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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

¡Sorpréndeme! Philippe Halsman

¡Sorpréndeme! Philippe Halsman
Pablo Delgado el

Vamos que si lo hace y lo consigue. Philippe Halsman (Letonia, 1906 – Nueva York, 1979) desde que ideó una “nueva fotografía”, sus imágenes creadas no dejaron indiferente a nadie, en una época en la que la fotografía no paraba de evolucionar. Es conocido por sus retratos de celebridades como Alfred Hitchcock, Audrey Hepburn o Marilyn Monroe, así como por todas sus portadas para la revista LIFE. Fue sin duda uno de los artistas fotográficos más importantes del siglo XX. Sus imágenes se transformaron en icónicas y representativas de una época y han tenido un impacto extraordinario más allá del ámbito específico de la fotografía.

El libro, coeditado entre La Fábrica Editorial y La Obra Social “La Caixa”, ofrece una retrospectiva de la obra de Halsman a través de 150 piezas provenientes del fondo artístico familiar que se adentran, por primera vez, en su trabajo en París y en el amplio grupo de temas que trató: retratos, reportajes, moda, desnudos y sus saltos… ¡Sorpréndeme! muestra cómo se desarrolló el estilo de Halsman desde sus orígenes, relacionados con el arte y la fotografía de vanguardia.

Con el catálogo de la exposición que se realizó en el Caixa Forum de Barcelona desde julio a noviembre de 2016 y de diciembre a marzo de 2017 en el Caixa Forum de Madrid, podemos contemplar, ojear y tocar a través de sus páginas la muestra de la obra de Halsman en toda su extensión: desde sus orígenes, sus retratos, la puesta en escena y la relación que mantuvo con Salvador Dalí. Una obra fotográfica que sugiere múltiples conexiones entre la cultura popular del siglo XX y el arte de vanguardia.

Es una gran oportunidad para tener, conservar, y sobre todo, para disfrutar y ver cómo se han reconstruido los procesos creativos del fotógrafo, desde sus comienzos en París hasta su etapa neoyorkina. Revisitando su obra se puede apreciar pruebas, maquetas, collages, publicaciones, complementos de las fotografías de un creador que jamás dejó de experimentar con la imagen.

“La fotografía es la forma más joven de arte. Todos los esfuerzos por ampliar sus fronteras son importantes y deben ser fomentados”.
P. Halsman.

Halsman es conocido por sus 101 portadas que realizó para la revista LIFE, además de su gran colaboración con Dalí en donde los dos experimentaron con la captura y creación de unas imágenes cargadas de gran significado creativo y surrealista. También destacó el fotógrafo por la amplitud de su actividad profesional (retratos, moda, reportajes, publicidad, proyectos personales) y por su variada clientela (revistas, encargos privados e institucionales). Su fotografía se caracterizaba por la aproximación directa, por un perfecto dominio técnico, y una gran atención particular a los detalles.

En el libro podemos ver cómo desarrollaba su proceso creativo, partiendo en la toma de los retratos, pasando por los reportajes, por las portadas y la experimentación tanto tecnológica como en la imagen, a través del revelado, la superposición de otras imágenes hasta llegar a su serie Jumpology, en la que retrataba normalmente personalidades famosas saltando frente a su cámara que captaba el instante en que se encontraban totalmente suspendidos en el aire sin poder así el retratado poder disimular su expresión, transmitiendo una sensación de naturalidad, ligereza y magia en cada una de las imágenes, escenificando así lo que la fotografía significaba exactamente para Halsman: un acto mágico capaz de atrapar sueños, almas e instantes imposibles.

Influenciado por el movimiento surrealista y el psicoanálisis, Halsman vivía fascinado por el misterio que encierra el rostro humano. Los retratos fueron una constante en su carrera, desde sus inicios en París, como fotógrafo de artistas como Chagall o Le Corbusier, hasta su salto a la fama en Estados Unidos, como retratista de personalidades como Kennedy, Einstein, Andy Warhol, Marilyn Monroe o el ya mencionado Salvador Dalí, con quien tejería esa gran complicidad artística a lo largo de más de treinta años.

Halsman desarrolló su actividad tanto en estudio como en reportajes. Trabajó en publicidad y para distintas revistas, que estaban en la época de pleno apogeo editorial, dirigidas principalmente a un público femenino estaban publicaciones como Journal des modes, Vogue, Harper’s Bazaar y Votré beauté; Halsman abarcó temas muy variados y se especializó en la fotografía de peinados. Más tarde descubrió y adaptó rápidamente la fotografía instantánea y exploró distintas temáticas especializándose en un sector editorial potente. Aportó a las publicaciones periódicas una nueva visión de la fotografía, con encuadres más atrevidos, primeros planos de los retratados buscando en ellos expresiones diferentes que se salieran del retrato común.

Desde una perspectiva diferente Halsman entendía la fotografía como “aquello que hace ya mucho tiempo que había dejado de imitar a las demás artes. Su utilización diaria en la prensa y la técnica han definido su auténtica forma. Su objetivo particular es el documento, con sus cualidades esenciales, la nitidez y la precisión; un documento que, por su veracidad y su belleza gráfica o espiritual, se convierte en una obra de arte”. Fue en el trabajo de estudio dónde desarrolló un enfoque formal inspirado por la nueva visión de la fotografía, a través de composiciones e imágenes de objetos que creaba el propio Halsman para publicidad o revistas.

En las décadas de 1940 y 1950, la fotografía publicitaria reemplazó a las antiguas ilustraciones grabadas y las revistas se convirtieron en el principal medio. En esta década Halsman emigró a Nueva York, dónde descubrió una nueva forma de aproximarse a la fotografía, adaptando los criterios estéticos de la fotografía estadounidense -como el uso del flash-, renunciando a ciertos efectos de luz y de encuadre a los que estaba acostumbrado a trabajar.

“Mi objetivo es producir una fotografía que pase a la historia como imagen definitoria de esa persona, de manera que, cuando se invoque a alguna gran figura del pasado, la gente imagine el retrato hecho gracias a mi cámara y mi ojo”.
P. Halsman.

La constante búsqueda de la innovación y la originalidad, caracterizó el conjunto de su gran actividad fotográfica. “La fotografía es una forma de expresión diferente, ya que se sitúa entre dos formas de arte. No intenta ofrecernos simplemente una impresión visual de la realidad, tal y como hacen la pintura y las artes gráficas, sino que además pretende comunicar e informar como en el caso de la escritura. Nunca se critica a los escritores por escribir sobre temas que existen únicamente en su mente. Y, de la misma manera, no debería criticarse al fotógrafo cuando, en lugar, de captar la realidad, intenta mostrar aquello que solo ha visto en su imaginación” afirma Halsman. Demostró tener una gran inventiva en sus reportajes y desarrolló efectos de escenografía para crear imágenes originales, ayudado por su mujer. Sus encuadres y composiciones eran realmente sorprendentes.

“A veces se me ocurren ideas en el cuarto oscuro. El proceso creativo no se detiene una vez revelada la película, sino que continúa en la elaboración de la copia impresa, pues cambiando los valores tonales puedes alterar el espíritu o hacer hincapié en lo que originalmente pretendías captar durante la sesión. Para mí, cada retrato es una declaración acerca del modelo. Mi fotografía, desde la idea hasta la copia impresa, tiene que ser producto de mi mente y estar bajo control. Así lo siento”.
P. Halsman.

Halsman como bien decía él, era un creador de imágenes y no se dedicaba a tomar imágenes, ya que el que toma las imágenes es un reportero que se dedica a retratar la realidad, Halsman buscaba su propia realidad, creaba imágenes

“Siempre he creído que la herramienta más importante del fotógrafo es la mente”.
P. Halsman.

Un libro muy bien editado, “Halsman. Sorpréndeme” se convierte en un imprescindible en la biblioteca fotográfica. Un imprescindible por sus textos ensayísticos de Anne Lacoste (comisaria del Musée de l’Elysée de Lausana), por las reflexiones del propio Halsman que son recogidas en este volumen. Un imprescindible para el estudio de la obra de un meticuloso y perfeccionista fotógrafo, uno de los pioneros de la nueva visión fotográfica y precursor de un retrato psicológico que marcó un antes y un después en la composición de las portadas de las revistas, siendo un hito tanto editorial, fotográfico como creativo.

“Halsman. Sorpréndeme” // La Fábrica y Obra Social La Caixa // 38 euros// 2016 

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