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Los presupuestos de arqueología subacuática en España; “Los de un triste camino vecinal”

Los presupuestos de arqueología subacuática en España; “Los de un triste camino vecinal”
Javier Noriega el

El 17 de abril de 1914, hace justo cien años, se crea el Instituto Español de Oceanografía (IEO), uno de los primeros del mundo en su especialidad marina. Por aquel entonces el visionario Odon de Buen, científico vocacional y esforzado hombre de la res pública, se dejaba la piel, para poder convencer a las diferentes autoridades gobernantes del país,  la necesidad de estudiar la mar. Su convicción se basaba en su vocación de servicio público y en el ideal reformista de un país, que necesitaba como agua de mayo lo que propugnaba. I+d+i en un sector estratégico para un país como era el mar. Y fíjense si debieron ser importantes sus objetivos fundacionales, que son pocas las instituciones estatales que a día de hoy, tras su creación después de un siglo, sigan persiguiendo los mismos objetivos que se marcaron desde un principio. Al IEO le ocurre esto. Su actividad a día de hoy es tan fundamental, como el primer día. La primera campaña oceanográfica que  se llevó a cabo con el instituto creado, llevó a cabo 467 operaciones entre sondeos, muestreos de agua superficial y profunda, medición de temperatura y de transparencia y pescas de hasta mil metros de profundidad. No estaba mal para empezar y en aquella época. Era tal la ilusión, el conocimiento y la necesidad de trabajo que se pusieron a la obra desde el primer minuto. Lo tenían claro. Su ámbito de actuación, todo el litoral Español. Sin excepción, si no fuera así, sus mediciones quedarían incompletas. Desde el cabo de Peñas al de Gata. De Reus a Trafalgar. Relataba Odón de Buen en sus memorias: “Era para nosotros el comienzo de la realización de un sueño”.

Foto de satélite de las costas Españolas y su litoral cantábrico, atlántico y mediterráneo

Y consiguió hacer realidad su sueño. Tras denodado esfuerzo, por Real Decreto se daba nacimiento al mismo, con su primera asignación presupuestaria. Recientemente tuvimos la suerte de escribir sobre el centenario de ta importante institución, y el estudio de la hemeroteca nos cuenta una historia que nos sonará muy cercana. Corría el año de 1914: «Cuando el Instituto Español de Oceanografía, creado por Real Decreto en el pasado abril, comenzaba a dar sus frutos, aparece suprimido por razón de economía en los nuevos presupuestos. Es decir, que en esos presupuestos donde han pasado todas las codicias, todos los intereses parciales y privados por valor de cientos de millones, no han podido pasar las 40.000 pesetas que para personal y material. El estudio de nuestros mares con sus inmensas riquezas, no significa para nuestros parlamentarios, lo que un triste camino vecinal”.

Odon de Buen. Fundador del Instituto Español de Oceanografía

La última frase, la de un “triste camino vecinal”, me impresionó sobremanera.  Cuantas veces se repite en nuestra historia y de que actualidad, aquello de financiar la investigación en este país con escasos presupuestos. Lo del “triste camino vecinal”.  Su expresión nos deja bien claro la podredumbre y la altitud de miras con la que se manejaban por aquel entonces. La misma mirada, que nos encontramos cien año después. A pesar de la importancia de la mar, el estado les otorgaba los fondos, que se destinan a la ejecución de un camino vecinal. Ya fuese de Navalcarnero,  Villanueva del trabuco o La Vegallera. 40.000 pesetas de un camino para todo un litoral.  Y eso a principios de siglo. Un siglo después. A principios de Octubre de 2014. En la presentación de los presupuestos que el Estado otorga a la cultura,  al patrimonio,  se repite el mismo patrón. Para que luego digan que la historia no se repite.  Unos presupuestos impropios de un país pionero en la navegación transoceánica mundial. Descubridor de buena parte del mundo y fundador de culturas, territorios y sociedades . A un país, que es una de las principales potencias  más importantes en yacimientos arqueológicos submarinos del mundo.

 

Si bien no han existido hasta la fecha excavaciones sistemáticas en el exterior, sobre pecios hispánicos. Estos naufragios si han sido la diana constante de los cazatesoros allá en cualquier lugar del mundo donde se encontrasen. La revista especializada en historia Clio, se hace eco, como muchas otras de la problemática con nuestros pecios hispánicos.
Catálogo de la exposición conmemorativa de “La exploración del pacífico. 500 años de historia”. Museo naval de Madrid y Casa América. Ministerio de Defensa.

 

Presentación de los presupuestos generales del Estado

Un 52% menos en el legado histórico

Y para hablar del descenso de las partidas presupuestaria, hablemos de eso, de números, que es de lo que tratan los presupuestos.  Son ya algunos destacados medios nacionales de comunicación los que se han hecho eco del notable retroceso que significan estos presupuestos para el patrimonio histórico. “En la partida dedicada a la “conservación y restauración de bienes culturales” sumada a la de “protección al patrimonio”, vemos que se ha decidido pasar de 24,7 millones a 22 (-11%). En 2012, las dos partidas hacían un total de 38,1 millones de euros,l o cual supone un recorte del 42,2% sobre la conservación y restauración de nuestros bienes culturales. La retirada del apoyo todavía es mucho más grave, si tenemos en cuenta que en 2011, nuestro patrimonio tuvo en ayudas 45,9 millones de euros. Es decir, y simplificando, durante los dos últimos años y medio se ha invertido un 52% menos en el legado histórico y artístico en nuestro país. En ningún apartado cultural el recorte es tan exagerado.” Teniendo en cuenta que España es una de las principales potencias en materia de patrimonio cultural submarino es llamativo.

 

Distribución por secciones de los presupuestos generales del Estado

En estos presupuestos se han caído en el camino las transferencias a las universidades para convenios de colaboración en formación e investigación. También se han retirado el apoyo a las entidades locales para restaurar y conservar su patrimonio en un 36%. En materia de universidades y arqueología subacuática una relación por otro lado escasa en nuestro país) , la casi inexistencia de  planes de investigación y docencia es una realidad a día de hoy. Salvo honrosas excepciones, este binomio ha sido una constante durante decenios. Recientemente la Real Academia de la historia, los profesores de la Complutense e investigadores del CSIC, constataron en las jornadas  “La mejor historia por contar”,  precisamente este problema. La importancia y el papel que ha de ostentar la universidad, junto a otras instituciones y profesionales en la puesta en valor de este fenómeno pionero en el mundo, que fue la globalizacion marítima. En los últimos 20 años, los doctores especializados en arqueología nautica apenas suman un número significante para todo el trabajo que hay que desarrollar (si acaso podrán sumar más de cinco). Y eso, que posiblemente nos encontramos en este país con una de las mejores generaciones de jóvenes formados en este sector tan especializado.   Si la Universidad es el referente intelectual, con los que se construyen el progreso de una comunidad, desde luego que habrá de ser uno de los cimientos en los que se apoye la investigación marítima en el futuro. En la actualidad con los presupuestos diseñados para la misma, se antoja tarea difícil, máxime cuando además tenemos escasa tradición universitaria en la materia.

Arqueólogos e investigadores de la Universidad, en tareas de excavación arqueológica

Vayamos a otro de los puntales de la investigación sobre el patrimonio marítimo. La investigación documental. En los archivos,  el recorte ha sido sangrante en estos cuatro últimos Presupuestos Generales del Gobierno, acumulando una pérdida del 37%: de 40,5 millones a pasado a 25,2Entre 2014 y 2015 la caída ha sido del 5,2%. La tijera ha sacrificado la partida de suministros y material. Y siguen ahorrando en el capítulo de personal. La investigación de los naufragios en los documentos hispanos es básico para garantizar el éxito del proyecto. Tras el punto de inflexión que supuso el caso Odyssey, cuantificar y estudiar el total de pecios hundidos por las aguas del mundo y nuestras costas, narrados en nuestros miles de legajos históricos, se antoja como un objetivo de Estado. Sin recursos no puede existir personal adscrito a tan importantes proyectos. Si también recortan aquí, como recientemente ha titulado un periódico nacional, “es obvio que los archivos sin personal para conservarlos y atenderlos, no son archivos sino desvanes”. La información que contienen nuestros  archivos, son claves para la investigación y la lucha contra los cazatesoros. Recordemos que el reciente éxito de la fragata Mercedes, se basó en buena parte a la investigación archivística, entre otros del equipo de técnicos del Museo Naval, con Doña María Pilar del Campo al frente. Su estudio; los archivos y la protección del patrimonio deja bien clara la idea que exponemos en estas líneas. El archivo, como una línea más de actuación en lo náutico. Mediante los documentos de la época, se pudieron demostrar por parte de los juristas  la adscripción y titularidad de los barcos a la corona del estado Español. Buque de guerra al servicio de su majestad por los mares del mundo. Esa acumulación del 37% de pérdida presupuestaria, sin lugar a dudas supone otra mala noticia para lo marítimo.

 

Sala de estudio e investigación del archivo de la Marina.

 

La promoción y cooperación cultural también cae, de 10,1 millones a 9,6 (-5%). En 2012 estaba en 24,5 millones de euros, con lo que al final nos encontramos con un total de -68% en dos años. Se torna en paradójico, precisamente cuando España sería uno de los más interesados en hacer bueno el precepto de la UNESCO, que en su preámbulo de la convención sobre protección del patrimonio histórico, establece la cooperación como clave para la arqueología en los mares y océanos. Máxime en un patrimonio común e histórico que tiene España, con todos nuestros países hermanos de América. Tanto del Norte, como del Sur,  (sin olvidar buena parte de la Oceanía) con los cuales la cultura hispana se encuentra fuertemente enraizada. Pues bien, en dicha materia, y tras decenios de cooperación cultural en cientos de proyectos,  principalmente mediante el mecanismo del incentivo a los proyectos de intervenciones en el exterior, por parte del Ministerio de Cultura y el IPHE (Instituto Patrimonio Histórico Español); es curioso que desde nuestros intereses estatales, se hayan investigado yacimientos terrestres apasionantes que van desde el Nilo Azul, a la apasionante Pompeya, pasando por el palacio Omeya en Jordania, o el Valle del Eufrates por decir algunos nombres. Todas ellas con importantes resultados científicos para la humanidad.  Ante tal medida interesante para la ciencia y para un país, choca entre tantos años de tradición de estudio en este panorama internacional, que no haya existido ni una sola intervención sistemática en forma de campaña arqueológica sobre un pecio de pabellón Español.  Máxime con los vínculos culturales anteriormente descritos con medio mundo, que entre otras cosas dibujaron por primera vez los exploradores Españoles. La promoción cultural en el exterior aparece como una herramienta importante para la ciencia y la relevancia de muchos de nuestros magníficos científicos españoles. Si bien ese descenso de casi el 70% en sus presupuestos no nos invite al optimismo a corto plazo en lo marítimo y prácticamente también en la tradición terrestre. No se puede comprender demasiado este incomprensible dato que supone obviar una las mejores partes de nuestra historia, la vinculada al mar y nuestros yacimientos submarinos en el exterior.

 

Sarcófago de las excavaciones de arqueólogos Españoles en Egipto. Tradicionales campañas con excelentes resultados para la ciencia y desde la cultura Española. extraña encontrar en todas las campañas de arqueología la inexistencia de ninguna en materia subacuática en el exterior

 

Y que decir acerca de los presupuestos en lo referente a la logística, tecnología y embarcaciones destinadas a trabajar en arqueología submarina. Los mares y las profundidades que rodean a nuestra piel de toro encierran una multitud de incógnitas, lo que hace que el número de barcos destinados a realizar largas campañas de investigación, resulte imprescindible. Es curioso que en la primera campaña oceanográfica realizada en nuestro país se realizaran 462 operaciones marinas. El uso de un barco fue una de las prioridades de Odon de Buen, y de ahí que consiguiese como fuese uno modesto, pero con capacidad maniobrera para trabajar en la mar. Y eso que fue hace casi un siglo. Cualquier investigador o responsable en materia de investigación marina a día de hoy, sabe que sin un barco dotado de medios es difícil garantizar el estudio en un medio hostil como es la superficie del mar. El papel de la tecnología adquiere una dimensión importante en el futuro de nuestra disciplina arqueológica. Actualmente  no existe adscrito a una institución ministerial de cultura un barco de estas características. Sin barco es difícil en ocasiones imaginar una  actuación arqueológica en las profundidades marinas. También una partida presupuestaria. Al no haber barco, nunca ha existido tal.

 

L´Hour, director del Centro Nacional Francés, detallando las características técnicas del barco oceanográfico Francés destinado a operaciones arqueológicas.

 

 El paisaje antes de la batalla

Este es el horizonte a día de hoyLos recortes impiden claramente la proyección y el empuje de la disciplina subacuática desde lo público en nuestro país. Pero como hemos podido ver no es algo nuevo. El “paisaje antes de esta batalla” es singular en lo marino. A excepción de una serie de partidas significativas destinadas a cuestiones de servicios jurídicos y museológicas, las partidas destinadas a investigación e intervención directa submarina, desde decenios han sido muy modestas, casi insignificantes para un estado y más en el caso de España. Una de las mayores potencias mundiales en patrimonio arqueológico submarino del mundo. En el caso de los yacimientos submarinos la precariedad y las partidas económicas destinadas para su investigación han sido generalmente escasas o inexistentes, encontrándonos con diferentes velocidades de investigación. Ninguna en el exterior, o de forma proactiva en algunas comunidades autónomas que tienen competencias en la materia, por contra de otras que han dejado completamente aparcado por falta de fondos o conocimiento la materia submarina. Y eso que existe un buen número de arqueólogos náuticos, prácticamente en todas las comunidades de este país, formados en la historia científica de esta moderna disciplina, que solucionarían dicha problemática. Muchos de ellos tienen brillantes ideas, y lo mejor. Conocen más de un yacimiento que se encuentran en el abandono,  que con su proyecto tutelado por lo público, mejorarían el conocimiento de los mismos que tenemos a día de hoy en España y la humanidad.

La arqueología, cuenta hoy con una presencia social mucho mayor que hace unas décadas. Especialmente la submarina, que ha tenido que ser a raíz de un expolio, el realizado por Odyssey, el que sirviese como  punto de inflexión para conocer y atender por parte de la sociedad en general, la cuestión marina. El asunto de los cazatesoros  sirvió para que toda España, supiera que tenemos eso. Pecios historicos. Verdaderas “joyas” arqueológicas en los fondos marinos distribuidos por todo el mundo que se encuentran a la espera de su estudio. Aun así, a pesar de que la sociedad demanda y se interesa, por ese legado histórico, a tenor de los presupuestos, parece que entre los legisladores, todavía se sufre una dolorosa inercia crónica. Parece como si esto de la arqueología, podría ser considerada  como una actividad ociosa y de lujo, poco más que un hobby de verano totalmente prescindible. De ahí, que haya sufrido los exagerados recortes económicos que en la actualidad la dejan bajo mínimos. La del triste camino vecinal que demandaba Odon de Buen. Sino juzguen ustedes, el tramo de las carreteras vecinales de Cubillos a Moreruela de los Infanzones, un presupuesto total de licitación de 929.729 euros. De Trefacio a San Ciprián de Sanabria, con una longitud de 7,15 kilómetros,  un presupuesto de licitación de 725.279 euros. Y estos son dos modestos presupuestos de dos caminos vecinales. Dos de los miles de tramos que tiene nuestra piel de toro que es España. Pues bien. Cualquiera de estos presupuestos supera y con creces buena parte, sino el conjunto destinado para la localización e intervención directa por nuestros arqueólogos subacuáticos sobre todos los naufragios hundidos Españoles en nuestro país y en cualquier parte del mundo. El presupuesto de dos caminos vecinales.

 

 

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