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Si Gabo hubiera sido franquista

Si Gabo hubiera sido franquista
Edurne Uriarte el

¡Vaya apagón democrático el provocado por la muerte de Gabriel García Márquez! Apenas tres o cuatro voces han recordado su oscura cara política, es decir, su lamentable sostenimiento de la dictadura cubana. Hasta su muerte.
Nadie discute su genio literario, por supuesto. Coincido con la admiración universal hacia la obra de García Márquez. Cuando leí “El amor en los tiempos del cólera”, pensé que era la mejor novela que había llegado jamás a mis manos. Y ninguna la ha superado desde entonces.
Comparto, además, las dudas de muchos sobre la actitud ética que deben merecernos genios como García Márquez que, sin embargo, sostuvieron regímenes criminales. Con la conclusión siempre plagada de interrogantes de que una cosa debe separarse de la otra.
Pero todo lo anterior no matiza en absoluto mi sorpresa y decepción sobre la terrible ley del silencio que se han autoimpuesto todos los medios de comunicación del mundo sobre el apoyo de Gabo a la dictadura cubana.
¿Alguien imagina qué habría pasado si Gabo hubiera sido franquista en lugar de comunista? ¿La ley del silencio se habría impuesto igualmente ante una amistad entre Gabo y Franco y el sostenimiento de la dictadura franquista?
Cámbiese el lugar, La Habana castrista, e imagínese en el Madrid franquista la siguiente escena dibujada sobre Gabo por la corresponsal de El Tiempo en La Habana, Milagros López de Guereño, por supuesto, sin una sola crítica sobre este terrible paseo totalitario del escritor:

“Ya con el Nobel bajo el brazo, se paseaba en un Mercedes Benz negro descapotable disfrutando muchos años de la tranquilidad del Caribe y de las conversaciones hasta el amanecer (con Fidel Castro) No era raro que acompañara al comandante en excursiones marinas con invitados especiales, como en la visita del expresidente español Felipe González”. (“Gabo y su relación con Fidel Castro, una amistad intelectual”)

Solo alguna excepción en el apagón democrático provocado por la muerte de Gabriel García Márquez. Como la de la gran periodista española-colombiana, Salud Herrnández-Mora. Al menos, nos queda el consuelo de que su artículo en El Tiempo de Bogotá ha sido el más leído estos días (“El otro Gabo”). Me sumo a sus palabras:

“García Márquez optó por mirar para otro lado, por cubrir un régimen totalitario de legitimidad, envolviéndolo en su manto de escritor universal, de personalidad respetada y admirada”.

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