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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Decir que sí

Salvador Sostres el

El PSOE tiene que aprender a decir que sí. No exactamente al presidente Rajoy o al Partido Popular, y no sólo en este momento agónico. Los socialistas tienen que volver a aprender a decir que sí a sus compatriotas, incluso a los que no suelen ser sus votantes. Tienen que aprender a decir que sí a la vocación mayoritaria, a la vida moderna, y al principio de realidad, como Felipe cuando superó el marxismo de aquella izquierda encerrada en el no de Suresnes, y pudo así alcanzar el poder en 1982 y con mayoría absoluta.

El PSOE tiene que aprender a decir que sí a la alegría, a la libertad, al sentido de Estado, a un proyecto basado en ideas positivas y constructivas, porque el resentimiento y la rabia no llevan a ninguna parte y todo lo que se alza sobre estos cementos acaba desmoronándose.

Lo dramático de Pedro Sánchez no es que le esté diciendo “no” a Rajoy, ni siquiera que nos prive de tener Gobierno. Lo dramático, lo trágico de este chico y de su partido, es que tal como entienden la política sólo pueden decir que no para sobrevivir. Lo demencial de los actuales líderes socialistas es que dicen que no hay alternativa, y no es que no la haya sino que simplemente no se les ocurre ninguna.

España y cualquier país normal necesita una izquierda pragmática e incorporada a su tiempo, entre otras cosas para tener una derecha igualmente puesta al día, autoexigente, que no se duerma ni en los vicios ni en las comodidades. Cualquier sociedad estructurada necesita una derecha y una izquierda centradas y moderadas para que no haya que votar a una u otra porque no queda más remedio.

Hubo un tiempo en España, desde los ochenta hasta mediados de los noventa, en que sólo se podía votar Felipe, y eso era malo para el PP pero todavía peor para el PSOE, que se relajó en la abundancia y así perdió el Gobierno y el partido por la corrupción.

Pedro Sánchez no sirve para la política ni mucho menos la de primer nivel, y eso que lo diga yo está bien pero no tiene ninguna importancia. Tendrían que ser los propios socialistas los que lo vieran y asumieran; los que entendieran que con este chico no van a ninguna parte, ni podrán construir nunca nada, ni ser alternativa a la derecha, ni conseguir que los votantes moderados del PP les voten cuando su partido se meta en más líos de los que pueda resolver y quieran castigarle para que reaccione.

Los socialistas en España tienen, en definitiva, que volverse a decir que sí a ellos mismos; tienen que centrarse en su trayectoria y dejar de hacerle los coros a Podemos. Y sólo cuando se reencuentren con su afirmación positiva podrán deshacerse de los mediocres que parasitan su dirección para fundar un tiempo nuevo en que el PSOE vuelva a ser un partido valioso y útil para España, y no su más siniestro dementor.

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