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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Una densa capa de mediocridad (Leído en @HerreraEnCope)

Salvador Sostres el

El profesor Andreu Mas-Colell fue durante más de 15 años catedrático en Harvard y su libro sobre microeconomía es el manual de referencia en todas las universidades del mundo. En 1995 volvió a Barcelona para impulsar la universidad Pompeu Fabra, y por la misma vocación de servicio público, se ha dedicado algunos años a la política, concretamente a ser el consejero de Economía de Artur Mas.

Aprovechando que ahora lo ha dejado, La Caixa le ha fichado como miembro de su consejo de expertos.

Alguien dirá: “¡Puertas giratorias!”. Y yo, a ese alguien, le gritaré: “¡Eres un idiota!”

¿Qué se supone que tenía que haber hecho mi admirado profesor? ¿No aceptar el ofrecimiento de La Caixa? ¿O no servir como conseller, pensando que luego no podría aceptar ninguna oferta como la de La Caixa? ¿Si Mas-Colell no es un experto, quién es un experto?

Los que tantas lecciones de pureza vienen a darnos, ¿han pensado alguna vez en qué clase de gente querrá dedicarse a la política si los tratamos a todos como a unos delincuentes?

Y por cierto: ¿qué significa puertas giratorias? ¿Hay que morirse de hambre cuando dejas la política? ¿O hay que aferrarse al cargo al precio que sea, y vivir siempre de la política, precisamente para no morirse de hambre?

La corrupción existe y hay que erradicarla; pero la corrección política destruye mucho más que cualquier hurto y los estúpudos conceptos que determinan nuestro debate público nos roban mucho más, muchísimo más que dinero.

Y existen, evidentemente que existen, corruptos despreciables a los que hay que perseguir y castigar; pero existe también una muy densa capa de mediocridad y un demoledor ejército de incapaces que usan la corrupción -siempre la ajena- como excusa para disparar contra los genios, y calmar así su complejo de inferioridad, consiguiendo que todo parezca tan feo y triste como ellos.

Nadie es perfecto y todos tenemos que reparar lo que hemos hecho mal. Pero el trato que este país ha dado en los últimos tiempos, y cito sólo dos ejemplos, a Montserrat Caballé o al Rey Emérito, ha sido mucho más propio de una tribu de caníbales que de un país civilizado, y tendría que avergonzarnos.

Ni uno solo de sus detractores, ni uno solo y en ningún momento, hizo algo que pudiera compararse a lo que el rey Juan Carlos y la señora Caballé han aportado a la Historia y al prestigio de España.

Y ello no les libra de lo que hayan podido hacer mal, pero en cualquier caso yo creo que merecen mucho más respeto y no este resentimiento de porteras chismosas elevado a la “justicia del pueblo”.

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