Salvador Sostres el 17 sep, 2015 Daniel Osà car era el gerente de Convergència en la época en que se basan las investigaciones sobre las supuestas comisiones del 3 por ciento, que el partido cobraba ilegalmente para financiarse. Osà car es hombre de confianza de Convergència, puesto ahà para firmar lo que hiciera falta y, como ha pasado, para cargársela si se sabÃa algo. Osà car es un hombre que ni decidÃa las comisiones, ni asignaba las obras públicas, ni se embolsó jamás un solo euro del montante. Todos los partidos se financian irregularmente, y todos lo saben, y aunque el mal de muchos no puede ser consuelo para infractores, yo quiero levantar mi copa para brindar por el señor Osà car. Por un hombre que se ha mantenido fiel a su partido y a sus lÃderes sin dar ningún espectáculo, y que pese a su avanzada edad y a su salud delicada, ha afrontado con entereza y dignidad las responsabilidades de lo que firmó, sin llevárselo crudo ni entrar en el juego de confesiones pactadas. Quiero levantar mi copa y brindar por Daniel Osà car, porque quiero brindar por la amistad, por la valentÃa de un hombre que se mantiene en pie como los hombres hacen, muy por encima del penoso espectáculo que han dado tantos Bárcenas de medio pelo, que han hecho de la deslealtad su vida, cobrando como faraones y quejándose como chachas. La financiación irregular de los partidos es una hipocresÃa. La hipocresÃa de una sociedad inmadura que quiere una democracia moderna y eficiente a precio de saldo; la hipocresÃa de tantos directores de periódico que van de ultrapuros cuando ellos financian sus deficitarias empresas con recursos tan o más fraudulentos que el 3 o el 5 por ciento; y finalmente la hipocresÃa de los partidos que se atacan entre ellos en un asunto del que todos adolecen, cuando lo que tendrÃan que hacer es ser valientes, ponerse de acuerdo y explicar a la masa cegada que sin una correcta financiación de los partidos no podrá sobrevivir la democracia. Mientras este momento llega, el momento en que los partidos polÃticos dejen de tener miedo de los ciudadanos, dándoles la razón en todo para no disgustarles, en lugar de cumplir con su misión de liderarles, y de mejorarles; mientras llega la edad adulta a nuestra clase polÃtica asustada, quiero brindar por un hombre Ãntegro como Daniel Osà car, buen compañero y capaz de alzarse en medio de la tormenta porque asà son las personas que merecen tal nombre, y asà es el honor de los mejores. Y si te parece extraño lo que digo, sólo te deseo que cuando la vida con sus múltiples abismos te ponga a prueba, no te tiemblen las piernas, ni la decencia, como a un Bárcenas cualquiera. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 17 sep, 2015