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La aventura de un arqueólogo náutico sobre un pecio de la antigüedad…

La aventura de un arqueólogo náutico sobre un pecio de la antigüedad…
Javier Noriega el

Conversar con el arqueólogo Carlos de Juan siempre es un placer. Conversa suave, permitiendo la reflexión siempre entre frase y frase, entre maderas, arquitecturas navales,  ánforas romanas,  formas de navegación o puertos en época Imperial. Siempre invita al diálogo, ya sea para la didáctica, el aprendizaje o la pregunta técnica. Hace de su profesión, su pasión y de su pasión, un relato científico. Hace muchos años tuvimos el privilegio de conocerle y la navegación en las naves de época romana por aquel entonces era su rumbo. Lo sigue siendo y lo acompañará toda su vida; junto al estudio detenido, el debate y horas de inmersión bajo la mar. Una cuestión vital para el desempeño de la profesión de arqueólogo náutico, que a tenor de lo visto en los últimos años hacen mucha falta en España. Máxime de los que se mojan, de los que se visten con el traje de neopreno de manera habitual y han tenido la oportunidad de bucear en otros mares.  En el caso de carlos, las aguas Españolas, francesas, italianas o Griegas, su mejor curriculo. Título Mediterráneo ese por excelencia que marca y que se fragua en años. La experiencia submarina, fundamental para un país que necesita de directores científicos con experiencia en la mar y en sus excavaciones submarinas. “Experiencia, que es la madre de todas las ciencias”, para conocer como poder ejecutarlas, interpretarlas y gestionarlas de forma eficaz. Los pecios y recuerdos del Ouest Giraglia2 en Córcega, el Tour D´Agnello o el Cap de Vol en Giorna, marcaron su corazón y su mente. Recientemente consiguió el grado de doctor ,de los escasos que existen en este país sobre la materia, tras muchos años de compañerismo, buceo en equipo, artículos científicos y conocimiento. Conversar con él, para poner en valor la experiencia y el significado sobre el último de sus trabajos es un privilegio. Siempre lo es. En una conversación de café, como diría el,  para tratar e asunto sin prisa y con calma. Para hablar sobre algunos puntos de su aventura personal, de ahora y de siempre, sobre el Bou Ferrer y sobre algunos otros aspectos de la arqueología subacuática en la antigüedad…aquí, en espejo de navegantes. Sin prisa y con calma, para conocer con mayor detalle la cuestión…

 

Carlos de Juan, como co-director del Bou ferrer ante uno de los fantásticos lingotes de plomo que transportaba el barco romano y que se expone actualmente en el Museo Arqueológico Nacional.

 

Quiero agradeceros en el interés que estáis mostrando en la difusión del pecio Bou Ferrer. Desde luego que aparecer con una entrevista en vuestro blog es todo un privilegio e intentaré contestar todas las preguntas, dando mi visión más personal sobre el estado de la investigación en el pecio Bou Ferrer.

 ¿Que supone el descubrimiento del Bou Ferrer para Carlos de Juan?.

El descubrimiento del pecio Bou Ferrer fue para mi un momento especial en mi carrera como arqueólogo. Tras comunicar los descubridores el hallazgo en el año 2000 pasó un cierto tiempo hasta que se realizaron las inmersiones para verificar la autenticidad de las informaciones. Justamente las primeras inmersiones que se realizaron con los descubridores fueron negativas y no encontramos el yacimiento, algo que a mí personalmente me hizo dudar de la veracidad del hallazgo, sobre todo por lo que hacía referencia al tamaño del pecio. En ningún caso pensamos que pudiera tratarse de una gran nave oneraria sino más bien pensábamos en un yacimiento pues quizás equiparable a otros ya conocidos en las costas valencianas. Cuando en el segundo día de buceo finalmente dimos con el yacimiento y yo realicé mi primera inversión en él, pues las sensaciones fueron de muchísima emoción, no solo por haberlo encontrado que ya fue una alegría, sino también porque realmente estaba viendo por primera vez en mi carrera profesional uno de esos yacimientos arqueológicos subacuáticos que únicamente había conocido a través de la bibliografía como era el caso de la Madrague de Giens por ejemplo. En aquel momento lo tenía delante de mi, intacto, cargado de información a la espera de ser estudiado.

Ciertamente es uno de esos recuerdos que tengo guardados en mi memoria con muchísimo cariño ahora hace ya más de 15 años y que marcó el inicio de una relación personal entre un grupo de personas y el yacimiento arqueológico que dura hasta la actualidad. En diversas etapas y momentos de mi carrera profesional como arqueólogo he tenido relación con el pecio Bou Ferrer tanto por trabajos para su protección como para su excavación, su estudio, su difusión y divulgación.

 

Detalle de parte de la excavación del Bou Ferer.

 

Foto excavación pecio de la Albufereta, Alicante 2002. Foto, J.A Moya.

 

 ¿Y para la ciencia y la comprensión de las rutas comerciales del Mediterráneo que puede suponer?.

Para la ciencia, para la arqueología, desde luego el pecio es una oportunidad, no tanto porque no conozcamos otros yacimientos arqueológicos subacuáticos que puedan aportar una información equiparable a la del Bou Ferrer, lo que hace este pecio diferente de otros es fundamentalmente su proximidad a la costa, su excelente estado de conservación y una profundidad batimetrica asequible al buceo con técnicas convencionales. La conservación es un elemento de gran importancia y es que a pesar de que lamentablemente se produjeron en el pasado acciones de expolio, este nunca llegó a dañar tanto el yacimiento como para impedir su correcta lectura a través de la excavación científica. Muchos de los yacimientos arqueológicos subacuáticos datados en el s. I d.C. y relacionados con el comercio de productos procedentes de la Bética que se excavaron entre la década de los 80 y de los 90 por la escuela francesa, realmente presentaban un estado muy avanzado de expolio a la vez que en ninguno de ellos se tuvo en cuenta el realizar el estudio de detalle de la arquitectura naval de estas grandes naves de comercio. Con este escenario, el Bou Ferrer puede aportar muchísima información de cara a conocer como eran y como estaban construidos los grandes mercantes del s. I d.C. cómo se estibaban, cuales eran los productos, cuál era el modelo de comercio del que participaba e ilustrar como en la Antigüedad la rutas marítimas en ocasiones podían convertirse en verdaderas odiseas que apartaban a los barcos del rumbo establecido por altamar, para acabar naufragando en unas costas provincianas frente al municipium de Allon.

Documentcaión en el pecio Silvino. Foto; Miralles.

 

Excavación en el pecio de la Albufereta. Foto; Moya

 

Para las capacidades de los grandes buques mercantes de la antigüedad son claves Pomey y Cthernia, Turfa y Steinmayer, Wallinga, entre otros. ¿El Bou, con su impresionante porte, es uno de los grandes descubrimientos en dos décadas sobre naves onerarias en Europa. A que hallazgos romanos hasta la fecha lo equipararías?.¿Que significado tendría esto?.

Por el momento cuando hablamos del tonelaje del barco, lo hacemos desde un punto de vista de aproximación a lo que pudo ser su carga, puesto que hasta que el pecio no esté excavado en más de un 60% no contaremos con datos suficientes como para establecer con precisión el número exacto de ánforas y por lo tanto el tonelaje de porte del navío. Sin embargo tratándose de un barco que superó los 33 m de eslora sin ninguna duda estamos ante uno de los grandes barcos del periodo Altoimperial, quizás uno de esos a los que se refiere Estrabón cuando señala que los barcos más grandes que llegaban a los puertos de Roma eran los procedentes de la Bética. El Bou Ferrer no es que de por si sea un gran descubrimiento por tratarse de un barco de gran porte, sino que es la combinación de su tamaño, su accesibilidad y su increíble estado de conservación y lo inusual de su modelo de comercio, lo que lo convierte en un excelente yacimiento que puede permitir, gracias de la excavación arqueológica subacuática, el que podamos conocer más sobre este periodo de la Historia.

Por otra parte en ningún caso este barco ostenta ningún record de tonelaje para la Antigüedad. A través de la arqueología subacuática, es el mencionado pecio de la Madrague de Giens con 400 t de porte el velero hasta ahora más grande excavado. A la vez, en las fuentes clásicas encontramos informaciones de barcos que en eslora y en porte superarían con creces al Bou Ferrer.  Esto no es lo importante, lo importante como antes he señalado es el excelente estado de conservación y la poca profundidad Lo que sí es el Bou Ferrer en el yacimiento arqueológico subacuático de mayor envergadura en proceso de excavación.

Foto de detalle de la arquitectura naval del Bou Ferrer.

 

Eres conocedor de la arquitectura naval de buena parte de las excavaciones europeas, en buena parte lo recoges en tus estudios y tesis doctoral. ¿Que me puedes decir acerca de la arquitectura del Bou, en que estado se encuentran sus maderas sumergidas?.

El estado de conservación de la obra viva del barco es excelente. En el eje axial dónde iban estibados los lingotes de plomo, que han hecho de fungicidas, la consistencia de la madera es asombrosa. Cuadernas, piso de la bodega, casco, todo ello se encuentra en un excelente estado lo que nos va a permitir realizar en un futuro próximo un primer estudio de la arquitectura naval en la zona central del navío, que es la que se encuentra en estos momentos en fase de excavación arqueológica.

Aunque no sea conocido por muchos arqueólogos subacuáticos, en realidad sabemos poco de la arquitectura naval de los grandes mercantes del s. I d.C. puesto que como antes he señalado, cuando se excavaron pecios equiparables al Bou Ferrer en ningún caso se atendió al estudio de detalle de la arquitectura naval, por ello conocemos muy bien como eran los barcos hasta época tardo-republicana, conocemos muy bien como era la arquitectura naval en el s. II d.C.  pero conocemos poco justamente para el periodo altoimperial, un momento en el que se está gestando una evolución en la arquitectura de las naves por las que se pasa de la familia arquitectónica de barcos helenístico republicanos a la familia Imperial, bien definida en el s. II d.C.

¿Que te esperas encontrar a raíz de los sondeos realizados y que significado tiene desde el punto de vista arqueológico?

Por el momento estamos concentrando todos los trabajos en la zona central del navío, en la que estamos realizando una trinchera transversal que en estos momentos ya supera los 15 m de longitud (aun no se ha llegado a los extremos ) y que nos está permitiendo tener un perfecto conocimiento del pecio, algo que nos facilitará plantear correctamente las futuras intervenciones. Desde el punto de vista de la interpretación, la actual trinchera de excavación nos ha permitido comprender que el barco transportaba un cargamento homogéneo de salsas de pescado,  envasadas en ánforas gaditanas y estibadas hasta en cuatro pisos en la zona central de la nave.  Al conocer las dimensiones de la manga del barco en esta zona central y gracias a la ratio de proporciones que tenían las naves romanas, hemos podido establecer que la eslora teórica superaría los 33 m.

 

 

¿Podemos constatar el modelo clásico de mástil central con gran vela cuadrada, unido a mástil transversal, que todo el mundo tiene en mente?.

Por ahora arqueológicamente no podemos afirmarlo, puesto que a nivel longitudinal del barco, conocemos poco, sin embargo atendiendo a un estudio de la iconografía de naves equiparables al Bou Ferrer lo lógico es pensar que se tratase de un barco con al menos dos mástiles, uno prácticamente central y otro hacia la proa, inclinado, llamado artemon. Quizás tratándose de un gran navío pudiera llevar otro de menor envergadura en la popa.  Para pronunciarnos definitivamente sobre esta cuestión de los mástiles, necesitamos tener mucho más avanzada la excavación arqueológica.

Mosaico romano de nave oneraria en transporte por el Mediterráneo. Magistrales mosaicos de la antigüedad y ejemplos de su legado, las representaciones como esta, en el puerto romano de Ostia.

 

¿Cuéntanos un poco sobre la posible restitución del pecio, como imaginas sus formas?

Las hipótesis de restitución llegarán en el futuro, cuando tengamos más sectores estudiados de la arquitectura naval del pecio. Sin embargo por ahora la impresión que tenemos respecto a las líneas de agua del barco es que se trata de una nave equiparable en sus formas, aunque no en su tamaño, a las pecio de Saint Gervais 3.  Tenemos la impresión de que quizás fuera un barco con una popa de las llamadas de tipo “culo de mona” sin que tengamos ningún dato por el momento para establecer si la proa era con tajamar o de tipo convencional.

Cuando estuvimos en Ostia, o en el Monte Testaccio en el postgrado del 2002 aprendimos mucho sobre grandes naves onerarias, dolias y tituli picti. Es curioso esto último. ¿A que se puede deber la casi ausencia de Tituli picti hasta el momento en la carga del Bou?,

La cuestión de los tituli picti la tenemos completamente presente en nuestra investigación. Existen autores que afirman que absolutamente todos los productos envasados procedentes de la Bética presentaban inscripciones escritas hablándonos de su contenido, de su calidad, de su fecha consular y que en ocasiones eran fiscalizados por el estado romano.  Nosotros, lejos de poner en duda este argumento lo que señalamos es que aparentemente el cargamento del Bou Ferrer no presenta este modelo. De las casi 300 ánforas extraídas tan sólo hemos encontrado indicios de la presencia tituli picti en tres de ellas.  Por otra parte el excelente estado de conservación del nivel inferior del yacimiento, nos sirve para asegurar que las ánforas excavadas en este sector, sin duda alguna nunca llevaron tituli picti.  Quizás ello esté en relación con el modelo de comercio algo particular que presenta el Bou Ferrer donde la presencia de un cargamento homogéneo, en un barco que viajaba con ruta directa de puerto principal a puerto principal quizás no requiera la fiscalización de las casi 3000 ánforas y se prefiriera fiscalizar unidades representativas de partidas más grandes. Esperemos que el avance de la excavación nos permita concluir definitivamente el argumento expuesto.      

Restauración del lingote de plomo del Bou Ferrer en el MAN.

 

Igualmente me ha resultado curioso Carlos, el lugar del naufragio de la nave, tan cerca de la costa. ¿Porque crees que se encuentra tan cerca del litoral, cuando supuestamente estas naves de gran porte navegaban en más altura…

Si ninguna duda el barco está fuera de su ruta teórica como bien señalas, estas naves navegaban desde los puertos béticos de Híspalis o Gades hasta los puertos principales de Narbona, Arles, Roma o Nápoles y en ningún caso parece que la ruta costera por la Península Ibérica fuera la más oportuna.  Cuando las fuentes clásicas nos hablan de la duración de los trayectos entre Cádiz y Roma, atendiendo a la velocidad posible de estos barcos sin ninguna duda la navegación era de altura. Sin embargo navegar en la Antigüedad estaba lejos de ser una actividad precisa, quedaba sometida a los caprichos del clima marítimo y avatares en el propio barco por lo que en muchísimas ocasiones se podían cambiar la rutas preestablecidas por otras muchísimo más lentas, pero que podrían ser más seguras ante la incertidumbre de un empeoramiento del clima marítimo o de posibles averías en alta mar que podrían obligar a buscar refugio en puertos en principio muy alejados de la ruta prevista. Es conocido por los navegantes a vela actuales que en la zona sur de las Baleares cuando entra temporal fuerte de Levante, el viento y el mar llevan a los veleros directamente a la costa entre Villajoyosa y Benidorm. La ruta que llevaban estos barcos procedentes de la Bética iba por alta mar en dirección a las Baleares, que servían de bisagra para dirigirse al sur de Francia o al estrecho de Bonifacio. Pensamos que el Bou Ferrer trazando esta ruta se vio sorprendido por la entrada de un temporal de levante dirigiéndose pues hacia el Oeste a buscar el último puerto conocido al sur del Cabo de la Nao, en este caso la Allon romana.

Como habéis podido constatar en el pecio con su evolución y resultados, ¿No es posible que cambien drásticamente todas las hipótesis de trabajo con la excavación total del pecio?.

El avance de las excavaciones lógicamente te hace modificar tus planteamientos iniciales, fundamentalmente porque estamos tratando con un yacimiento del que no tenemos paralelos claros en la bibliografía.  Cada campaña de excavación nos aporta informaciones nuevas, nos enriquece y nos permite formular nuevas hipótesis de trabajo que esperamos el avance de las excavaciones nos permitan contestar. El objetivo es y ha sido siempre avanzar en el conocimiento histórico gracias a la excavación arqueológica subacuática del pecio.

 

Y hablando de la excavación total del pecio. Tenemos que decir que conocemos el esfuerzo personal que ha supuesto en muchas ocasiones llevar hacia adelante las investigaciones del pecio del Bou Ferrer. Es difícil comprender como aún no se apoya con mayor claridad económicamente dicha actividad científica. ¿Cuanto le queda de excavación íntegra del mismo?.

Desde luego que no podemos decir que la excavación del yacimiento esté recibiendo un importante apoyo económico por parte de las instituciones, algo que por otra parte es común en muchos otros proyectos arqueológicos que de verdad valen la pena. Desde luego estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para revertir esta situación porque creemos de verdad este es uno de esos yacimientos que pueden aportar mucho a la arqueología subacuática.

Respecto a la pregunta de cuánto queda pues lógicamente ellos depende de los medios que se pongan a disposición para realizar la excavación. Con un modelo teórico lógico y sensato para un pecio de estas características, lo suyo sería una planificación de entre seis y ocho años para acabar la excavación arqueológica.

 

 

Hablando de excavaciones, cuéntanos un poco sobre ti y tus excavaciones en el Mediterráneo. ¿Cuales recuerdas especialmente. ¿Porqué?. ¿Que puesta en valor te gustaría realizar para el Bou Ferrer?.

Todas las excavaciones arqueológicas en las que participado me ha marcado de una u otra manera, quizás si tuviera que pensar en cuales recuerdo con mayor cariño por diversas cuestiones señalaría las excavaciones en Córcega del pecio Ouest Giraglia 2 y los sondeos en Tour d’Agnello sin olvidarme de Cap del Vol en Girona. Fundamentalmente porque me sirvieron para comprender cuestiones que estaba planteando en mi tesis doctoral, rodeado de verdaderos amigos. Cuando se combina un equipo de arqueólogos subacuáticos formidable, de esos vocacionales, junto con un yacimiento que puede aportar un verdadero avance en la investigación, creo que entonces se respira esa atmósfera especial que hace que recuerdes siempre el momento de la excavación.

Respecto a la puesta en valor del Bou Ferrer yo no soy realmente un especialista en la materia, estoy seguro que hay personas mucho más capaces que yo para decidir cuál debería ser la mejor opción, yo por mi parte como me imagino la puesta en valor del yacimiento es con una gran parte del cargamento junto con elementos de su arquitectura naval expuestos en un museo, quedando bajo del agua las zonas en reserva.

Briefing previo sobre el yacimiento arqueológico del Ouest Giraglia2. Foto Seguin.

 

Por cierto, enhorabuena por la iniciativa de permitir poder bucear en el pecio a personas discapacitadas, podríamos decir que sois pioneros en este país en dicha cuestión. Cuéntanos algo más sobre la experiencia.

La idea de permitir el buceo de manera controlada en el pecio fue muy bien recibida por los gestores de patrimonio, puesto que hacíamos llegar a un público diferente la arqueología subacuática y el valor del yacimiento.  Se trata de una actividad completamente compatible con el patrimonio siempre y cuando se respeten una serie de directrices que explicamos a los buceadores.  Para el caso concreto de personas que presentan alguna minusvalía, simplemente buscamos la fórmula habitual para que ellas puedan bucear, lo único que cambiaba realmente es el escenario, ya que estaban visitando un yacimiento arqueológico. Bien es cierto que desde un punto de vista de difusión del patrimonio el Bou Ferrer ha sido el primer yacimiento arqueológico subacuático visitado de manera regulada por buceadores que presentaban alguna minusvalía.

Magnífica iniciativa en el yacimiento del Bou Ferrer, con el acceso al buceo de personas con movilidad reducida.

 

 

Y hablando sobre las dificultades técnicas sobre el pecio. ¿Cual ha sido el principal obstáculo en la excavación del Bou?. ¿Y tu mayor satisfacción?.

El principal obstáculo es muy fácil de comprender, la falta de recursos económicos nos lleva a una falta de recursos humanos y materiales que han de ser suplidos por el esfuerzo personal del pequeño equipo implicado en el proyecto.  Ello nos lleva a que la excavación avance a unos ritmos que no son los deseables. No existe una clara “mayor satisfacción” en esta investigación, desde luego cualquier pequeño avance que realizamos se convierte en una alegría personal para todo el equipo.

 

Háblanos sobre el equipo. ¿Quienes son, que papel juegan en la intervención submarina?.

El equipo subacuático es francamente pequeño, compuesto por tres personas fijas que excavan el barco, junto con un grupo de amigos-colaboradores que desinteresadamente nos ayudan en la investigación. Aparte de mi, excava con nosotros Juan Sebastián Miralles y José Antonio Moya de la Universidad de Alicante, sumándose Franca Cibecchini los días que le es posible venir desde Francia.  En la excavación prácticamente todos hacemos de todo desde excavar hasta hacer de barqueros, mecánicos o fotógrafos.

Sin embargo aparte del equipo subacuático, y por suerte, contamos con la colaboración de muchísima gente en el club náutico y en el museo de Villajoyosa, así como importantes apoyos en la Dirección General de Patrimonio y en la propia Universidad de Alicante.

Foto del equipo del Bou Ferrer en el momento del transporte del cargameto de la nave.

 

Por último, un libro que le recomiendes a nuestros lectores que por primera vez se haya acercado al mundo y la cultura de los pecios de época romana?.

Si tuviera que recomendar un libro donde se combinase una brillante colección de artículos, junto con una parte gráfica digamos de esas espectaculares, tendría que pensar en una publicación francesa y no española, en este caso se trataría del libro La Navigation dans l’Antiquité de Pomey, Tchernia, Nieto y Gianfrotta.

 

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