disney, la penicilina, el iPhone, las tebas de Bel o haber ido a la Luna.
Hay que asaltar el libro de reservas del restaurante, desquiciar a Xavi Alba, el director de la casa, e instalarse en una mesa de Tickets hasta que vuelva a bajar la marea si es que alguna vez vuelve a bajar. El momento creativo de Albert, entre Tickets, Hoja Santa, Pakta y Enigma se parece al de los años más inquietos de El Bulli y son apabullantes los frutos que da su maquinaria puesta en marcha. Aunque ya no importe demasiado, ni sea necesario decirlo, cualquier guía o puntuación o lista que no reconozca el primordial talento de Tickets y su escandalosa superioridad con respecto a las últimas y soberanas tonterías que están siendo premiadas -Eleven Madison Park, Osteria Francescana o las afectadas hermanas de Gerona- hace simplemente el ridículo.
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