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¡Puerto de Málaga a la vista!

¡Puerto de Málaga a la vista!
Andrea Zucas el

«Hay un lugar que el Mediterráneo halaga, donde la tierra pierde su valor elemental, donde el agua marina desciende al menester de esclava y convierte su líquida amplitud en un espejo reverberante, que refleja lo único que allí es real: la Luz. Saliendo de Málaga, siguiendo la línea ondulante de la costa, se entra en el imperio de la luz. Lector, yo he sido durante seis años emperador dentro de una gota de luz, en un imperio más azul y esplendoroso que la tierra de los mandarines.»   J. Ortega y Gasset, El Imparcial, 1910.

Cierto día de abril, subí las escaleras que lindan la colina de la medina árabe de Alcazaba de Málaga y su Castillo de Gibralfaro. Allí, recorriendo el Centro de Interpretación encontré en resumen, las cualidades defensivas de la fortaleza y el papel que ha desempeñado en la ciudad a lo largo de la historia así como su asociación con el mar y su entorno. Me asomé por aquellos muros y su espléndida vista del mar Mediterráneo, os aseguro enamora. El Museo del Patrimonio Municipal situado en la subida a la Coracha, es motivador y me indujo a leer la historia de Málaga. Habiendo disfrutado de sus patios y jardines por momentos, me perdía en el tiempo en una aventura imaginaria de otra época. El mar lucía como un espejo celeste brillante que iluminaba mi rostro desde esas alturas. No eran los tiempos dorados de las galeras, pero así lo imaginaba. Una imagen, aquella que nos transporta y que la convertimos en el portal del tiempo, la que nos sustrae para escabullirnos  con reclamo de historias marinas por contar. Un enclave especial para indagar en su pasado, latente de historia, de cultura, de economía, de contenido. El Imperio marino de luz. 

El estudio histórico y socio-económico de la actividad portuaria desarrollada en esta población, contempla la interrelación existente, a lo largo de la historia, entre el puerto y la ciudad. La mirada de los artistas más importantes que dibujaron la historia malagueña, nos lega sus instantes del pasado y su inevitable mestizaje con la historia, la literatura, el arte y geografía.

Málaga y su pasado

El suelo de la ciudad, que conserva ocultas las huellas de la historia, nos revela de vez en cuando retazos de ella. Como ocurre muchas veces en la antigüedad las nuevas edificaciones se construyen sobre las anteriores aprovechando sus materiales. Sobre las ruinas de la ciudad romana se asientan los visigodos, hasta que los casi ocho siglos de dominación musulmana configuran una ciudad amurallada que es la base de la que luego ocuparon los cristianos, y que deja ya definido lo que ahora consideramos como centro histórico.

Para las antiguas civilizaciones era una región legendaria por sus riquezas, frecuentada por fenicios y griegos, codiciada por cartagineses y romanos. Además, su estratégica posición en los confines de Occidente, donde se levantaban las columnas de Hércules, como última etapa del mundo mediterráneo y abierta al Océano Externo, hacían de la Bética una referencia cultural y geográfica imprescindible. Antiguos mapas estudiados dan cuenta de ello, dado que por  la información que contienen se considera fueron elaborados hace ya casi dos mil años.

Los primeros pueblos de tradición navegante fueron los fenicios, decanos del comercio mundial, dotaron de faros los puertos naturales para facilitar la navegación nocturna, e inclusive construyeron los primeros puertos artificiales en Sidón y Tiro. Su técnica fue tan exitosa que rápidamente la imitaron los griegos, vikingos y polinesios. Su sello en Málaga fue relevante.

En el siglo VIII  A.C. los fenicios fundaron Malaka, origen de la actual ciudad de Málaga. Desarrollaron el comercio, introdujeron el aceite de oliva, las técnicas de salazones, fundición de metales, acuñación de monedas, etc. Era casi una aldea junto a la que pasaba, no el río Guadalmedina sino el que luego se conocería como el arroyo del Calvario y que en nuestros días está recordado en la sinuosa calle Granada. Construyeron un fondeadero, gestación  del actual puerto de la ciudad, posiblemente la primera obra pública municipal.

Luego se asentaron los cartagineses, para después llegar los griegos y romanos. La extensión de la Hélade por el Mediterráneo favorecía la compraventa de productos tales como el codiciado Garum, salazones de pescado,  las cerámicas, vasijas, vinos, aceite de oliva, metales, etc.

Se trataba de una puerta de entrada a la península ibérica primero en el puerto Fenicio y su urbe en el Cerro del Villar y luego en Mainake griego, para posteriormente convertirse en la Malaca romana. Málaga fue nombrada ciudad federada y  obtuvo el primer estatuto municipal de su historia, la Lex Flavia, por la que se reglamentaría.

Aunque el período latino fue breve en comparación al musulmán, Málaga entre los siglos I y III, vivió un esplendor evidente, una independencia  y privilegios de las urbes selectas del Imperio. Su teatro fue uno de los más importantes de la Bética y existía un circo a la altura de la plaza de la Merced, un gran templo en la zona de la actual Catedral y por supuesto se trataba de una ciudad sin murallas. No se construirán murallas hasta el siglo III.  Vivió su esplendor comercial marítimo. Para Marcial el aceite Bético era insuperable y para Plinio, solo lo igualaba el de Istria. Se transportaba en ánforas olearias desechables y se generó la industria de fábricas de ánforas.

Roma se hunde y los bárbaros entran en Hispania. Pocos años más tarde, son los visigodos los nuevos administradores de Málaga. Surge la ocupación bizantina del sureste peninsular, durante apenas un siglo. A principios del siglo VII, los visigodos recuperan sus territorios hasta la invasión musulmana.

Málaga ayer y hoy las infografías son de Arketipo S.C.A edit Ediciones Ilustres.

Tras la conquista árabe, la ciudad formó parte de la región musulmana de Al-Ándalus, y luego del Reino nazarí de Granada.  Se convirtió en una ciudad en expansión, rodeada por un recinto amurallado provisto de cinco grandes puertas y con gran cantidad de arrabales y barrios asimismo amurallados. En ellos evolucionaban los adarves, salpicados de huertas a orillas del Guadalmedina,  un nuevo esquema de población, basado en el desarrollo de alquerías en el mundo rural.

Málaga contrastaba con el feudalismo que sufría el resto de Europa.

Se convierte en la puerta del Reino de Granada y en nexo de unión entre el Mediterráneo, el Atlántico y el Mar del Norte. Se establecen rutas con el Lejano Oriente.  A pesar de su carácter musulmán, se fundan en la ciudad numerosas colonias genovesas que para mayor refugio y seguridad en las transacciones comerciales construyen el llamado “Castillo de los Genoveses”. Existe una actividad continua en las atarazanas y el Castillo. A poniente del mismo se encontraban las atarazanas. Los aterramientos de la antigua dársena fenicia va desplazando la actividad portuaria hacia el sur.

A las Atarazanas les rodeaba el espigón para carga y descarga de embarcaciones, lo que supone pensarlo como fondeadero, probablemente la continuación del que comenzaba desde el promontorio gibralfareño. La tradición marinera de la ciudad se refleja en la actividad continua que hay en las atarazanas: cebada, lana, frutos secos, vino, cueros, pieles, tejidos de seda  salen de los muelles hacia Flandes e Inglaterra y entran perfumes, oro, especias, algodón.

En el entorno existía una mezquita con su alminar, que llamaban del Clamor, por el almuédano. La casa almacén seguramente contaba con un cuartel vigía, muy cerca de una de las puertas de entrada a la ciudad que es lo que propiamente llamaban atarazana los malagueños morunos. El edificio actual, Mercado Central de Atarazanas, obra del arquitecto Joaquín de Rucoba, se construyó entre 1876 y 1879  Sólo se conserva  la puerta de mármol y es de donde proviene su nombre, Atarazana.

Ataifor de la Nao, Alcazaba de Málaga.

El puerto tenía gran actividad comercial con el resto del Mediterráneo islámico.  De cómo eran las características de las naves en aquella época nos habla la arqueología desde  un plato de loza nazarí con el dibujo de un barco. Se conserva en el Museo Arqueológico de Málaga. Se trata de una nave del siglo XIII o XIV en la que pueden distinguirse dos palos con dos velas cuadradas así como el timón de codaste. Por los textos se sabe que este timón aparece a partir del siglo XII. Su origen se atribuye a los chinos.

En 1348, mientras la peste negra asolaba toda Europa, el palacio fortaleza de la Alcazaba y el Alcázar de Gibralfaro toman su forma definitiva.

El alzado tridimensional sobre una ciudad construida sobre el relieve o el uso asignado a los distintos espacios urbanos son datos valiosos que podemos extraer de estas fuentes gráficas. Algunas líneas de la parcelación islámica se mantendrán, así como retazos de la muralla hasta el siglo XIX.

En 1487 las tropas de los Reyes Católicos llegaron a Málaga y tras un duro asedio y lucha, toman la ciudad. Un dato curioso que he leído es que  entre las tropas conquistadoras de la ciudad se encontraba el poeta Garcilaso de la Vega. Poco después de la conquista, los Reyes Católicos trataron de fomentar el intercambio comercial. La importancia estratégico-militar y la comercial crecen en Málaga. Se recogen toda una serie de datos sobre la ciudad. Cronistas tales como Hernando del Pulgar, Alonso de Palencia o Bernáldez, que acompañaban a los Reyes, nos dejaron unas narraciones de los hechos tan detalladas que trascienden incluso el terreno topográfico. Una de las primeras actuaciones que hace la Corona es reforzar la vigilancia de las aguas, así como el mantenimiento del viejo muelle musulmán.

Málaga, 1650. Anónimo.

 La ciudad de Málaga, convencida de que su prosperidad dependía principalmente de la del Puerto, aprobó el 11 de enero de 1492 la construcción de un fondeadero defendido por espigones. Se establece una pequeña armada para la defensa de la costa.

La ciudad empezó a cambiar su trazado urbano al adaptarse las nuevas construcciones al gusto de los reconquistadores. Se abre un eje longitudinal al que se añade otro transversal, en sentido noroeste-suroeste, cruzándose ambos en la “plaza de las cuatro calles”, la Plaza Mayor (hoy en día, Plaza de la Constitución), y se empezó la construcción de la Catedral de Málaga sobre los cimientos de la mezquita mayor. Fue construyéndose en diferentes fases a lo largo del tiempo. Finalmente hasta hoy, una de las torres queda sin terminar y por ello le dicen “La manquita”. Según la versión tradicional, en esta época de escasez, el dinero que había para ello se destinó al arreglo de los caminos de Antequera y Vélez. Según una interpretación más romántica, pero sin documentar, los fondos que estaban dispuestos para la construcción de esa torre fueron enviados en  ayuda a Galves para su apoyo a la independencia norteamericana. Así hubiese lucido con sus dos torres:

Charles Clifford, 1862 Foto modificada para la recreación de la torre de la catedral, Jesús Martín Cabello.

La vista de la Catedral empieza a crecer tan cerca del mar.

Las iglesias y conventos construidos fuera del recinto amurallado empezaron a aglutinar a la población dan lugar a la formación de los barrios de extramuros, en los antiguos arrabales, como La Trinidad o el Perchel, se realizaba allí el secado de pescados para lo que se los colgaba en perchas, dando origen al tradicional barrio Los Percheles. Si Cervantes menciona los Percheles en su “Don Quijote”, es por la circunstancia de que ya desde el siglo XV era la zona de un muestrario tipológico de la picaresca más que un retablo diseñado por convencionalistas usos urbanos.

La tradición de mercadeo pesquero y producción industrial, siguió a lo largo de los distintos momentos históricos.

Desde la antigüedad se pensaba, que la grandeza y nobleza  residía en el diseño de la ciudad, mientras que otros pensaban que tales características eran atribuibles a la calidad de su gobierno y las virtudes de sus ciudadanos.

El 15 de enero de En 1529, Carlos I firma la autorización para el comercio con las Indias, eliminando así el monopolio con el que contaba Sevilla para los tráficos con América. El tráfico era especialmente intenso en la llamada Vendeja, o sea entre Septiembre y Octubre. Durante gran parte del siglo XVI, Málaga es el primer puerto exportador de cereal.

En los dos siglos siguientes el Puerto se fue prolongando tanto a poniente como a levante. Málaga como ciudad, necesitada del mar para abrir nuevos horizontes, comerciales, necesitaba un empuje y un nuevo dique, esto fue posible gracias a que en 1585, Felipe II ordena un nuevo estudio del Puerto de Málaga construyéndose un nuevo dique en 1588, en la zona de levante, junto a La Coracha. (Antiguo barrio marinero situado en el lado sur de la alcazaba).

En el siglo XVII, el vino y las pasas eran los productos que ocupaban la preeminencia de las exportaciones malagueñas y, por tanto, constituían la principal fuente de ingresos. En el ramo textil destacaba la seda, muy ligada a los moriscos. Málaga y sus productos estaban siendo el reclamo de los países a los que eran exportados.

Durante el siglo XVIII, con la Revolución industrial, se da una gran expansión urbana por lo que la muralla defensiva que rodeaba la ciudad desaparece. Destacar que a finales de este siglo el diez  por ciento de la población era extranjera, signo del cosmopolitismo que siempre ha tenido esta ciudad abierta a propios y extraños.

Así era la disposición de la zona del puerto de Málaga. La imagen de la catedral era ya majestuosa, entrevista entre mástiles de navíos bañándose de la luz del sol.

Malaga. Litografía de 1838 de un dibujo de George Vivian, coloreada a mano. Litógrafo L. Haghe. Procede de la obra, Spanish Scenery George Vivian.Vista de Málaga desde el puerto, destacando en altura la Catedral y la torre.

El paseo marítimo era algo hermoso en ese entonces, ya que como se puede ver, el casco antiguo llegó a la misma orilla. Toda esta disposición se modificaría creándose el Parque de Málaga y el actual puerto.

La escollera era destrozada una y otra vez por los temporales de Levante. Felipe V en 1717 encargó la confección de un proyecto de ampliación del Puerto, que cubriera las necesidades tanto comerciales como de defensa de la población, que se hace paulatinamente. En 1783 el rey aprueba el proyecto de crear la Alameda en los terrenos ganados al mar. También se construyen los paredones sobre el Guadalmedina.

Samuel Manning,1870.Dibujo a mano de la cortina del muelle y Catedral.

Málaga fue una de las ciudades litorales españolas que en la segunda mitad del siglo XVIII vio surgir una burguesía que preparó el despegue económico del siguiente siglo. Las familias que dejaron huella en la ciudad eran casi todas de origen extranjero: Larios, el político conservador Cánovas del Castillo, el industrial Manuel Agustín Heredia, los Loring y el Marqués de Salamanca. Mandly, Temboury, Bolín, Crooke, Gross, Pries, Huelin, Grund, Raggio, etc, algunos con influencia en la política nacional.

Gerald Brenan, comenta que estas familias aristócratas establecidas en Málaga, eran popularmente conocidas como “la gente de la manteca” debido a su afición por importar manteca salada de Hamburgo, un alimento lujoso que denotaba rango social en la época.

Cuando el espíritu del romanticismo impregnaba los relatos de viaje, los viajeros románticos ilustrados, caligrafiaban otra percepción del paisaje malagueño. Andalucía era recreada literalmente entre majas y bandoleros, ello atraía a nuevos turistas. Málaga ha inspirado a muchos de ellos como Andersen y su “Viaje por España”.

A principios de siglo XIX, ya en época de la Guerra de la Independencia, hubo una gran repercusión negativa en el comercio, para Málaga.

“Una ciudad mítica para el pensamiento liberal español”, dice con rotundidad el escritor Alfredo Taján al pie del obelisco que recuerda al general Torrijos y a los que junto a él murieron en 1831, en la plaza de la Merced, la misma que vio nacer a Pablo Ruiz Picasso.  Aunque, la actividad exportadora del puerto fue el inicio de la industrialización. Un ejemplo: los primeros Altos Hornos de España. Aún podemos ver las altas torres de fundición de hierro.  A lo largo de la primera mitad del siglo XIX centenares de naves arribaban a nuestro puerto.

Málaga fue una ciudad pionera en el comienzo de la Revolución industrial, convirtiéndose en la primera ciudad industrial de España, y manteniendo después el segundo puesto tras Barcelona durante buena parte del siglo XIX. A causa de su emprendedora burguesía ilustrada y con fuertes deseos de modernidad.

La pesca ha sido desde siempre una actividad de mucha importancia aunque la ganadería y la agricultura -basada en el trigo, la vid y el olivo- fue aumentando. La figura del típico “Cenachero” nace de su oficio de vender sus canastas llenas de pescado colgadas con sogas desde sus hombros. Además, La biznaga es, junto con el Cenachero y el boquerón, uno de los símbolos populares de la capital de la Costa del Sol.

Vemos además nuestra farola, Obra del ingeniero Joaquín María Pery y Guzmán, su construcción finalizó en 1817, estando entonces situada en la entrada del Puerto de Málaga. La Farola de Málaga constituye un símbolo de la ciudad y da nombre al paseo marítimo donde se encuentra. Junto con la farola del Mar en Tenerife, son los únicos faros que tienen género femenino. Sustituyó a la “linterna de madera” que desde mediados del siglo XVI guiaba los barcos a puerto.

Puerto de Málaga, 1879. Anónimo.

Observamos el edificio de la Aduana justo en frente de la alcazaba, de planta cuadrada, su tamaño demuestra la importancia del puerto. Comenzó a construirse en 1791, y las obras no concluyeron hasta 1842. Anteriormente, este edificio albergaba el Resguardo de Rentas Generales, que se le llamó de la Parra, y la Administración de las Salinas del Reino, ubicado al comienzo de la Alameda.

Crepúsculo en el Puerto de Málaga, de José Ruiz y Blasco padre de Pablo Picasso

La Alameda Principal es una avenida bordeada de árboles, zona desarrollada durante una época de comprensión racional del urbanismo y la arquitectura, otro signo de modernización temprana que confirma la activación económica de la ciudad en ese momento.

Se ganaron al mar dos amplias franjas. El proyecto consistía en urbanizar aquellos solares e invertir sus rentas en la obra de ampliación del puerto. Fue trazado como una prolongación de la Alameda Principal y tiene su origen en una ley de 1896. El Parque lentamente se convirtió en un jardín público único en Europa, en lo que a flora exótica se refiere con diversidad arbórea de distintas especies subtropicales.

El nuevo Puerto sigue siendo la salida natural de Málaga y vía de enlace con los demás puntos del mundo.

La Acera de la  Marina era el sitio que se extendía delante del trozo de la antigua muralla árabe de la ciudad, comprendido entre las puertas de la Espartería y de los Siete Arcos.Era una típica vista desde el mar. Esta calle fue testigo y escenario del  movimiento comercial portuario desde su inicio. Era  la época del sombrero de copa, la levita entallada y el ampuloso miriñaque. Vio pasar a marinos de todos los mares y a gentes de todos los países quienes buscaron amable refugio de sus tabernas y cafés con el consabido y famoso vino de la tierra que ofrecía el mozo marítimo con su gorra de seda y  en ella la placa indicadora de su oficio: “El Pimpi” .También, el primitivo Café de la Marina conoció los opulentos tiempos del comercio cuando las fragatas, hacían las rutas de América y de Oriente y había un correo mensual  entre la ciudad y Nueva York. Era un sitio de encuentros y tertulias cosmopolita, marinero y urbano a un mismo tiempo, donde fraternizaron marinos y carabineros.

Con la unión de la Alameda al Parque, variaría por completo  su entrada por la vía marítima. Queda conformada la Plaza de la Marina, que hoy constituye uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, ya que aquí se cruzan dos importantes ejes: la Alameda Principal y el Paseo del Parque con algunas de las calles más concurridas del centro histórico, como calle Molina Lario, y con el acceso principal al Puerto de Málaga.

Estos son algunos de los cambios que se suceden en Málaga, aquella romántica cercanía de la ciudad con el puerto y el mar, va modificándose.

Las sucesivas ampliaciones de las instalaciones portuarias han adaptado el espacio a las nuevas exigencias del transporte marítimo menos pintoresco, aunque no deja de ofrecer un singular contraste de la majestuosa Catedral y su cercanía al mar con el resto de la ciudad, su arquitectura fusionándose entre lo antiguo y moderno, para ser coronada con la Alcazaba y Gibralfaro. Pero definitivamente, cuando se conocen los detalles de la historia de la ciudad, pasear por cada rincón cobra sentido, significado y alma. Ya no es lo mismo nombrar  las calles, ni sus sitios, ni sus monumentos. Porque esas vistas, están vivas de historia.

¿Y si mirásemos debajo del mar?

La zona subacuática de la bahía de Málaga es una zona rica en yacimientos arqueológicos,  ya que en el transcurso del tiempo ha tenido una gran actividad comercial y ha sido escenario de diversos episodios navales, constatados a través de las fuentes documentales. Imaginemos a las trirremes romanas, o a las anteriores naves fenicias, griegas, o posteriores nazaríes, berberiscas, genovesas o castellanas y la aparición por levante de imponentes naves de velas latinas que navegarían con sus velámenes hinchados surcando nuestras aguas. Cuántas de ellas esperan su rescate histórico.(Como “El Miño”-naufraga cerca de la isla de Tarifa- o la “Gneisenau” a quien debemos el título de Muy Hospitalaria que luce el escudo de la ciudad y posteriormente, la construcción del puente de Santo Domingo o “de los alemanes”.)

Desde la literaturaqueriendo encontrar las fuentes más antiguas y recónditas, quizá con la ilusión de llegar siempre a su génesis, la más antigua mención de Málaga (Mainake) en un texto poético la encontramos en la Ora marítima de Rufo Festo Avieno, poeta latino que vivió en el siglo IV de nuestra era. Para escribir en versos senarios la descripción de nuestra costa, se basó en un periplo compuesto hacia el año 530 antes de Cristo por un viajero marsellés. El autor se basó en descripciones casi novecientos años más antiguas, gracias a esa devoción desmedida por lo arcaico, podemos saber cómo era este litoral cuando aún existía Tartessos. Escritos de Estrabón y Ptolomeo dan cuenta ya, de la caída de la Urbe en manos romana.

Hablando del origen de estas vistas de ciudades.

Estas pinturas de panorámicas y libros de viajes se convierten en un género literario en sí mismo.  Fueron concebidas como el equivalente cartográfico de las insignias de honor, emblemas que Felipe II podía usar para impresionar a los visitantes extranjeros ofreciéndoles información sobre el tamaño, la cantidad y la importancia de las ciudades que estaban bajo su dominio.

 Desde la Edad Media, tanto los mapas como las vistas, además de aportar datos geográficos, llevaban implícitos mensajes de índole ideológica, tanto espiritual como política. Hubo  una estrecha relación entre el arte pictórico y la cartografía.

¿Quiénes dibujaron, pintaron o grabaron a Málaga desde estas épocas?

Desde esta mítica ciudad, vemos panorámicas desplegando flotas de campañas en la bahía, otras de distintos episodios históricos, retratados por diferentes autores a lo largo del tiempo.

-El pintor flamenco Anton Van der Wyngaerde realizó en los años sesenta del siglo XVI una serie de vistas urbanas de Inglaterra, Francia, Italia, Flandes y especialmente, las principales ciudades de España, por encargo de Felipe II. Su colección llamada “Las vistas de España” actualmente se encuentra en la Biblioteca Nacional de Viena y en diversas colecciones de Londres y Oxford. Cabe destacar la publicación de Ciudades del Siglo de Oro: Las vistas de Anton Van den Wyngaerde (Madrid, Ediciones El Viso, 1987).

Al menos cuatro trabajos suyos se conocen sobre Málaga, realiza una descripción realista de la ciudad, una vista corográfica. En la siguiente imagen vemos el frente marítimo y la ciudad rodeada de sus murallas medievales, sobre las que todavía no se alza la catedral, de la que somos testigos de su construcción, que en 1564 tan sólo ha alcanzado el nivel de las capillas laterales, el puerto es un fondeadero que aún no proporciona abrigo alguno a las naves pues el dique de levante no existe, y además es mágico ver que permanecen intactos la iglesia de Santiago, el Palacio de Cazalla (hoy Museo Picasso) o el conjunto Alcazaba-coracha terrestre-Gibralfaro.

Anton Van den Wyngaerde, 1564 vista de la Puerta del Mar donde se ubicaba la pequeña capilla de los Mínimos de nuestra Señora del Mar

Se trata de  un testimonio gráfico de lo sucedido hace 450 años, a la vez que un documento imprescindible para investigar la Málaga renacentista. Una transcripción lo más fidedigna posible de la realidad, lo más parecida a una fotografía de la misma, de ahí su valor informativo y las posibilidades de reconstrucción.

-Del Museo Naval de Madrid, nos hemos traído esta “Revelación a San Pio V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto”,

“Revelación a San Pio V de la victoria de la Santa Liga en Lepanto”, autor anónimo.Museo Naval de Madrid.

de mediados del S. XVII, anónimo, la parte izquierda de la obra se atribuye a Juan Niño de Guevara.Vemos al papa Pío V en el momento en que un ángel, mientras está rezando, le anuncia la victoria de Lepanto. El skyline que vemos detrás del papa, se corresponde con el de la ciudad de Málaga. A la derecha del cuadro se desarrolla la batalla, en octubre de 1571. El cuadro, estuvo durante casi dos siglos en las paredes del convento de Santo Domingo. Aporta datos muy interesantes sobre el urbanismo de Málaga, ya que aparecen con todo detalle el Castillo de Gibralfaro, la Alcazaba y la Coracha. Están muy bien representadas las playas de la ciudad y algunos elementos ya desaparecidos, como la torre de San Telmo y el Castillo de los Genoveses, que estuvo en lo que hoy es el aparcamiento de la Marina.

-Las vistas de Georg Braun y grabadas en gran parte por Franz Hogenberg, en 1572.

Civitates orbis terrarum de Braun & Hogenberg 1541-1622.Las Torres de Fonseca a la izquierda y la Catedral no levantaba aun, para hacer apenas una Girola, que se acabaría 30 años después.
Civitates Orbis Terrarum fue un proyecto editorial concebido como un complemento al atlas del mundo de Abraham Ortelius, Theatrum Orbis Terrarum (1570), que se convirtió en la más completa colección de vistas panorámicas, planos y comentarios textuales de ciudades publicada durante la Edad Moderna.

Hoefnagel era un “escenógrafo”, que interpretaba los originales y los trataba con una técnica mucho más narrativa destinada a un determinado público, insertando a menudo, en primer plano, incidentes locales desproporcionados respecto al resto del dibujo. Los textos latinos que acompañan a las imágenes, en buena parte redactados por el propio Braun, son de carácter descriptivo y aluden a la historia, la geografía y los aspectos sociales y económicos de cada ciudad.

-Un segundo ejemplo de una serie de imágenes corográficas de España de carácter institucional es el Atlas del Rey Planeta. “Descripción de España y de las Costas y puertos de sus reinos” concluido por encargo del Rey Felipe IV en 1634 y realizado por un conjunto de cosmógrafos e ingenieros bajo la dirección del cosmógrafo real Pedro Texeira. Conservado en Viena y publicado en 2002. “Rey Planeta” es la metáfora solar con la que se alagaba a Felipe IV como monarca universal.

Descripción de España y de las Costas y puertos de sus reinos, concluido por encargo del Rey Felipe IV en 1634

Junto a las imágenes corográficas y una minuciosa relación literaria elaborada en paralelo, incorporando información topográfica, económica, social e histórica proyectó la representación cartográfica de la Península Ibérica. Además de trabajar como ingeniero militar en la costa malagueña.

– Alfred Guesdon (1808-1876) era un francés originario de Nantes, arquitecto y litógrafo, que como tantos otros viajeros europeos del Romanticismo, se dio una vuelta por España en el siglo XIX y contó lo que vio por aquí. Pero en lugar de escribirlo su técnica fue subirse a un globo aerostático, tomar apuntes desde las alturas y hacer dibujos que muestran el aspecto de las ciudades españolas de la época.

L’Espagne. vue a vol d’oiseau 1870.. Vue prise du Fort Gibralfaro A. Guesdon; Impr. Fois. Delarue Paris

-La panorámica de Málaga más antigua que se conoce. La tiene la Universidad de Navarra: Malaga (1859-1860) de Louis de Clercq.

Panorámica mas antigua de Málaga, Le Clerc

Un auténtico artista este gran fotógrafo, con una instantánea nos deja una página de la Historia. Para ver más fotografías antiguas malagueñas os dejo este regalo.

En este paraíso, nos recibe su gente siempre Muy Noble y Muy Hospitalaria. Sus sublimes poetas, sugerentes y libres pensadores, gloriosos artistas, enraizadas tradiciones, su antiquísimo desarrollo urbano en el que emergen emblemáticas arquitecturas, calles nacientes de antiguas murallas, primeros barrios marineros y su Catedral del mar.

Recordando que “muchas de las páginas de la historia de España, se escribieron y aún se escriben en el mar” pienso, cuántas innovadoras actividades que hoy se desarrollan, pero que pueden recrearse mucho más, difundiendo nuestro Patrimonio Cultural. Hoy afirmo “ el mar siempre ha inspirado a antiguos dibujantes y viajeros a pintarnos nuestra historia”. Y me atrevo a decir: ¿cuánto puede inspirar a las nuevas generaciones si conociesen desde el Arte, la Historia, la Literatura, el Cine y la Arqueología naval, nuestro pasado? ¿Qué nuevas panorámicas nos dibujarían? Aquí os invito a contemplar un estupendo ejemplo de ello. ¡Hasta la próxima!

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