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El Astillero de Papel

El Astillero de Papel
Agustín Ramón Rodríguez González el

No son muchos, por desgracia, los pintores que en España se han dedicado a reflejar en sus obras temas referentes a la mar, pese a su importancia en nuestra Historia y cultura, y hasta en nuestra realidad diaria. Y aún son menos los que han centrado su interés en los buques de la Armada, especialmente desde la introducción del vapor, pasados ya los gloriosos tiempos de la vela y el remo.

Uno de ellos es Don Manuel García, nacido en Águilas (Murcia) en 1941, y que ha vivido entre esta localidad, Almería y Barcelona, donde trabajó como Jefe de Seguridad en la factoria de SEAT en la Zona franca durante muchos años.

Apasionado por la Filatelia, especialmente de la Historia Postal española, es un reconocido erudito en las emisiones postales españolas, afición que comparte con la de nuestra Historia Naval, entre fines del siglo XIX y el XX. Una de sus mayores alegrías fue que una de sus acuarelas, la del BIO “Las Palmas” A-52, fue la escogida por Correos para su sello dedicado al “Tratado Antártico” el 27-XII-1991, con un valor por entonces de 55 pesetas.

Para su trabajo utiliza fotografías de época, que invariablemente suelen ser en blanco y negro y con pocos detalles, tanto de los archivos del Museo Naval, de Museos Marítimos o de particulares, como de postales de época que rastrea en comercios especializados y ferias, documentándose todo lo posible sobre el buque, sus características técnicas y su vida marinera y operativa.

Humorísticamente llama a su estudio “El Astillero de Papel” donde se han botado ya, y con toda felicidad, docenas de barcos de bien distintas épocas, con una atención al detalle y a la apariencia general del buque y de su entorno verdaderamente notables.

El cuadro que encabeza esta entrada tiene una cierta carga simbólica, por más que esté basada en una fotografía y sea por tanto una imagen real, al reproducir al crucero “Cataluña”, de la segunda serie, mejorada y modernizada, de los malhadados “Vizcaya” que perecieron en Santiago de Cuba en 1898, junto al primer submarino en entrar en servicio en la Armada, el “Isaac Peral”, marcando así dos épocas bien distintas en la tecnología naval y en nuestra Historia, y no solo en la Naval.

El crucero “Carlos V”, construido en los astilleros gaditanos de Vea Murguía, fue en  su época (1897) el buque más grande construido en España. Terminado a duras penas, participó  en la frustrada expedición del almirante Cámara en auxilio de Filipinas en 1898. Fue sede oficial de la Conferencia Internacional de Algeciras, donde las potencias mundiales se reunieron para resolver la cuestión marroquí, entonces origen de una crisis por las apetencias del  Imperio Alemán. Igualmente realizó varios viajes a América, de México a Argentina, en misiones para estrechar los lazos hispanos entre ambas orillas del Atlántico, hasta su baja en 1931.

El crucero “Cristóbal Colón”, adquirido a los astilleros italianos Ansaldo  en 1895, botado al año siguiente y entregado a la Armada en 1897, fue otro de los integrantes de la escuadra de Cervera en 1898. Un buque muy moderno y bien blindado que, sin embargo , por azares de la política internacional, debió ir al combate sin sus dos piezas principales de 254 mm, con las consecuencias inevitables.

El pequeño cañonero “Mac Mahon” marcó un hito al ser el primer buque de casco de acero construido en España, en concreto en Ferrol, botado el 8-I-1887 y entregado a la Armada al año siguiente, proyecto del ingeniero naval D. Toribio Gaspar Gil. Con sus 106 toneladas y tres pequeños cañones, su vida operativa transcurrió sin mayor relieve en puertos del Cantábrico, hasta su baja en 1932, tras 44 años de meritorios servicios.

El crucero “Almirante Cervera” nació debido al plan naval del almirante Don Augusto Miranda de 1915, pero las consabidas circunstancias internacionales demoraron el inicio de las obras de éste y de sus gemelos “Príncipe Alfonso” (luego “Libertad” con la II República y finalmente “Galicia” durante el régimen de Franco) y “Miguel de Cervantes”, todos de proyecto británico pero de construcción ferrolana, que marcaron todo un hito en la Armada y en la construcción naval española. Fue el menos modernizado de los tres, causando baja en 1965.

El submarino “G-7” ha sido una de las más curiosas adquisiciones de la Armada, pues se trataba originalmente del U-573 de la Kriegsmarine alemana, que en plena 2ª Guerra Mundial resultó averiado el 1 de mayo de 1942 por un avión “Hudson” británico cerca de cabo de Palos, por lo que tuvo que refugiarse en Cartagena. Allí fue internado por las autoridades españolas y finalmente adquirido a Alemania. La razón de su numeral fue que se pretendió construir una serie de seis gemelos para la Armada, que las circunstancias de la Guerra Mundial impidieron llevar a cabo. Tales fueron las dificultades que el submarino, tras ser reparado, solo pudo entrar en servicio en noviembre de 1947. En 1961 se cambió su designación oficial a “S-01”, hasta su baja en 1970.

Solo podemos desear, finalmente, que este “Astillero de Papel” siga en plena producción, y esperar que se le añadan otros, porque temas y barcos no les van a faltar precisamente.

SI PICA EN LAS LÁMINAS, VERÁ CADA ACUARELA AMPLIADA.

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