Hubo dos buenas noticias en la enésima pitada al himno de la final de la Copa. La primera, que hubo muchos aplausos al himno, además de pitos, a pesar de que nuevamente se enfrentaban un equipo vasco y uno catalán, pero la afición del Alavés no está dominada por los independentistas y lo demostró.
Y la segunda, muy significativa, que hubo unos cuantos valientes culés que exhibieron la bandera española, como lo cuenta hoy Tomás González Martín en este periódico. El llamado “problema nacionalista” se acabará el día en que esos valientes sean multitud, el día en que todos los catalanes o los culés que se sienten españoles se atrevan a expresar su opinión frente a la imposición nacionalista.
Soy del Real Madrid, pero tengo varios amigos del Barça y todos ellos se sienten españoles y discrepan radicalmente del mensaje independentista asumido por el club. El problema es que sus voces apenas se oyen todavía. Son un reflejo de lo que ocurre en Cataluña donde bastante más de la mitad de los catalanes se sienten españoles, y, sin embargo, los nacionalistas han conseguido que parezcan una exigua minoría. De la misma manera que la dirección del Barça ha distorsionado el sentir de su afición. Hasta que hablen quienes se han callado, como lo hicieron esos valientes que exhibieron ayer las banderas nacionales.
Sin categoría