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Blogs El blog de Federico Ysart por Federico Ysart

Y en medio, los medios

Federico Ysart el

 

 

¿Qué podría suceder si los papeles atribuidos a Bárcenas por el diario global que los publicó fueran una engañifa? Las fotocopias aparecieron tras un preludio a cargo del amigo y abogado del ex tesorero millonario. El artículo de Jorge Trias Sagnier fue la denuncia; las fotocopias de apuntes contables manuscritos, la presunta prueba del delito político. Enseguida se supo que Trías había reclamado muchos miles de euros al PP por las gestiones hechas para salvar del caso Gurtel a la cónyuge del ex tesorero, gestiones pasadas al cobro como trabajos de asesoramiento al partido. La reclamación no fue atendida porque nadie le había contratado como asesor del PP.

Mal por el ex diputado popular catalán… Luego aparece la sombra de otro ex, el juez estrellado que hace su agosto en las Américas menos ejemplares en cuestión de derechos humanos; qué más da. El caso es que tercia Garzón en la radio del diario global para llamar valiente a Trías, poner en solfa la actual investigación sobre las cuentas populares de la Fiscalía y contar detalles de Gurtel, cuya instrucción llevó a cabo hasta ser condenado por prevaricar. No deja de ser extravagante que Trías alabara en su día aquella instrucción de Garzón mientras liberaba de la imputación a la mujer de su amigo, el ex tesorero.

Y por si faltaba algo más, el ex tesorero millonario irrumpe de nuevo en escena alegando que los papeles no son suyos, que la letra no es suya y que nunca supo nada de lo que los papeles sugieren, el uso de dinero negro en el partido cuyas cuentas llevó durante años.

Con esos datos sobre la mesa, y otros, como que las fotocopias ofrecen escasas posibilidades para certificar cuándo los apuntes fueron escritos, o la práctica imposibilidad de que un mortal mantenga la misma grafía y escriba con el mismo bolígrafo durante diez años, la cuestión va tomando nuevos perfiles abiertos a diversas teorías conspirativas.

La primera: que lo hecho público sería un elemento de extorsión. Se avisa lanzando un señuelo, cuya realidad niega a continuación su presunto autor. Y en función del cariz que tomen los acontecimientos, de la misma forma que su verosimilitud fue negada, puede más tarde ser confirmada con la aparición de nuevos datos procedentes de otras fuentes. Podría ser.

Como también es posible que no haya datos fehacientes. Evidentemente, con ello no se cierra la escandalera nacional sobre el PP, pasaría a ser un partido más sometido a sospecha, como la mayoría del resto lo está. Pero sí podría abrirse un nuevo frente: la revisión del papel que los medios de comunicación están jugando en nuestra sociedad.

Los medios están en medio de la escandalera más allá de su función social, piensan muchos. Salvo excepciones limitadas, más que una batalla por la transparencia exigible a los mandatarios públicos y privados los medios parecen estar librando una guerra por su cuota de mercado, en la que cuentan afinidades y rencores más que el debido respeto a la realidad probada. Y a la ética exigida también.

Uno de ellos tuvo recientemente un serio percance internacional por atribuir al presidente venezolano la imagen de otro paciente entubado. Fue hace menos de dos semanas. Por encima de las simpatías que Chávez pueda tener, más allá de sus deudores, se armó la parda y el diario global se eclipsó durante días por tamaña frivolidad pese a haber reimpreso su edición.

¿Qué pasaría si los papeles publicados como gran exclusiva fueran tan falsos como la foto el caudillo venezolano residente en La Habana?  

Política
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