Las preocupaciones de Javier Tebas, el presidente de la Liga Profesional de Fútbol, son una demostración de que la nueva normativa contra la violencia en el fútbol es una inspiración para el disparate más que para otra cosa.
Tebas quiere sancionar a Cristiano Ronaldo (otro obsesionado anti-ronaldista, ¿pero qué les provoca Cristiano a estos hombres?) por “tocarse los cataplines” e incitar a la violencia con tal gesto en el Nou Camp. Si bien no le parece que los pitidos abrumadores y los insultos constantes contra el mismo jugador en el Nou Camp o en San Mamés (fotografía de arriba del día que escuché, no tengo documento sonoro, tales pitidos e insultos durante todo el partido) constituyan incitación alguna a la violencia frente a los “cataplines” que sí lo serían.
Pero la contradicción y la evidencia de que esta normativa se aplica caprichosamente viene sobre todo cuando observamos el nulo entusiasmo de los responsables del fútbol para aplicarla a la masiva incitación a la violencia que se prepara para la final de la Copa con el pitido al himno nacional. ¿Está estudiando Tebas la sanción correspondiente contra el Barça y el Athletic de Bilbao si no impiden el pitido? Si lo de los “cataplines” de Cristiano merece una sanción, ¿cuál correspondería al insulto a todos los españoles? Por supuesto, aún no se conocen las sanciones sugeridas por Tebas. Ni se conocerán…
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