Cristina Kirchner paga

Cristina Kirchner ha anunciado que Argentina pagará su deuda con el Club de París. Lo hará, según dijo, con reservas de libre disposición del Banco Central. En total, de acuerdo a la presidenta, el desembolsó será de 6.700 millones de dólares y, según parece, lo hará de una vez.
El objetivo de la medida es enviar un mensaje de confianza y tranquilidad a la comunidad internacional. El anuncio también pretende aunque no lo diga- recuperar el acceso al crédito, cerrado a cal y canto para un país que no cumple y presumía de ello- con sus obligaciones financieras.
Diversos análisis de diferente bandera y no sólo española- pronostican desde hace meses que Argentina se encuentra en valores similares a los que precedieron al crack del 2001 y a la posterior suspensión de pagos.
Aunque el pánico no ha cundido, los argentinos han retomado la costumbre de poner su dinero a buen recaudo y no precisamente en los bancos. Los grandes empresarios locales, salvo contados con los dedos de una mano, ponen sus ojos más allá de sus fronteras y los extranjeros llevan tiempo buscando una puerta de salida.
En este mar revuelto donde la ganadería y el campo deberían estar pletóricas pero también están que braman, el único hasta ahora que ha hecho buena pesca es Hugo Chávez. El presidente de Venezuela lleva comprados unos siete mil millones de dólares en bonos argentinos y los últimos interesés que cobra son del 15 por ciento. Ni el FMI en sus etapas más crueles y demonizadas se atrevió a tanto.
La decisión de Cristina Kirchner podría interpretarse como la de alguien que, por fin, abre los ojos. Quizás pagar al Club de París cuando se alardea de reservas y crecimiento- sea el preludio de algún cambio. Quizás, también se anime a sincerar los números de la inflación la verdadera en torno al 25 por ciento-. Quizás, eché a los corruptos y matones de su Gabinete y así, quizás, se ponga, de una vez por todas, a gobernar. Todo, quizás.