ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Espejo de navegantes Expertos en arqueología naval

Razones históricas de España del caso Odyssey

Razones históricas de España del caso Odyssey
La "Mercedes" estalló en 1804 durante un combate y sus restos fueron expoliados en 2007
O Donnell y Duque de Estrada el

El próximo viernes presentaremos en la Real Academia de Historia un libro importante. Demuestra cómo el conocimiento de la Historia es un acervo que se manifiesta útil hasta en los aspectos que puedan parecer más pragmáticos. Y muestra la ventaja de contar con la total confianza depositada por una Institución, la Academia de la Historia, que dispone de unos fondos documentales de gran importancia. Si a estos factores añadimos la suerte, que no siempre acompaña al investigador, pero que en este caso resultó algo decisivo, nos encontramos con los ingredientes que me permitieron identificar un pecio prácticamente inidentificable. Además, y en una segunda fase, me permitieron rebatir los argumentos esgrimidos por dos de los más conocidos profesores mundiales de Historia Marítima, contratados por una empresa enriquecida injustamente con el expolio al patrimonio español.

EL HUNDIMIENTO DE LA “MERCEDES”

Es hecho histórico bien conocido y relevante el fin de la fragata de guerra española “Nuestra Señora de las Mercedes” que, formando parte de una flotilla de cuatro que transportaba caudales y mercancía de especial valor procedente de los virreinatos de Perú y Río de la Plata, voló en pleno combate mantenido contra otra división naval inglesa, igual en número, pero muy superior en porte artillero y en posibilidades de maniobra, que la aguardaba. Dicha pérdida tuvo lugar a la vista de Faro, capital del Algarve, en la mañana del 5 de octubre de 1804, cuando ya no faltaba sino un día para llegar a su destino, Cádiz y sin que hubiera mediado declaración de guerra.

El conocimiento de estos sucesos no habría pasado de un nivel cultural medio si la prensa nacional no los hubiese asociado inmediatamente a un hallazgo espectacular que tuvo lugar algo más de dos siglos después. El 18 de mayo de 2007, la empresa norteamericana “Odyssey Marine Exploration, Inc.” con gran despliegue mediático y repercusión en la prensa internacional, declaraba públicamente haber rescatado el mayor conjunto monetario jamás obtenido de un pecio: 17 toneladas de plata acuñada en 594.000 monedas que acabarían embalándose en 2.800 cajas. Estas monedas, reales de a ocho, junto con un puñado de escudos de oro también hallados en dicho pecio, se tasarían más adelante en 385 millones de euros. La anteriormente citada empresa cazatesoros, que cotiza en el “Nasdaq” neoyorquino, la mayor bolsa de valores electrónica automatizada de Estados Unidos, hacía así realidad su autoproclamación como líder mundial en exploración y rescate de pecios en aguas profundas.

EL LITIGIO

Transportada la mayor parte de lo obtenido a los Estados Unidos, en sus tribunales se litigó entre España y la empresa por los derechos del hallazgo, resultando la documentación histórica aportada y su interpretación, determinantes en la resolución final.

Constituida España en parte por considerar el pecio los restos de un buque de guerra propio, la fragata “Mercedes”, el 3 de junio de 2009 el magistrado instructor emitía su informe y recomendación favorables a ella en todas sus aspiraciones. A esto se opusieron Odyssey, el gobierno peruano, que también reclamaba el tesoro, y algunos presuntos herederos de los propietarios de la mercancía.

El 22 de diciembre de 2009, se obtenía sentencia reconociendo el valor probatorio de los argumentos españoles aceptados previamente por el instructor y se ratificaba que se debía entregar lo obtenido a España, recociendo su propiedad legal y estableciendo plazo. Los diferentes recursos de Odissey ante el Tribunal de Apelaciones de Atlanta y ante la Corte Suprema, fueron desestimados respectivamente en 29 de noviembre de 2011 y 31 de enero de 2012. El 25 de febrero de 2012, llegaban las monedas a España, tras cinco años de disputa y ésta recuperaba la carga y algunos objetos, sepultados en la mar en 1804.

Ilustración del libro de Pedro de Ledesma “Pesca de perlas y búsqueda de galeones” (1623)

Con ocasión de los primeros naufragios se produjeron los iniciales intentos por recuperar sus cargas que sólo en circunstancias especialmente favorables, se pudieron obtener parcial o totalmente. A los españoles, como compensación y consecuencia de ser las principales víctimas de tormentas y combates atlánticos, corresponde el honor de ser pioneros en aplicar métodos, medios y técnicas para la recuperación de los contenidos preciosos de sus buques hundidos.

Estas técnicas e “invenciones”, muy avanzadas ya en el siglo XVII y que Pedro de Ledesma ilustra en su manuscrito “Pesca de Perlas y Busca de Galeones” el cual, fechado en 1623, se refiere, entre otros, al método y equipo con que se recuperó en los Cayos de Florida, alguno de los galeones hundidos en la aciaga flota de Indias de ese año, por ingenio y maña del capitán Gaspar de Vargas. En 1676,  la almiranta de Galeones del cargo de don Matías de Orellana y los cuatro buques del marqués del Vado en 1691, fueron “buceados” en presencia de un “veedor” especialmente nombrado y con parecido sistema, porque la Carrera de Indias era ya un filón importante para la recuperación de parte de lo perdido.

Lo que pudo Vargas en 1622 con métodos rudimentarios, hoy en día hacen, y esperemos que no puedan seguir haciendo, compañías extranjeras con inversores millonarios, métodos ultramodernos e información procedente del mejor archivo para esos efectos, el Archivo General de Indias.

Mel Fisher descubrió en 1985 parte del cargamento del “Nuestra Señora de Atocha”, uno de los siniestrados en aquel fatídico año, obteniendo en sucesivas campañas, oro y plata, calculados en 400 millones de dólares. Con lo que no eran metales preciosos, que fueron subastados, fundó el Mel Fisher Maritime Heritage Society Museum en Key West, Florida. No fue lo único que obtuvo; la condición de héroe y benefactor de la cultura para la opinión pública anglosajona vino aneja y otros se decidieron a imitarle, poniendo sus ojos en el único tesoro conocido capaz de superar al del galeón “Atocha”, el muy posterior de la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”.

El hallazgo de la “Mercedes” ha dado lugar a un largo proceso judicial por el que España ha acabado obteniendo todo lo recuperado de este pecio con argumentos jurídicos decisivos basados en pruebas y documentos históricos que han resultado irrefutables. La evidencia histórica, no siempre fácil de demostrarse, ha permitido a una excelente dirección letrada llegar a este punto.

El Archivo de Indias, aquí durante una exposición, se halla abierto a los investigadores pagados por los cazatesoros

Nuestros ricos archivos, generosamente -tal vez pródigamente- abiertos a cualquiera, juntamente con los medios tecnológicos más modernos, habían permitido a los “caza-tesoros” culminar el anteriormente indicado hallazgo; los archivos generales de Indias, de Simancas, de Marina, el Histórico Nacional en mucho mayor medida que la “Public Records Office” han sido su guía y su lazarillo. Martín Almagro Gorbea, Anticuario de Academia de la Historia, declaraba: “(…) Abrimos nuestros archivos, donde aparecen consignados todos los naufragios de nuestros barcos, y ni siquiera les pedimos un compromiso de que no usen esa información para expoliar los buques… algo chirría”. Y sobre el caso Odyssey: “Nos roban con absoluta impunidad después de pasarse siete meses junto a nuestras costas y sin que nadie intervenga.”.

LA DEFENSA EN LOS ARCHIVOS NAVALES

No es menos cierto sin embargo, que estos mismos archivos han servido por esta vez para defender los intereses nacionales, gracias a instituciones como el Museo Naval, la Academia de la Historia, el Museo Arqueológico Nacional y la Dirección General del Patrimonio del Ministerio de Cultura, que han sabido aunar la investigación, y gracias también a que la fortuna, que menos veces de las justas se ha puesto del lado español, lo ha permitido. El asunto “Oyissey” parece haber despertado por fin la preocupación por la protección de nuestro patrimonio sumergido. Aunque a la postre éste hubiese llegado a ser el único resultado de los desvelos de algunos, ¡bien hubiera merecido la pena!. Por fortuna el desenlace ha ido mucho más allá de la recuperación de un cuantioso tesoro, y se hace extensivo a la preservación del patrimonio histórico, cultural y espiritual propios de intervenciones ajenas, movidas por intereses exclusivamente comerciales. El pecio de la “Mercedes”, como se ha reconocido finalmente, pertenece ante el Derecho al patrimonio de una cultura ancestral, y constituye la tumba, violada contra el derecho de gentes, de unos hombres a los que su deber impulsó a defenderla.

Dinero, tiempo y esfuerzo ha costado llegar a este feliz término al que este trabajo está dedicado. En las páginas del libro que presentaremos el próximo viernes pretendemos dar a conocer los argumentos esgrimidos y las pruebas debatidas, que permanecen ocultas en más de una veintena de gruesos mamotretos judiciales, lo que nos permitirá añadir mucho a lo ya conocido de esta acción, del modo de vida, de la política de esta época… dentro de un marco histórico-político difícil como pocos han sido.

Creada por Felipe V, la Real Academia de la Historia recibía la misión de su estudio específico “aclarando la importante verdad de los sucesos, desterrando las fabulas introducidas por la ignorancia, ó por la malicia, y conduciendo al conocimiento de muchas cosas, que obscureció la antigüedad, ó tiene sepultadas el descuido”. Lo viene haciendo hasta ahora de una manera ejemplar y discreta. El importante logro conseguido en colaboración con otras instituciones y particulares de que se trata este trabajo, es buena prueba de ello y de su fidelidad a sus estatutos.

ArchivosBatallasBuceoCazatesorosPecios
O Donnell y Duque de Estrada el

Entradas más recientes