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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Vergüenza y atraco en el Camp Nou

Salvador Sostres el

La poca emoción que para un culé podía tener la jornada se desvaneció en el primer minuto, con la misma contundencia con que el Madrid y particularmente Cristiano resuelven sus compromisos últimamente. Y también el Barça, fiel a su estilo Bartomeu, empezó no pareciéndose en absoluto a sí mismo y perdiendo, gracias al magnífico gol del japonés Inui, que se la coló a Ter Setegen con la misma alegría con que yo me como los tacos de langosta en Nobu. Inui se convirtió de este modo en el primer nipón que conseguía meterle un gol al Barça. Suárez, descentrado, fallaba lo clarísimo y canalizaba su frustración sobreactuando en sus protestas al colegiado y coqueteando peligrosamente con la expulsión. Intolerable inmadurez. Marlon brillaba en su autoridad defensiva y su equipo tímidamente a mejorar, aunque fuera de lugar, de ritmo y angustiado como esos maridos que viven con la sensación de que hagan lo que hagan, no servirá de nada. Muy bien el Éibar, se nota que es un club sabe lo que hace. Desde su presidenta Amaia Gorostiza hasta el entrenador Mendilíbar, pasando por la plantilla, defienden un modelo de talento, sentido común y eficacia que no sólo merece la pena proteger sino que tendría que servir de ejemplo para otros clubes, grandes y pequeños. El Barça quería y no podía, en la mejor metáfora del nivel intelectual de su directiva.

Justo cuando se cumplen 25 años de la primera Copa de Europa que ganó el Barça, en Wembley y con Cruyff, y de las Ligas de Tenerife, ayer el Barcelona afrontó la jornada previamente derrotado, sin alma. Para acabar de escenificar la degradación entró André Gomes por Sergi Roberto. Nos abrumará la sensación de ridículo cuando con el tiempo recordemos esta parte de nuestra historia y especialmente el partido de ayer. El portero Yoel se lució para desbaratar lo poco que los de Luis Enrique generaron y el Madrid marcó el segundo. Al fracaso se le añadió la vergüenza torera cuando Inui volvió a marcar y tuvo que ser Juncà en propia puerta quien marcara para el Barça porque Messi, Suárez y Neymar parecían negados para el gol: hasta el punto de que, en el minuto 70, el árbitro se inventó un penalti sobre Jordi Alba -que clamorosamente no lo era- y Messi lo falló o Yoel lo paró o las dos cosas a la vez. Dos minutos más tarde, Suárez pudo superar el maleficio y empató, y otra vez Hernández Hernández le regaló al Barça un más que dudoso penalti sobre Neymar (así como la expulsión de Capa), que Messi, por los pelos, pudo transformar. El argentino hizo lo único decente de la noche cuando recuperó un balón en el centro del campo y sin la ayuda de nadie se plantó ante Yoel para batirlo. Penoso arbitraje, mayúsculo atraco al Éibar y un Barça vergonzoso para despdir una pésima temporada en el Camp Nou.

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