Un muy querido amigo y todavía más relevante madridista me dice siempre, y no desde ayer, que la Copa del Rey es tan irrelevante que estorba más tenerla que disputar de lo que aporta conquistarla, pero que como está el Barça hay que jugarla y ganarla. Muchos culés pensamos exactamente lo mismo pero al revés. El Madrid tendrá a final de temporada un título menos de los que podría tener, pero tendrá algunas jornadas de descanso que valdrán su peso en oro para preparar la única competición que de verdad importa, que como todo el mundo sabe es la Champions.
Noche agradable en el Camp Nou. En claro contraste con la estilizada elegancia de Manel Vich, el actual speaker del estadio parece el animador de un espectáculo de delfines.
La presión altísima le sirvió a la Real hasta el minuto 17, cuando el Barça, en su primera llegada interesante, consiguió su primer gol. Brillante recuperación de Umtiti, delicado toque de primeras de Luis Suárez, y certera definición del otro Suárez, Denis, que cruzó un potente disparo lejos del alcance de Rulli.
De todos modos hay que dejar claro que por mucho que el barcelonismo no sintiera en peligro la eliminatoria, la Real no le perdió nunca la cara al partido y buscó en todo momento y con honor conseguir el gol que le permitiera recuperar sus opciones.
Partido especulativo de los de Luis Enrique, que generaban más expectativas presionando al rival cuando que en sus posesiones algo precipitadas. Muy bien Cilessen como iniciador de los ataques de su equipo tanto con el pie como con la mano. La primera parte, fea para el espectador pero rica en matices tácticos, no dio para más.
En la reanudación Aleix Vidal sustituyó a Sergi Roberto y en el minuto 8 Cilessen protagonizó la mejor parada desde que es azulgrana parando un disparo a bocajarro de Willian José. Y de lo que pudo ser el empate llegamos al 2 a 0, que marcó Messi de penalti clarísimo sobre Neymar. El Barça consiguió sus dos goles habiendo chutado sólo dos veces.
Juanmi, gracias a la buenísimo asistencia de Íñigo Martínez, marcó en el 16 el primer y ya inútil gol de su equipo, sobre todo porque en el 18, Messi se la puso con su delicioso sentido de la verticalidad a Suárez para que el uruguayo cazador hiciera lo que tan bien sabe hacer, que es proteger el balón con el cuerpo y chutar sin que nada ni nadie pueda evitar el gol. Barça: tres disparos, tres goles. Rakitic sustituyó a Mascherano y la Real demostró su orgullo consiguiendo su segundo gol, Wllian José de cabeza. Neymar mostró su desazón al ser sustituido por Arda y los de Eusebio coqueteaban con el empate pero quien marcó fue Arda, tras un bello ataque culé y un buen centro de Aleix Vidal. Pero el detalle de más alta calidad lo puso Messi con una progresión formidable hasta servirle una asistencia a Denis que, con su gran clase, atacó a Rulli, le superó y marcó el quinto.
Messi consiguió sólo un gol pero de un modo u otro participó en los cinco, y en el último con una excelencia que sólo está a su alcance. El Barça ha recuperado su principio de autoridad y vuelve a infundir la clara sensación de que esto, sea como sea, lo va a ganar.
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