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Blogs French 75 por Salvador Sostres

La tarde que mataron a Miguel Ángel

Salvador Sostres el

Miguel Ángel Blanco fue el gran hit de ETA, el día en que la banda a todos nos chantajeó y a todos nos involucró en su crimen más atroz. Nunca antes habíamos asistido a la muerte en cámara lenta, interpelados cada uno de nosotros en la disyuntiva entre preservar nuestra libertad y el tiro a la nuca de un pobre chico. Nunca antes habíamos sido los protagonistas -porque lo fuimos- de la extrema angustia de una búsqueda imposible con cuenta atrás. Todos agonizamos y todos nos morimos aquel día. Tomamos la decisión correcta pero nos envileció hasta lo más hondo de nuestro ser. El asesinato de Miguel Ángel Blanco rompió todos los moldes y batió cualquier récord y sólo ha sido superado, en miseria y en horror, pasados los años, muchos años, por el yihadismo.

Pero a la vez -aunque en aquel momento era muy difícil de ver, por lo rotos que quedamos por la parte de nosotros murió con él- fue el principio del fin de la banda, que propició un rechazo unánime en el conjunto de la sociedad española. La tarde que mataron a Miguel Ángel, Los Tres Tenores cantaban en el Camp Nou. Antes de comenzar el concierto salió Carreras a decir que se habían planteado suspenderlo pero que la mejor guerra contra la muerte era la vida y que continuar haciendo cada cual lo suyo era la mayor demostración de resistencia ante el terrorismo. Fue una noche triste, tristísima. Pero hicimos lo que teníamos que hacer, como lo hizo España desde entonces, viviendo, sufriendo y muriendo con dignidad extrema hasta que derrotamos a ETA sin ceder un centímetro y sin haber renunciado, durante el largo y difícil camino, a vivir en pie todos y cada uno de nuestros días.

Miguel Ángel Blanco fue a la vez nuestra mayor muerte colectiva y nuestro más firme resurgir. Convertimos su terrible dolor en amor para legarlo victoriosamente a la Historia.

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