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Don Álvaro de Bazán y Guzmán

Don Álvaro de Bazán y Guzmán
Agustín Ramón Rodríguez González el

 

Pese a que los hechos protagonizados por Don Álvaro Bazán y Guzmán, primer Marqués de Santa Cruz, son de una importancia notoria, el gran marino carecía de una obra actualizada que acercara su trayectoria al gran público. Y eso aunque su nombre aparezca hasta en los manuales de Historia de España más sencillos, y de su evidente rastro en  la Literatura del Siglo de Oro. 

Tal carencia es menos explicable porque no es frecuente, muy al contrario, es excepcional en la Historia Naval del mundo, que un marino destaque igualmente al mando de buques tan distintos como galeones y galeras, en escenarios tan disímiles como el Mediterráneo y el Atlántico y contra enemigos tan variados como temibles.

Y no lo es menos que brillara igualmente como gran táctico y como gran estratega, como vencedor en batallas puramente navales y en operaciones anfibias, tan hábil en el mando directo de las fuerzas como aconsejando tan modesta como certeramente a sus superiores, tan eficaz como subordinado y como jefe supremo, como diseñador de nuevos modelos de buques y como experto en logística, con más que demostrado valor personal en el combate y con la cabeza siempre fría, aparte de que fuera excelente diplomático y se preocupara del último de sus subordinados, hasta merecer el título de “padre de los soldados” que le dedicó Cervantes por boca de uno de sus personajes y nada menos que en la primera parte de “El Quijote”:

“En este viaje se tomó la galera que se llamaba la Presa, de quien era capitán un hijo de aquel  famoso corsario  Barbarroja. Tomóla la capitana de Nápoles, llamada La Loba, regida por aquel rayo de  la guerra, por el padre  de los soldados, por aquel venturoso y nunca  vencido capitán Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.”

(El Quijote, Parte I, Capítulo XXXIX, “Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos”)

Es cierto que muchos grandes marinos han tenido bastantes de esas capacidades y virtudes, lo que es verdaderamente excepcional es que las hayan reunido todas, como en el caso de Bazán, máxime si tenemos en cuenta que unas parecen hasta contradictorias de otras hasta resultar imposible o poco menos reunirlas en una sola y misma persona. Por eso consideramos que su figura no tiene paralelos en la Historia Naval.

Lepanto, la más alta ocasión…

También es cierto que le tocó vivir en una época en que España y su Imperio estaban en fase ascendente, lo que podría rebajar sus méritos si no cayéramos en la cuenta de que ese ascenso se debió en no escasa medida a él personalmente, desde el freno a los corsarios franceses a la salvación de Malta, de la gran y decisiva victoria defensiva en Lepanto a la rápida y poco costosa anexión de Portugal, que convirtió a España en el mayor imperio oceánico que haya existido. Cabe imaginar lo que hubiera pasado en todas esas ocasiones y en algunas otras de no estar al mando Bazán, y desde el desastre en Los Gelves al desdichado fin de la empresa de Inglaterra en 1588, el lector comprobará en este trabajo como hasta la triunfante España del siglo XVI podía cosechar graves derrotas.

Batalla naval de  San Miguel

 

En la actual historiografía se pone hincapíé en causas colectivas, sociales y económicas, para explicar los grandes acontecimientos históricos, lo que es muy cierto. Pero no por ello podemos olvidar el peso decisivo que sobre ellos protagonizan ciertas personalidades muy especiales y que surgen muy de vez en cuando.

Así, en este trabajo queda palmariamente demostrado que Bazán fue uno de esos hombres trascendentales que hacen tomar un curso distinto a la Historia con su presencia y con su ausencia. Y de modo mucho más notable que otros, pese a ser mucho más conocidos. Ya era hora de que el lector interesado dispusiera de un libro bien documentado y de fácil lectura, así como profusamente ilustrado, que sigue paso a paso su trayectoria, sin olvidar la figura de su padre, Don Álvaro de Bazán y Manuel, conocido como “Bazán el viejo” y que tanto contribuyó en tantos sentidos a la excelencia de su hijo, siendo el iniciador de una saga de grandes marinos cuyos servicios  cubren casi dos siglos.

Desembarco en  las Terceras, frescos de El Escorial.

Y como escribiera  el gran  Lope de Vega, que sabía muy bien de que hablaba, pues fue soldado  por mar, como su hermano  menor y como su hijo varón, en  unos versos que adornan la base del  monumento al gran  marino en  la Plaza de la Villa de Madrid, erigido en 1888, en  el tercer centenario de su muerte:

   El fiero turco en Lepanto,

   en la Tercera el francés,

   en todo el mar el inglés,

   tuvieron de verme espanto.

   Rey servido y Patria honrada,

   dirán mejor quien he sido,

   por la cruz de mi apellido

   y con la cruz de mi espada.

La obra de Mariano  Benlliure

 

Ficha del libro: Álvaro de Bazán. Capitán General del Mar Océano.(ISBN: 978-84-414-3779-1) Editorial EDAF, Madrid, 2017, 383 pp. Preámbulo a cargo de Don Álvaro Fernández-Villaverde y Silva, XV Marqués de Santa Cruz.

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