El ADN del cepillo dental de Evelyn Vázquez

Evelyn Vázquez Ferrá no es Evelyn Vázquez Ferrá. Los restos de su ADN en el cepillo de dientes han demostrado que es hija biológica de Susana Pegoraro y Ruben Bauer, una pareja de guerrilleros montoneros desaparecida durante la última dictadura militar argentina (1976-83).
La mujer, de 30 años, se había negado sistemáticamente a someterse a análisis genéticos, mediante extracción de sangre, para no incriminar a sus padres adoptivos, el marino Policarpio Vázquez y Ana María Ferrá, procesados igualmente en 1999 por apropiación indebida de un menor ella- y falsedad de identidad.
La Corte Suprema, equivalente al Tribunal Supremo en España, le dio la razón a Evelyn. En su fallo consideró que debía primar el derecho a la intimidad de la muchacha sobre el del conocimiento de la verdad que reclamaban sus posibles hoy comprobados- familiares.
Los casos como el de Evelyn se cuentan con los dos dedos de ambas manos en Argentina. La mayoría de los hijos de desaparecidos, que fueron secuestrados por los militares y entregados a familias afines al régimen, se someten voluntariamente a la prueba de ADN.
Las familias que los adoptaron de buena voluntad y desconocían sus orígenes tampoco suelen poner reparos a este tipo de pruebas genéticas. Los que se oponen, como explican las Abuelas de Plaza de Mayo, son siempre los que tienen las manos sucias con la sangre de sus padres o la complicidad del delito.
El debate sobre qué derecho debe primar antes, si el de chicos como Evelyn o el de sus hermanos, abuelos, tíos e incluso uno de los padres biológicos, si hubiera sobrevivido, se mantiene a día de hoy.
La jueza María Servini de Cubría, recurrió a una solución imaginativa para sortear el fallo de la Corte y lograr que la verdad saliera a la luz: el cepillo de dientes. Al final, registro de domicilio mediante, se violó la intimidad de Evelyn pero hoy ella sabe quién es su familia y su familia tiene la certeza de que ella es parte de la misma. Que se gusten es otra historia.