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Blogs French 75 por Salvador Sostres

El Barça aburre y cumple

Salvador Sostres el

Sergi Roberto de lateral y Aleix Vidal de extremo. Así se presentó Valverde en Vitoria. Romero casi marca en el primer minuto de una falta diabólicamente enroscada. Deulofeu empezó intentándolo de todas las maneras: chutando y de cabeza pero con más voluntad que acierto. El Alavés no es un equipo exactamente menor pero el Barça frente a él no parecía tan envejecido como está y podía disimular sus carencias como las duquesas que todavía son elegantes pero que ya están arruinadas. E incluso así, quien otra vez estuvo a punto de marcar fue el Alavés, mediante Sobrino, tras un centro de Pedraza que Piqué no pudo evitar y no porque fuera muy difícil sino porque este chico continúa sentado y pensando cómo le rompió la cintura Cristiano en el Camp Nou. Luego el árbitro anuló la jugada ppr fuera de juego, pero parte de las vergüenzas del Barça ya habían quedado en evidencia. San Fernando Pacheco paraba todo lo que los visitantes chutaban, que no fue poco, pero tampoco peligroso. Pobre Alavés, que nada tiene que ver con el del año pasado, y un Barça de dominio absoluto pero retórico, sin mala leche ni profundidad. Todo tendía a la siesta: tuve que ordenar Coca-Cola cero.

Los destellos de calidad de Messi -que los tuvo- se estrellaron más en su propio equipo, que no está ni mucho menos a la altura de su genio, que en un Alavés que hacía lo que podía para no naufragar en sus clamorosas insuficiencias y que a pesar de todo generaba las ocasiones de más peligro: sobre la media hora, otra vez Sobrino humilló a Piqué, que estuvo torpe y lento como actúan las glorias que fueron en un partido de veteranos. Y de la mano de Piqué, el Barça empezó a dudar y a desmoralizarse, y su juego previsible no inquietaba a los locales.

Y cuando todo esto sucedía, el árbitro pitó un penalti que se vio más claro en la televisión que en el campo, de Ely sobre Piqué, que le noqueó en el salto. Ely vio la cartulina amarilla y Messi falló, o más bien San Fernando paró brillantemente su disparo. Muy bien el portero del Alavés, seguro y nada palomero durante toda la primera parte.

El Alavés empezó la segunda parte como acabó la primera: creando peligro ante la dormida defensa azulgrana. En el primer minuto Manu no llegó de milagro a un buen centro de Ibai. Messi continuaba sin puntería, como la semana pasada frente al Betis y durante la Supercopa contra el Madrid, aunque lo que intentaba estaba a la altura de su categoría. Aun cuando no le sale, es siempre muy de agradecer lo que hace este muchacho. Los minutos empezaban a pesar y aunque era esperable que el Barça marcara, la incertidumbre y los nervios se empezaban a instalar en el proceder azulgrana. Y justo tras perder Deulofeu los nervios en un gesto algo desesperado, Messi chutó contra la pierna de Alexis y de rebote consiguió el primer gol de su equipo. Messi merecía el gol tanto como para el Barça en general fue un regalo excesivo. Soberbio control de Messi dentro del área, superando a Pina, previo al afortunado disparo. Y por si al partido le quedaba algún misterio, Messi y Alcácer lo acabaron de resolver en una jugada poco brillante pero resultona -y con la impagable colaboración de Alexis- que el argentino culminó consiguiendo su segundo gol de un fuerte disparo.

El Barcelona es una parodia de lo que fue con Cruyff y Pep y disimula con demasiado maquillaje sus desdibujadas facciones. Todo en él es blandengue e irrelevante. Sólo Messi aporta genio y clase -un gran disparo al larguero que añadir a sus dos goles- más allá y más acá de si marca o no marca, aunque naturalmente sus goles de ayer le vinieron muy bien a Valverde y a Bartomeu para que los ánimos no se amotinaran en una afición que tiene la paciencia prácticamente agotada. Jugó Enzo Zidane -y bien, con un meritorio control propio de su padre- y debutó Paulinho prácticamente en la añadidura: nada.

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